Foto: EDUARDO MANZANAVALÈNCIA. La preocupación de los consumidores españoles por la situación económica aumenta debido a la incertidumbre provocada por la invasión rusa en Ucrania, la inflación y los altos costes en la energía según el estudio EY Future Consumer Index: 'Deconstruyendo al consumidor'.
Pese a la relajación de las restricciones con el fin del Estado de Alarma generado por la covid-19, un 61% de los españoles vive preocupado por la economía del país al mismo nivel que durante la pandemia y es pesimista en todos los ámbitos. Una incertidumbre que se traslada también a los principales mercados europeos.
"Cuando ya comenzábamos a sentir que la amenaza de la pandemia podría estar desapareciendo, surgen nuevos conflictos que desatan nuevas preocupaciones con las que lidiar. Muchos de los ciudadanos de todo el mundo están sufriendo dificultades financieras que probablemente se agudicen los próximos meses", afirma Macarena Gutiérrez, socia de Consumer Products & Retail de EY-Parthenon.
Según el estudio, cuyos datos se recogen partir de un sondeo a más de 14.400 consumidores de 20 países (incluido España), la subida de precios lidera el ranking de las principales preocupaciones de los consumidores españoles y los conflictos armados aparecen por primera vez, no sólo en la lista, sino en segundo lugar de la clasificación. Asimismo, el cambio climático se ha situado como tercera posición.
Respecto a las preocupaciones relacionadas con la economía en el ámbito personal en España, en palabras de David Samu, socio responsable de EY-Parthenon: "Mientras la preocupación por la economía del país se acerca a los niveles de la pandemia, la inseguridad por las finanzas personales y el acceso a las necesidades básicas se convierten en las inquietudes clave de los españoles. Los altos precios y la subida de tipos de interés restringen la capacidad de compra y la confianza de los consumidores españoles".
A pesar de este clima, la investigación realizada por EY destaca la capacidad de resiliencia de los consumidores españoles, quienes en muy poco tiempo se han enfrentado y han asumido cambios profundos en sus hábitos. Mientras que el 74% espera "volver a la normalidad", al 37% le gusta la forma en que han cambiado algunos aspectos de su vida. Además, el 41% de los encuestados de nuestro país considera que sus valores y la forma en que ven la vida han cambiado.
Por último, crece ligeramente la preocupación por nuestras relaciones sociales. Cifras adicionales del informe nos muestran que el 34% está extremadamente preocupado por no poder disfrutar la vida al máximo.
La situación bélica en Europa y la consecuente inestabilidad económica han agudizado la incertidumbre en los mercados europeos. Italia se convierte en el país más nivel de preocupación, con un 63%, detrás de España con un 61%, siguiéndole Reino Unido con un 60% y EE. UU. con un 54%. Además, EY Future Consumer Index resalta un aumento de la inquietud por las finanzas personales en la totalidad de los países europeos encuestados, aunque el nivel de preocupación es menor que el expresado sobre la situación económica.
En EE. UU., la preocupación por la economía del país se mantiene para un 54% de los encuestados, probablemente influenciados por las cifras de crecimiento del PIB en el tercer trimestre (ligeramente por encima de lo previsto y tras dos retrocesos consecutivos). En este caso, la preocupación por las finanzas personales se encuentra al alza con un 40%.
El factor predominante que más preocupa a todas las generaciones, con excepción de la Gen Z (18 – 24 años), es el incremento en los costes de la energía, del gas y del agua. Los Gen X (41 – 56 años) y Baby Boomers (57 – 75 años), con un mayor peso en el mercado laboral, son las generaciones más concienciadas al respecto. Ambos grupos, unidos a los Millennials (25 – 40 años), son los más preocupados en la subida de los costes de los alimentos y de productos esenciales para el hogar. Destaca la principal preocupación de la Gen Z, que con un 58% pone especial atención al precio de la gasolina, debido al impacto en sus opciones de movilidad. También importante para el resto de las generaciones.
Entre los criterios de compra a la hora de escoger un producto, el precio sigue siendo el componente clave. Pero cada vez son más los consumidores que se definen por el deseo de vivir una vida más saludable y sostenible. De hecho, la encuesta muestra que un 59% de los participantes está dispuesto a menudo (45%) o siempre (14%) a cambiar a alternativas más sostenibles de los productos que compra. Por lo que criterios como: el beneficio para la salud, la cercanía de los productos, la calidad o el uso de envoltorios sostenibles se encuentren entre las cinco principales prioridades del consumidor. Que sea local sería la quinta a sumar a ese rango de preferencias. Cabe también destacar que la situación de incertidumbre en torno a la economía vuelve a impulsar el ocio y los planes en casa.
