Sergio Montesinos: «Ser banquero no es un ‘deporte’ de alto riesgo en estos tiempos»

VALÈNCIA.- Sergio Montesinos Miguel (València, 1971) tuvo claro desde joven que su vida laboral se iba a encaminar por el mundo financiero, por lo que se licenció en Económicas y Empresariales. Nada más acabar la carrera le surgió la oportunidad de incorporarse al área de Auditoría de Tesorería y Mercado de Capitales del Banco Santander. «Mi objetivo siempre fue trabajar en banca privada y gestión de activos, pero quería tener una profunda preparación técnica. De ahí que fuera dirigiendo mi carrera desde las áreas más técnicas en gestión de activos hacia la parte comercial como banquero», reconoce a Plaza este apasionado del golf, el esquí y la lectura.

De ahí pasó a DWS Investments, Deutsche Bank Wealth Management, Banesto Banca Privada, y de nuevo a Grupo Santander, esta vez en Santander Private Banking. En enero de 2017 se incorpora en Creand Wealth Management, que hasta noviembre de 2020 se llamaba Banco Alcalá. «Tomé la decisión de incorporarme junto a José Samper porque ofrece un servicio boutique, con una alta independencia a la hora de poner sobre la mesa los mejores productos y servicios que existen en el mercado. Es una entidad joven, tanto por edad media de su plantilla como por su visión de lo que debe ser un banco de patrimonios, con una alta capacitación de todos sus profesionales y con una alta orientación al cliente. Ajustamos nuestra estructura a cada cliente y no los clientes a nuestra estructura».

¿Qué balance hace de los cuatro años y medio que lleva Creand WM en la city valenciana? «Estamos muy satisfechos de la evolución donde —como en todo en la vida— los comienzos fueron duros. En estos cuatro años hemos crecido de manera exponencial y actualmente manejamos un volumen superior a los 300 millones de euros, en la Comunitat Valenciana y Murcia. Lo relevante de este crecimiento es que se ha realizado mediante una amplia y diversificada gama de servicios y productos».

Para trabajar en un sector tan competitivo como el financiero es fundamental estar muy bien preparado; es el caso de Montesinos, que cuenta con un MBA (Instituto de Empresa), el certificado EFA (EFPA), un máster en banca privada (Garrigues), un programa superior de negocio internacional (Cámara de Comercio) y el Executive Private Banking Programme del Banco Santander impartido por el IEB y el LSE. «La responsabilidad que conlleva realizar un adecuado asesoramiento financiero es altísima. Es importante estar al día de la evolución de los mercados; de hecho, es un aspecto fundamental de este trabajo, pero sin la adecuada formación y actualización permanente de conocimientos técnicos, la capacidad como banquero a la hora de asesorar adecuadamente a los clientes queda seriamente limitada». Y no le falta razón. Tener amplios conocimientos de productos y servicios financieros, ser capaz de ‘leer’ al cliente —«capacidad de identificar el verdadero perfil de riesgo»— y profesionalidad ante todo son los tres aspectos que a su juicio debe tener todo buen banquero privado. Por otro lado, tiene claro que debe huir de una visión cortoplacista, de la falta de independencia y, sobre todo, de «creerte que eres un banquero estrella».

Preguntado sobre la situación actual por la que atraviesa la banca privada en la Comunitat Valenciana, Montesinos lo tiene claro:  «Está en un momento dulce donde ha habido un incremento en la exigencia de los clientes, que cada vez saben más, conocen mejor los productos y, por tanto, exigen más. Esta situación está obligando a las entidades a reforzar sus equipos, lo que se ha traducido en un incremento de los movimientos de profesionales». Un sector, el bancario, que sigue inmerso en un proceso de reestructuración, por lo que le planteamos si actualmente ser banquero es un ‘deporte’ de alto riesgo. Se ríe. «No, para nada. Creo que es una gran suerte y posiblemente sea uno de los trabajos del sector más atractivos. Es responsabilidad de cada banquero tener la capacidad de trabajar de manera eficiente, demostrar su capacidad y que esa capacidad sea reconocida por sus clientes».

El banquero valenciano considera que dicho proceso, que se inició allá por 2008, «probablemente sea necesario para la supervivencia del sector bancario. Es muy sensible, ya que afecta a muchos empleados de banca, muchos de ellos con una dilatada trayectoria profesional en el sector y una edad media elevada. Por tanto, hay que meditar cómo implementarlos para minimizar los efectos sobre este colectivo».

Para terminar, Plaza le pregunta si será 2022 el año en que olvidemos definitivamente la pesadilla de la covid-19. Y se muestra prudente: «Aunque existen motivos de optimismo dado los elevados porcentajes de vacunación en los principales países desarrollados, que nos acercan cada vez más a la famosa ‘inmunidad de rebaño’, pienso que queda un largo camino para poder estar tranquilos. Creo que 2022 va a ser un año con una clara mejora económica y sanitaria, pero todavía faltan ‘batallas’ por librar contra este virus».  

* Este artículo se publicó originalmente en el número 82 (agosto 2021) de la revista Plaza