VALÈNCIA. Tiene casi treinta años y ya está… cansado de todo. Cansado de estar en el paro, de sufrir, de que su hermana le supere en todo… harto de las comparaciones odiosas y, para más inri, está pasando por una ruptura horrible. Esta historia, que podría ser la de cualquier treintañero del mundo, es la que se relata en la serie web valenciana Sin ninguna ambición, en la que Borja López López prepara una suerte de autorretrato en el que resume en cinco capítulos todos los clichés de quienes se buscan a sí mismos. 

Desde intentar hacer deporte hasta engancharse a meditar, López consigue retratar a una generación entera que no quiere crecer más, quiere quedarse como está. Lo hace centrándose en su propia vida y jugando en casa, con un equipo valenciano y con el trabajo de actores excelentes como Vicente Ausina (que toma el rol protagonista), Candela Herrero y Miguel León Torrecilla. “Me ayudan a contar la historia de cierto momento de mi vida que ahora toma un tono de humor. Escribo sobre cosas que ya conozco y que transformo de manera cómica para hablar con los espectadores. La serie habla de una experiencia propia que se convierte en un pensamiento colectivo”, explica el director.

Bajo esta idea se arriesga a esquematizar parte de sus vivencias en capítulos en los que habla buscar trabajo o intentar ligar en una fiesta de nuevo, por ejemplo, mientras dibuja episodios en los que el protagonista intenta buscarse en sitios en los que nunca ha estado. “Imagino un relato en el que un personaje que está perdido empieza a hacer cosas que nunca le encajaría para ver si puede encontrarse a sí mismo”, apunta el director que resume de esta forma la manera perfecta de superar -o al menos intentarlo- la crisis de los treinta. 

Para representar toda esta parte del relato, Ausina se convierte en Jesús, el protagonista de esta historia en la que cada pequeño drama se traduce con humor. Lo hace con un guion que le viene dado por la vida de López en el que escribe sobre “sus sueños, sus aspiraciones y sus propias frustraciones” mientras deja espacio a la improvisación de los personajes. “Borja me explica parte de su vida y hablamos de sus aspiraciones y cómo ve el mundo. Mi trabajo como personaje es hablar de lo que siente y lo hacemos desde un tinte de comedia que le sienta genial”, explica Ausina.

“La serie consigue reflejar una parte de realidad y de crisis existencial que conecta mucho con la realidad de aquellos que pueden sentirse colapsados con lo negativo, aunque yo no me siento ahí”, explica entre risas.  En menos de media hora la serie -que podrá verse en YouTube a partir de septiembre- consigue contar la historia de un pobre joven adulto llamado Jesús que se reta a sí mismo a ser feliz entre intentos fallidos a meditar, salir de fiesta, ahogarse en el deporte o quien sabe si hasta ir a terapia.