Series y televisión

ENTRE LOS GUIONES DE LA SERIE

María Bastarós: "La fantasía en 'Superestar' nos ayuda contar ciertas cosas sin maldad"

VALÈNCIA. Principios de los años 2000, una mujer llamada María del Mar Cuena Seisdedos da el salto a la televisión -y a la fama- en programas de televisión como Crónicas marcianas, en el que se presenta como artista y empieza a trabajar bajo el nombre de Tamara, que más tarde generaría un fenómeno social único llamado 'tamarismo'. Lanza canciones en las que desafina, su madre se vuelve famosa por protegerla de los malvados tertulianos que le atacan y se empieza a difamar sobre su vida en todos los programas de 'telebasura'. 

Más tarde se haría llamar Ámbar y en la actualidad se le conoce como Yurena, su forma final. Sus nombres, todos ellos, han vuelto a la conversación pública gracias a la pequeña pantalla, aunque en esta ocasión la de las de las plataformas. Ha vuelto a salir en televisión, pero de una forma nunca vista, reivindicando su historia. Esta es la labor de Superstar, la nueva serie de Netflix -dirigida por Nacho Vigalondo y producida por Javier Ambrossi y Javier Calvo- que busca descubrir la historia de Tamara para defender a Yurena. 

 

Entre los guiones de la serie se cuela la escritora María Bastarós, afincada en València, encargada de escribir la historia del primer, segundo y cuarto capítulo de la serie junto a Vigalondo. Lo hace desde la fantasía y compensando con la “historia más real” gracias al lanzamiento -en la misma fecha que Superestar- de Sigo siendo la misma, una película documental en la que Yurena analiza el fenómeno del 'tamarismo' en primera persona. 

 

 

Volviendo a un formato más de ficción, como es Superestar, Bastarós se enfrenta a una serie en la que tiene que analizar parte de una historia de la que nunca ha participado: la del mundo de la 'telebasura' y el famoseo. Es la confianza ciega de 'los Javis' la que le anima a formar parte de esta historia que busca hacer justicia con la vida de Yurena. Una historia que parte de una investigación ardua sobre la televisión de los dosmiles y que hace que Bastarós aprenda todo de una figura que ha marcado un antes y un después en el mundo del entretenimiento en España. 

 

La clave para transformar el relato, y humanizarlo, reside en el uso del humor y la fantasía para contar historias que cuesta creer si son reales o no. Jugando con la ficción y la realidad, Bastarós encuentra su espacio para crear desde un universo más fantástico: “Es una serie que se adentra en el mundo televisivo para admirar la pureza de sus personajes, en la humanidad que hay en ellos. Todas esas historias están ahí y son las que queremos contar dentro de un universo tan loco como es el de la telebasura de ese momento”, explica Bastarós.

 

De esta forma, en Superestar se recrean los programas de televisión de la época, haciendo que el espectador dude sobre la rareza de lo que sucede en las tertulias y corra a Google para comprobar que muchas de las cosas sí que pasaron en realidad. Con mucha transparencia y centrándose en Yurena como protagonista, la serie busca hablar de su pasado, sus relaciones y como era mientras huye de generar un relato “moralista” o que reflexione sobre lo que se debía hacer o no en esta época. 
 

“La serie busca hablar de las personas que hay tras los personajes, busca deshacer las historias absurdas que le rodean y pretende poner en claro otras realidades”, explica la escritora y guionista valenciana. Uno de los ejemplos claros de este cambio del relato se ve en la historia de la madre de la artista, Margarita Seisdedos Santos, que las malas lenguas decían que llevaba un ladrillo siempre en el bolso para aporrear a los periodistas. Esta broma de mal gusto se traduce en la serie convirtiendo a Margarita en una superheroína y haciéndola protagonista del primer capítulo de la serie: Margarita Seisdedos y la crisis del ladrillo.

 

 

“Es un tema que afecta mucho a Yurena y en la serie al final se transforma para convertirlo en un símbolo de amor entre ambas. Al final se cuenta una historia de una madre que protege a su hija a toda costa y es de lo que va el capítulo, pone en relieve su relación por encima de todas las cosas”, explica Bastarós sobre uno de los capítulos que ha guionizado. “La creatividad y la fantasía nos ayuda a contar ciertas cosas sin maldad. La fantasía nos da mucho espacio para contar las cosas y resignificar, nos reconcilia con la historia de Yurena y con su pasado”. 

 

Para ello, desde la serie, se construyen espacios en los que cabe la fantasía y la reflexión para conocer mejor a los personajes lejos de las cámaras y los escándalos. El Hotel Paradís, tal y como lo explica Bastarós, se convierte en este espacio de pausa en el que los personajes “tienen una revelación sobre quienes son y lo que necesitan” y ahí es donde la serie encuentra ese espacio para reconciliarse con la vida de Yurena. Lo hace entendiéndola como persona y exponiendo lo que pasa en televisión en esta época, aunque sin llegar a criticarlo expresamente porque “Superestar no está para eso”. 

 

“Es una serie que busca cuidar a los personajes y darles profundidad, no es una serie enfocada a denunciar lo que pasaba en televisión en este momento, tampoco es un biopic sobre la vida de Yurena. Se pone en un lugar totalmente destino para hablar de una época en la que parecía que todo valía, aunque por suerte hemos evolucionado”. 

 

Una evolución que permite ver con ojo crítico cómo fue la vida de Yurena, comprender qué le hace ser quien es ahora y cómo eran quienes le rodeaban. Una historia que transforma a quienes se codean con ella en villanos, héroes y heroínas que se ponen la capa de la fantasía para volar por estas historias que se pueden rescatar desde el presente sin buscar escándalos ni volver a aparecer en televisión, aprovechando el espacio libre de “juicios” que ofrece el streaming, huyendo de los tertulianos. 

 

  • -

 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo