Seguro que muchos conocen la falacia sobre que nunca hay que ser el clavo que sobresale para no llevarse un buen martillazo. Muchos buscan ser el clavo intermedio, es decir, no tener una vida tan vulgar como para ser uno más y a la vez, quedarse a unos pocos milímetros del número uno para así no comerse un buen golpe. Las capacidades autolimitantes de algunas personas y equipos siguen sorprendentes hoy en día.
En el caso de las redes sociales, aparte de verlas nacer y crecer, los últimos años he podido conocer a todo tipo de creadores de primera mano de cara a vitaminar un gran proyecto para la Región de Murcia; desde los más abiertos y colaborativos hasta los más avaros. Es curioso cómo gente con varios millones de seguidores pueden ser abiertos, sociables y crecer a buen ritmo sin agobiarse frente a gente estancada años que pierde la cabeza con diez mil seguidores. ¡Locos! Que hasta te piden 500€ y más porque aparezcas en un simple TikTok de sus redes, basándose en un supuesto éxito, que tapa la miseria más absoluta. Lo que no saben es que los algoritmos son cada vez más sabios y huelen las estafas.
"hay que olvidar esos dos segmentos y centrarse en crear contenido de CALIDAD para los fichajes nobles"?
En parte están en su derecho, están naciendo infinidad de modelos de negocio digitales y uno de ellos es el del "pesca con cebo falso". Básicamente, un modelo que se fundamenta en pagar para tener muchos seguidores y esperar a que alguien pique queriendo pagarte a ti por promocionar tu mensaje. Si se consigue que lo que pagas por mantener tus falsos seguidores, sea mucho menor que lo que te pagan por anunciarle algo a personas que no existen, podrás estirar tu falsa vida de influencer lo que tu conciencia te lo permita.
Sumemos que, como todo buen español sabe, Lola Flores inventó el crowdfunding cuando dijo "si una peseta me diera cada español" y, efectivamente, se acerca la era de las micro comunidades basadas en este concepto. Que se lo digan a Alvise, que no ha sido el primero, pero si el que acaba de demostrar que tener seguidores REALES en redes se puede aprovechar para hacer una conversión en votantes. ¿Y en realidad quién es más feliz? ¿El creador que tiene un millón de seguidores y le pagan por anunciar y jugar a juegos que no le gustan? O ¿El creador que le siguen únicamente 3000 personas y todas le dan de media 10€ entre directos y mensualidades? El primero apenas llega a pagar el autónomo mientras que el supuesto pequeño está haciendo las maletas para irse ya a Andorra.
Todo esto nos lleva por fin, a hablar del ShadowBan, esa leyenda conspiranoica donde el mal creador culpa a las grandes plataformas de su fracaso. Fracaso en realidad provocado por un mal contenido mezclado con ego y sus supuestos mejores amigos; en concreto esos que no tienen tiempo de dar un simple euro al mes. Toca aceptar, que la gente que da una palmadita en la espalda y anima a seguir mientras machaca publicaciones por la espalda es el enemigo que no hemos sabido ver. Nos conoce, nos vigila, ve como se crece… ¡y no puede permitirlo!
Tenemos, pintando con brocha gorda, que, podemos dividir en tres segmentos a toda la gente consumidora de contenido en la red: a un lado los haters, a otro el público general y en tercer lugar los que de verdad apoyan rascándose el bolsillo. Los primeros harán tantas artimañas y la vida tan imposible que conseguirán retirar el apoyo también del público general (las nuevas generaciones pasan de 'líos') y es imposible pararlos. Solución: hay que olvidar esos dos segmentos y centrarse en crear contenido de CALIDAD para los fichajes nobles. La gente normal como mucho le dará un "me gusta" a tu contenido siendo imposible competir frente a los haters que meterán, de forma intensa, palos en cada rueda que encuentren. Estos demonios no solo van a machacarte con puntuaciones negativas, sino que van a hacer bulling al público general para desanimarlos a comentar, tienen grupos de WhatsApp y Telegram con centenares de haters enfocados únicamente a machar contenido desde el minuto 0 que se publique y hacer que los algoritmos no los dejen crecer… El ShadowBan tiene un componente más fuerte de toda esa gente, que sigue redes para usar lo que más te penalice que de conspiración. Un no me gusta a todo, denunciar y tumbar videos indiscriminadamente, así como todo lo negativo a su alcance son las armas del neo-troll.
Y la clave es no perder tiempo con estos individuos y centrarse en los patronos, los que se rascan de verdad el bolsillo y le dejan una comisión al algoritmo. ESO es lo que van a querer por siempre todas las evoluciones de cualquier algoritmo, maximizar el beneficio que rasca de las comisiones y que los dueños de la plataforma ganen más dinero. Con esa regla tan sencilla ganará tanto creador como plataforma y es un modelo ético y sostenible. No hay ShadowBan que soporte una comunidad de gente, por pequeña que sea, que se rasca el bolsillo. Llevo más de 5 años testeando con grupos de control muy reducidos los efectos de meter MUY POCO dinero en diferentes canales de forma pública, amistosa y colaborativa. Los resultados son maravillosos. Frente al odio gratuito la confianza económica como solución.
Resumiendo. Cuida como oro a todos tus mecenas más fieles, ya que, el poder de los vagos con sus jornadas interminables de 16 horas día dedicadas a machacar y denunciar contenido es bastante más poderoso que el de la gente normal que, aunque noble, te visita una hora por placer y se asusta por un troll. Calidad siempre mejor que cantidad.