VALÈNCIA. Cada día, miles de personas hacen el mismo trayecto en coche para ir de casa al trabajo, a la universidad o al gimnasio. Un trayecto necesario para ambos, pero que los altos precios de los carburantes hacen cada vez menos sostenible económicamente. Vehículos que circulan en franjas horarias similares, pasando por las mismas calles, repletas de pequeños comercios que, quizá, requieren de un coche para hacer sus propios envíos a domicilio y que por la falta de recursos no pueden hacerlo. Por tanto, conectar a esos conductores que necesitan ciertos ingresos para subsanar la subida del combustible con aquellos comercios que requieren de un vehículo para hacer envíos podría beneficiar a ambas partes, contribuyendo al fomento de la economía colaborativa. Por así decirlo, como una especie de Bablacar, pero con mensajería.
Precisamente, fomentar la ayuda mutua y el intercambio de servicios entre particulares es lo que propone la startup francesa Shopopop, que desde que aterrizó en València y Alicante (junio 2022) no ha dejado de sumar comercios y particulares dispuestos a usar sus trayectos para realizar entregas a domicilio. Así, en València cuenta ya con 63 negocios activos y una red de particulares que supera las 250 personas. “Con Shopopop un shopper —persona que hace las entregas— obtiene un dinero extra para, por ejemplo, compensar parte del carburante, y solo tiene que entregar compras o productos en trayectos que hacen de igual manera en su día a día”, comenta Clara Lloveres, country manager de Shopopop.
Por tanto, se trata más de un gesto por ayudar y por colaborar que de ganar dinero, creando en muchas ocasiones sentimiento de comunidad. Esa parte humana de su sistema colaborativo es la que destaca la responsable de Shopopop en España: “Este sistema de delivery permite que las relaciones en los barrios en los que opera sean cada vez más fluidas entre el vecindario”. Así, Shopopop se centra en las entregas colaborativas de última milla y tiene por objetivo crear una gran red de shoppers que puedan colaborar, reduciendo el tráfico rodado en las ciudades.
De hecho, este sistema contribuye a la reducción de la huella de carbono en las ciudades: aproximadamente el 25% de las emisiones totales de gases contaminantes proceden del transporte de mercancías, que además es responsable de provocar el 20% del tráfico en las ciudades. Por tanto, el modelo de Shopopop contribuye a evitar y reducir esa huella de carbono y “crear un sistema mucho más efectivo y comprometido con el medio ambiente”. Para ello, desde hace un mes hay un equipo dedicado a medir el “ahorro" que supone su modelo en comparación con los métodos tradicionales de entrega a domicilio. Así, según sus datos, la compañía ha evitado la emisión de 627.291.835 kilos de CO2e por lo que “las entregas de Shopopop emiten casi cuatro veces menos de CO2e que un sistema tradicional”.
Cuando una persona está registrada en la plataforma, gracias a la geolocalización del móvil, le salta una notificación señalando que un comercio quiere realizar una entrega en su zona de paso. “La flexibilidad y capilaridad del sistema permite entregas en menos de dos horas en casa del cliente”, destaca. Según detallan, la media de dinero que se puede ganar al mes con Shopopop es de hasta 150 euros, ya que por cada entrega se calcula una media de unos 6,5 euros; dependiendo de la distancia recorrida. Por tanto, dependiendo del volumen de entregas que se realicen se puede adquirir un dinero extra de unos cien euros. “No se trata de hacer de Shopopop un trabajo sino de emplear el trayecto para realizar una entrega”, recalca Clara Lloveres. De hecho, como los repartidores no son trabajadores, la ley Rider no afecta a Shopopop, pues “los shoppers colaboran de manera voluntaria y responsable”.
Una forma de amortizar un viaje que en València es más común en hombres de entre 25 y 45 años y no, curiosamente, entre estudiantes, como sí ocurre en Francia, lugar de origen de la startup. Asimismo, como apunta Clara Lloveres, esos trayectos deben realizarse exclusivamente en coche —salvo contadas excepciones—, una característica que también hace especial a Shopopop con respecto a otros sistemas de mensajería: “El tipo de cliente al que nosotros vamos dirigidos le viene bien que los envíos se realicen en coche por el tipo de producto que vende”. Es el caso, por ejemplo, de floristerías, tiendas de globos o pequeños supermercados y ultramarinos. De hecho, según los datos de la startup francesa, el 68% de los comercios activos son floristerías y el 32% Alimentación, entre supermercados, caterings y tiendas gourmet. Asimismo, en lo que va de año se han realizado 2535 entregas en València.
En cuanto a los beneficios de los comercios adscritos a la plataforma, Clara Lloveres comenta que permite aumentar el volumen de negocio con las entregas y ahorrar costes, ya que los shoppers entregan directamente desde la tienda, sin ningún tipo de inversión en infraestructura o tecnológica. Asimismo, recalca que formar parte de la comunidad “no se requiere de ninguna inversión tecnológica de coste ni se tiene que pagar ningún mantenimiento; solo hay que pagar por entrega realizada”. Los precios variarán en función de los kilómetros realizados, así, para pequeños comercios como floristerías, el precio será de 7,50 euros hasta diez kilómetros o 12,50 euros hasta 20 kilómetros. “La logística de última milla es la parte más costosa del proceso para una empresa que entrega a domicilio y con nuestra solución se hace más rentable”, remarca.
De hecho, el principal objetivo de la logística de última milla es entregar el pedido al cliente lo antes posible y mejorar la entrega, de ahí que Shopopop delimite la franja horaria y tenga un departamento de ayuda al cliente. “La franja horaria de entrega del paquete es de dos horas, por lo que es más acotada que otros servios, y en caso de incidencia el servicio de Customer Service está las 24 horas activo para resolver cualquier problema. Por ejemplo, si una persona no está a la hora convenida, buscamos alternativas para que ese paquete llegue a su destinatario”, remarca.
Una startup que precisamente nació bajo el compromiso de crear un sistema de delivery cercano, flexible y comprometido con el medioamebiente. Fue en 2016 cuando nació Shopopop de la mano de Antoine Cheul. En España llegó en 2021 (tiene presencia en Madrid, Barcelona, València y Alicante) después de testar su modelo de éxito en países como Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo
Señala que firmas de 'retail' han lanzado sus servicios ‘pre-owned’ al constatar más demanda mientras que el sector del lujo y de la alta joyería y relojería también cuenta con grandes referentes.