Las fallas son de la calle, del sol, de caminar y de olvidarse del reloj. Todos sabemos que cuando llegan estas fechas asoma el sol por la ventana más que nunca y es que parece que huele hasta a verano. A mi, estos días, que me den una bici que ya pongo yo el resto
Las fallas pueden ser temidas, odiadas o amadas. Algunos otros intentamos sobrevivirlas como podemos y sonreirles a ratos. Y es que yo, si pienso en fallas, pienso en comer en la calle. Pienso en tirarme en el cauce del río sobre el césped como si no hubiera una agenda metiendo prisa; pienso en sentarme en las escaleras de la plaza de la Virgen a mirar todo lo que pase; pienso en conquistar cualquier banco de cualquier plaza sin más intención que absorber algo de vitamina D. Es una excusa para ser turista de tu ciudad.
Y si pienso en cualquiera de estas imágenes, pienso en comer, porque los buenos momentos pasan alrededor de la comida, o al menos, los míos. Pero no vale comer cualquier cosa o en cualquier sitio, aquí hemos venido a callejear, se come en la calle, y mi templo de comida para estos días, es Aloha, un pequeño local ubicado en la calle Caballeros, en pleno barrio del Carmen. Un local en el que solo cabéis tú y Tiago, la persona que encontrarás detrás de la barra. Allí lo de sentarte a comer, más bien ve olvidándote, su concepto viene de mucho más allá. Cocina y barra es lo único que tienen. Te acercas, haces cola, eliges, te lo preparan in situ y te lo llevas. Y es aquí donde entran todos esos rincones tan maravillosos de la ciudad de Valencia.
El local abrió en 2016 de la mano de dos socios, Tiago y Josep. Cada uno dueño de su tarea, Tiago es quien pasa más tiempo detrás de los fogones y Josep detrás de los papeles. Siempre tuvieron claro su concepto, comida casera, de calidad y a la par que respetuosa por el medio ambiente, nutritiva, y siempre lejana de la tradicional comida rápida que muchas veces abusa de procesados. Porque aunque el formato sean las clásicas hamburguesas, esconden detrás mucho mimo y cuidado, libres de aditivos, conservantes o azúcares refinados
Comida vegana, 100% casera y ecológica, lista para llevar en envases biodegradables. Todos los vasos son de PLA, es decir, fécula de maíz, y las pajitas son de papel (a ver si aprendemos). Que a ver, que está claro que lo más sostenible es no usar envases, pero es casi como pedir que vayamos desnudos por la vida para combatir el fast fashion, y como eso no va a pasar, algún envase habrá que usar.
Empezamos por los entrantes, sus nuggets veganos, hummus o chips. Las patatas son las mejores de Valencia, prometido. Les echan una mezcla de especias que en cuanto las pruebes, suplicarás por su receta. Tú pasas por allí, turisteando por El Carmen, y te llevas una bolsita para picar durante la caminata, caprichito cumplido.
Los principales son hamburguesas y kebabs. Tienen 4 hamburguesas y tres burritos, plagados de queso vegano, de salsas picantes, de seitán y de combinaciones que no has probado nunca, todas con nombres Hawaianos. La mejor hamburguesa es la Kohala Mex, con queso vegano, maíz tostado, aguacate, lechuga y chili picante, espectáculo. El kebab, más de lo mismo, quédate con el burrito Kane, también con queso vegano, chili picante, pero este además con piña. Lo sé, suena muy loco pero es el mejor burrito de mi vida. Añade un zumo para beber y no te olvides del postre. La tarta de zanahoria o la de “queso” son un verdadero espectáculo.
Que también puedes ir a desayunar, a ver, que el paseo matutino no te lo quite nadie. En sus bowls de hoja de bananero preparan el ya famoso açai o yogur de frutos rojos, con los toppings que tú quieras y con su granola casera. Esto de ir con tu bowl de paseo y terminártelo en la plaza de la Virgen, no es tontería, ya te lo digo yo, que llevo bastantes veces repitiendo el ritual.
En fin, que tienes planazo al sol, tú solo o en compañía, y además te unes a la hola veggie durante un rato y le haces un favor al planeta.