VALÈNCIA. La lucha contra el barro y los escombros sigue siendo el día a día de muchas empresas un mes después de la descomunal Dana, que asoló parte de la provincia de Valencia. Palas, escobas y máquinas son parte del nuevo día a día y de la fotografía cotidiana de la industria que mantiene el pulso por intentar recuperar su rutina. Las labores no son sencillas porque la riada golpeó a gran parte del corazón empresarial valenciano y son miles las mercantiles con problemas, no solo en el interior de sus naves, sino en accesos y suministros de sus parques industriales.
La mayoría de empresarios entienden que lo primero debe ser atender a las familias y adecentar los cascos urbanos, pero piden que no se olviden de ellos. Aún hoy día, cuando se cumplen ya 30 días de la tragedia, la situación es crítica para muchos negocios, con pérdidas millonarias y sin posibilidad de reabrir sin ayuda. Reivindican que las compañías no son organizaciones o puntos de trabajo, sino que con su trabajo activan la economía de la región, ofrecen servicios a la ciudadanía y de ellas dependen el sustento de las familias.
Según datos de la Conselleria de Industria y la Federación de Parques Empresariales de la Comunidad Valenciana (Fepeval) son 72 los polígonos afectados en mayor o menos medida por la riada, que suman en conjunto una superficie total de 26.392.000 metros cuadrados. En ellos se ubican más de 66.000 empresas damnificadas por esta catástrofe, la peor del último medio siglo en España.
"La Dana ha afectado al cinturón industrial valenciano. Necesitamos un verdadero Plan Marshall con ayudas a fondo perdido y que sea ágil y rápido porque si no se reactiva pronto la economía perderemos empleos y competitividad y nos empobreceremos como sociedad", advierte el presidente ejecutivo de Fepeval, Diego Romá. El principal problema sigue siendo la acumulación de enseres en las entradas de fábricas y parques industriales. Además, existen casos en los que se sigue sin suministros como luz y agua, obligando a acortar la jornada laboral por el miedo a la oscuridad y los saqueos.
Este es el caso en el polígono Oliveral, ubicado en Riba-roja, que permanece sin alumbrado en sus calles. "Actualmente, estamos sin iluminación en las calles. Salgo de la oficina con miedo porque no sé si alguien me va a asaltar. Es muy fuerte que una Administración pública no se dé cuenta de que un parque empresarial no puede estar ya más de cuatro semanas sin luz... Esto es tercermundista", lamentaba hace unos días a este diario Paco Prieto, CEO de la cadena valenciana Paco Perfumerías.
Por ello, desde la industria valenciana reclaman atención y ayuda para poder salir adelante. "La mayoría de empresas quiere volver. Hay algunas que ya lo han conseguido y están activas, pero muchas otras siguen en el camino", explica Romá. De hecho, por el momento, son ya un total de 2.539 las empresas que han solicitado ya un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor en la Comunitat Valenciana para la protección de 27.765 trabajadores ante las inundaciones, según cifras actualizadas este jueves por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Y es que el impacto de la Dana en el tejido empresarial ha sacudido a muchos negocios, principalmente pymes y micropymes, sin capacidad de reacción. En total, el valor estimado de los daños directos en la actividad económica valenciana alcanza los 13.314 millones de euros, según las últimas estimaciones de Cámara Valencia. Concretamente, el golpe en la industria llega a los 4.503 millones; mientras que en el transporte es de 2.189 millones de euros; la construcción, 3.813 millones; el sector agrario, 1.379 millones de euros; y para el comercio minorista se cifra el impacto en los 1.789 millones de euros.
"Ahora la batalla es contra el lodo y los enseres que se acumulan en las entradas después de despejar las fábricas", explica el presidente de Fepeval. "Entendemos la situación y que los cascos urbanos han sido lo primero, pero también debe continuar la actividad económica y la situación en muchos parques empresariales es grave. Hay mucha devastación y vemos que falta implicación por parte de algunos ayuntamientos", avisa.
En cambio, alaba la ayuda recibida por parte del Ivace, dependiente de la Conselleria de Industria. De hecho, el departamento que desde hace unos días dirige Marián Cano ha desplegado ya 25 brigadas, con más de un centenar de operarios y 94 vehículos, dedicados a la retirada de lodo, enseres, vehículos y voluminosos de la vía pública de los polígonos. También, están colaborando en la limpieza de calles, avenidas y aceras. En este momento, operan en 25 áreas industriales en coordinación con los ayuntamientos y el Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia.
Asimismo, el Ivace ha contratado un servicio de transporte gratuito de refuerzo en polígonos, al tiempo que ha puesto a disposición 30 agentes de proximidad con la misión principal de establecer una conexión directa y permanente entre las empresas, las áreas industriales y la administración autonómica. Su cometido es facilitar la información necesaria para acceder de forma ágil a las ayudas, así como ofrecer una respuesta rápida, eficaz y adaptada a las necesidades específicas de cada área.
"La industria tiene ganas de salir hacia adelante y reactivar la economía. Por eso, pedimos a la Administración, principalmente a los ayuntamientos, que mire hacia los parques industriales porque representamos miles de puestos de trabajo. Somos el último barrio de los municipios, pero no queremos ser los grandes olvidados", remarca Romá.