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el sur del sur  / OPINIÓN

La sociedad civil Alicante-Elche 

21/07/2024 - 

El pasado miércoles, se celebró una nueva reunión de los alcaldes de Alicante y Elche, Luis Barcala y Pablo Ruz, para comprobar y anunciar avances en la denominada área funcional con la que se pretende reforzar las sinergias entre ambas ciudades. Se trata de un viejo proyecto, que ya tuvo su reflejo en los años 90, bajo los gobiernos del PSOE y Joan Lerma en la Generalitat, entonces denominado el triángulo Alicante-Elche-Santa Pola. El área funcional está actualmente sobre la mesa porque la impulsan los dos alcaldes, ahora del mismo signo político, y la patronal Uepal, que a su vez pretende implicar a todos los agentes sociales y económicos de toda la provincia con el objetivo de buscar la ansiada unidad patronal con la CEV.

El miércoles hubo otra sesión, esta vez, en la sede del Puerto de Alicante, infraestructura que, como el aeropuerto, intenta ejercer de simbiosis. El moderador del acto era el profesor de la Universidad de Alicante Manuel Desantes, que fue el autor de la octavilla que había en la silla de todos los presentes con la buena intención de hacer pedagogía del área funcional. Me quedo con algunas ideas del profesor Desantes. Alicante-Elche podría ser un área neuronal (no radial) más importante de España; las áreas metropolitanas son radiales y concéntricas y fagocitan la provincia, que no sería el caso de Alicante y Elche; augura desde antes que el área funcional es la única de España que puede aglutinar a casi un millón de personas; las dos ciudades deben verse como pares y complementarias; se trata de un concepto dinámico de muchas generaciones; debe someter su proyecto a la teoría de la matrioska, es decir, sus decisiones deben afectar a la comarca y a los barrios de ambas ciudades; que en ellas se pueden generar muchos datos y que se debería financiar con fondos europeos. 

Hay otra idea, de tantas que incluye la octavilla, que quizás después se repitió en el coloquio de los alcaldes y con la que más discrepo: antes otorga un papel fundamental a la sociedad civil para el impulso del área funcional, al mismo nivel que la estructura política y administrativa. ¿De verdad la sociedad civil puede generar y reforzar esta entente? Lo he recordado al principio: ya hubo intentos en los años 90 y se diluyeron con la llegada del PP a la Generalitat, con Eduardo Zaplana a la presidencia. Es más, entonces, desde la administración autonómica se puso en marcha el denominado Plan Territorial del Área Metropolitana Alicante-Elche, y también fracasó porque el PP estaba en la Generalitat, y el PSOE en la Alcaldía de Elche, y la sociedad ilicitana lo vio como una fusión por absorción. En esto de Desantes, tiene razón: las ciudades deben verse como pares y complementarias.

Creo que conviene hacer algo de memoria porque ahora tenemos el debate del Área Funcional Alicante-Elche sobre la mesa. Lo está porque en su día, Compromís, en 2015, en los gobiernos locales de Alicante y Elche, puso sobre la mesa el término bicapitalidad, algo que compró Ximo Puig, pero no Carlos González ni Gabriel Echávarri, que coincidieron tres años en las alcaldías y apenas hicieron nada. Y lo está porque, como bien recordó Pablo Ruz el miércoles, la sociedad civil de Elche, a través del colectivo Elche Piensa, lo ha defendido y ha hecho pedagogía de ello, mientras la capital era un muro y con su principal medio de comunicación ejerciendo de barrera (para que las noticias de un sitio no saltasen a otro lado y viceversa). Y a ello se suma la infrafinanciación que sufrió Elche: casi todo se lo han tenido que hacer ellos.

Y si ahora está el proyecto del área funcional sobre la mesa es por el convencimiento de los dos alcaldes del PP, Luis Barcala y Pablo Ruz. Barcala creo que lo intentó en el pasado, pero se encontró con el silencio de Carlos González. Ahora, hay sintonía y voluntad. Y a ella han sumado a la Generalidad de Mazón y la Diputación de Toni Pérez.

Por tanto, si hay debate, es por los liderazgos, que ahora coinciden, y voluntad política, pero a la sociedad civil, al menos a la de la capital, querido Desantes, ni está ni se le espera. En todo caso, lo que hay son minorías activas. Y también una modesta organización empresarial, Uepal, que también cree en ello (la CEV debería hacer examen de conciencia en este asunto, si de verdad cree en él). Aquí, quién ha movido esta cocktelera, ha sido Elche Piensa, y con todos los partidos políticos.

 

¿Voluntad y liderazgo garantizan el éxito del objetivo final? Está claro que no. Falta lo más importante: los recursos económicos, máxime si de quien dependen las grandes infraestructuras es el Gobierno central. La Diputación ha volcado sus esfuerzos en dos centros de congresos en las dos ciudades, y ha abierto espacios que eran necesarios con nuevas sedes culturales (aquí la duda es si de verdad hacían falta dos palacios de 100 millones o uno grande compartido en un espacio compartido como es IFA); la Generalitat hace lo que buenamente puede con sus maltrechas arcas (expectantes estamos con el E-Tram) y el gran protagonista debería ser el Ministerio de Transportes. ¿Por qué? Porque el éxito del área funcional depende de un corredor ferroviario moderno, rápido y sin impacto ambiental que mueva a la gente de Elche a Alicante (y viceversa) en sus diferentes necesidades: turistas, estudiantes, empresarios, congresistas, etc. En el centro está el aeropuerto, está el recinto ferial, las grandes áreas industriales y el Puerto.

Y no hay más. Barcala y Ruz pueden empujar todo lo que quieran -y lo han hecho con medidas simbólicas, algunas, y atractivas otras, como compartir bonos de transporte o política industrial o el anunciado plan estratégico-, pero sin inversión, señores, no hay paraíso. Y en este caso, quizás ha sido más eficaz la labor silenciosa de Barcala y el ministro de Transportes, Óscar Puente, que todo el ruido que se ha generado sobre esta cuestión (y sobre las inversiones). De momento, hay circunvalación AP7 sin peaje y, posiblemente, variante de Torrellano sin electrificación, lo que acortará plazos. ¿Qué es poco? Por algo se empieza. Lo ideal, además del área funcional Alicante-Elche, sería poder ir cumpliendo los sietes ejes del estudio presentado el viernes para vertebrar todo el territorio y por comarcas. Pero, ¡ay amigos!, la administración tiene sus tiempos. Ahora, parece que se anima. Pero, quién tenga prisa, colaboración público-privada. Elche Piensa invitó allá por 2018 a Alfonso Martínez Cearra, director general de la Asociación para la Revitalización del Bilbao Metropolitano, Bilbao Metrópoli-30. Su testimonio sigue siendo válido. Aquí lo dejo.

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