Hoy es 8 de octubre
VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se enfrenta este miércoles a su primer Debate de Política General en Les Corts Valencianes desde que llegara al poder en julio de 2023. Una cita que sirve, en líneas generales, para que el jefe del Consell exponga un balance de lo realizado hasta este momento pero también, y esto suele ser lo más importante, para exhibir su hoja de ruta en el curso político que se inicia, en la que se incluirán los pilares esenciales y prioritarios del ejercicio y donde se aprovechará para desvelar algún anuncio de calado que capte la atención mediática.
No obstante, el también líder del PPCV se enfrenta a esta cita parlamentaria en una situación muy distinta a la que tenía cuando alcanzó el poder. Entonces, Mazón había sido capaz de cerrar un pacto exprés con Vox y, en muy poco tiempo, había logrado también desarrollar una sintonía bastante sólida con la cara más visible del partido de Abascal en el Consell, Vicente Barrera. De hecho, los primeros presupuestos del nuevo gobierno valenciano se aprobaron sin apenas tensiones ni ruido, especialmente si se compara a sonoras disputas que solía atravesar el Govern del Botànic (PSPV, Compromís y Unides Podem) a la hora de sacar adelante las cuentas.
Sin embargo, como de todos es sabido, el presidente nacional de Vox decidió romper en julio de forma abrupta los acuerdos con el PP en las cinco autonomías donde ejercían de aliados al considerar que Alberto Núñez Feijóo se plegaba a los deseos de Pedro Sánchez con la acogida de migrantes. Así, y pese al desacuerdo de los referentes de Vox en el Consell con su líder, al considerar que era una medida extrema dado que el gobierno valenciano estaba funcionando correctamente, el PPCV pasó a gobernar en solitario, con lo que el respaldo en Les Corts también quedó comprometido, al disponer de 40 diputados de los 99 totales.
Con este escenario, Mazón se enfrenta a un inicio de curso con ciertas complejidades de relevancia al encontrarse en minoría en el Parlamento valenciano. De hecho, el debate de este miércoles se convierte así en una buena primera piedra de toque para calibrar la relación con los otros partidos de cara al plato fuerte posterior, que serán los presupuestos de la Generalitat.
En este sentido, aunque no han trascendido anuncios concretos que el jefe del Consell planee hacer públicos el miércoles, las distintas fuentes consultadas apuntan a que el presidente tratará, mediante un tono conciliador y dialogante, de reivindicar su gestión hasta la fecha, poniendo el acento en el descenso de impuestos, la autodenominada "libertad educativa" o la llegada de grandes inversiones, entre otras cuestiones. Además, todo apunta a que el agua, con el trasvase Tajo-Segura al frente; la reforma del sistema de financiación y la llegada de un fondo de nivelación o la defensa de las señas de identidad valencianas, estos últimos con menciones expresas de las concesiones de Pedro Sánchez a Cataluña, ocuparán un espacio relevante en su discurso.
Unos asuntos -especialmente agua y financiación- donde el presidente de la Generalitat puede desarrollar un discurso de mano tendida a la búsqueda de grandes acuerdos, si bien tendrá que manejar con cierta habilidad la equidistancia para no soliviantar a Vox, a día de hoy la formación con la que tiene mayores probabilidades de llegar a acuerdos, dado que con PSPV-PSOE y Compromís se antoja complicado que exista acercamientos.
Así lo indican los antecedentes previos: los socialistas dirigidos por la ministra Diana Morant vienen reiterando en las últimas semanas que Mazón debe retirar la polémica Ley de Concordia aprobada con Vox para que exista diálogo; mientras que Compromís tampoco parece muy proclive a los pactos, especialmente tras el rechazo del PP a la Ley de Trato Justo presentada por la coalición valencianista. Es más, todo apunta a que ambas formaciones afinarán lo máximo posible en sus propuestas de resolución para tratar de hacer visibles los temas que pueden causar mayor incomodidad a Mazón. Uno de ellos debería ser la condonación de la deuda propuesta por Sánchez y donde el presidente de la Generalitat tiene más problemas para aceptar, dado que hay orden de Núñez Feijóo de no entrar en el debate.
Por otro lado, una de los incógnitas y, al mismo tiempo, punto de interés estratégico del debate, será ver en qué términos se maneja Mazón sobre la migración. Un asunto que el presidente de la Generalitat puede intentar enviar a un plano secundario en su intervención inicial dado que a priori pertenecería a la órbita nacional y nunca ha tenido un especial peso en este tipo de debates de política general. No obstante, será relevante ver la posición del jefe del Consell en un tema que puede resultar clave en la búsqueda de acuerdos con Vox, especialmente si el partido de Abascal insiste en ponerlo sobre la mesa en el debate.