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CITAS ROCAMBOLESCAS 

Sophie von Schönburg y Cristina Chumillas: encontrar el sustrato en la adolescencia valenciana

Cristina Chumillas y Sophie von Schönburg en un hangar. Eran las cuatro de las tarde

13/07/2019 - 

VALÈNCIA. Un espacio de reminiscencia industrial en la calle Burriana 30 donde el metro cuadrado y el ladrillo tienden al infinito. Provoca el efecto wow en Sophie von Schönburg, responsable de eventos de CuldeSac, y Cristina Chumillas, comisaria y hasta hace unas semanas una de las dos mitades de la galería Pepita Lumier. 

Por sus oficios conocen al dedillo al prójimo cultural y comercial. Sucede pronto que entre ellas comienza un diálogo en el que sobra cualquier moderador. Va sobre los afluentes laborales de un mundo rápido e imprevisible

Cristina Chumillas: Hasta hace no mucho era más fácil presentarme, aunque decir que eres galerista nunca es sencillo de explicar, dices que organizas exposiciones. Cuando señalas que te ganas la vida con ello es más complicado. Ahora que ya no trabajo en Pepita Lumier no sé muy bien, siempre digo que soy licenciada en historia del arte. O lo dejo en que soy Cristina Chumillas.

Sophie von Schönburg: El origen de todo es estar organizando cosas. Primero desde el lado del cliente, trabajaba para Lladró en Estados Unidos y vine a València para la Copa América, allí conocí CuldeSac y me convencieron para abrir la división de eventos. El 80% de lo que hacemos es para clientes de fuera pero estamos en la ciudad porque nos apasiona, o por amor a alguien que nos hizo quedarnos. Por las dos cosas.

Foto: KIKE TABERNER.

Cristina Chumillas: No sé si es un problema de ciudad, del país, de la sociedad… Pero nos enfrentamos a una situación en la que, cuando te dedicas al sector del arte, no hay un público para el cual la compra sea una necesidad. 

Sophie von Schönburg: Hay un momento generacional en el que no se sabe demasiado bien cuáles son las prioridades. Todos quieren vivir experiencias que les llenen, efímeras, quizá lo físico se percibe menos. La madurez debe llevar a saber lo que valen las cosas. 

Cristina Chumillas: Es verdad que la crisis económica trajo la limitación de las satisfacciones.

Sophie von Schönburg: Tradicionalmente lo primero que hacías cuando salías de casa de tus padres era llevarte la primer letra de la casa pagada. Ahora eso es más difícil con lo cual es la experiencia la que coge foco, por lo menos en una fase de la vida. Nos dirigimos las dos a ese público. Lo peligroso es que no hay poso, no hay un sustrato. Lo peligroso es el sentido efímero. Aunque a su vez hay una vuelta a los orígenes, al kilómetro cero, a la huerta. Da miedo que sólo sea tendencia. El peligro de que todo dure solo cinco segundos.

Cristina Chumillas: Quiero creer que esa inmediatez lleve a saber elegir muy bien. Te das cuenta de que cuando tienes que vivir con menos eliges mejor.

Sophie von Schönburg: Cien por cien, pero a nivel comercial cuando la gente igual tenía múltiples unidades ahora solo opta por una pieza, por un icono. Por eso es tan importante el proceso previo y posterior a la compra. 

-¿Qué es importante para afrontar vuestros trabajos?

Sophie von Schönburg: La receta es un desastre porque tienes que ser muy apasionado en lo que haces, muy sacrificado. El otro día se iba una chica del equipo porque no sabía si podía vivir ese estrés. Tienes la ventaja de vivir cosas increíbles, pero en nuestro equipo hay mucha rotación porque la presión es constante, un fallo del micrófono el día del evento lo puede echar todo a perder. Nunca nos unimos a nadie para hacernos notorios, sino para que el producto sea el que brille. Siempre recordaré cuando los responsables de Aston Martin llegaron con su flota a la calle Gabriel y Galán. ‘Ostras, creo que nos hemos equivocado de sitio’. Pero la ingenuidad de no haber trabajado con esas grandes marcas nos hizo creernos que podíamos llegar a ello.

Cristina Chumillas: La ingenuidad te da un combustible que no se puede explicar.

Sophie von Schönburg: Esa ingenuidad es lo difícil de mantener, porque cuando te has metido tantas tortas ya te las sabes todas. Por eso sumar a nuevas generaciones te permite no perderlo. 

Cristina Chumillas: Igual está dentro de nuestra idiosincrasia. Pero también es el saberte valorar, ¿por qué no voy a poder conseguirlo? Cuando montamos Pepita Lumier la ilusión era crear lo que ha sido: una galería dedicada a la ilustración y al cómic que sirviera de punto de encuentro. Se habla mucho de llenar la inauguración y luego qué, pero la gente llenaba las inauguraciones no solo por las cervezas sino porque sabía que se iba a encontrar con artistas, editores… Siempre he tenido la referencia de dos galerías revolucionarias como La Guillotina, de MacDiego, y La Esfera Azul, de Marisa Jiménez y Lupe Frígols, donde también se hacía cabaret, ensayos de música… Me gustaría que las galerías fueran eso y no un cubo blanco, que me parece muy aburrido. 

Foto: KIKE TABERNER.

Sophie von Schönburg: Esas nuevas formas de crear, de colaborar, son agradecidas, especialmente en València, viene ya desde lo que fue La Nave, también lo intentamos en CuldeSac. Lo difícil de conseguir es que se genere la magia. Porque juntes a x personas de x campos no tienen por qué surgir las conexiones.

-¿Cómo se compatibilizan vuestros trabajos con unas condiciones laborales razonables? 

Cristina Chumillas: Tenía que salir a las nueve, a las diez de la noche… Pensaba: no tengo que atender a un niño pero me tengo que atender a mí. 

Sophie von Schönburg: Cuando llevas un equipo tienes un sindicato montado en tu casa. Aunque tú no encuentres la fórmula adecuada lo bueno es que te van a hacer encontrarla. La lección que me han dado en los últimos años, cuando he sido madre, es que hay una evolución, que aunque siempre hayas estado en las barricadas ahora hay una aportación de valor distinta, igual haces media jornada pero das una visión más enriquecedora. Tu vida ha sido la empresa y generas culpabilidad cuando no estás a todas hora. Pero mi equipo me lo ha dicho claro.

-València… ¿qué?

Cristina Chumillas: Nunca he vivido fuera, ni me fui de Erasmus. Hace poco un grupo de gente me decía que quería venir a vivirse aquí. Al principio me extrañaba. Pero verdaderamente todos tenemos ganas de que València sea un sitio donde estemos ofreciendo valor importante. Estamos en ello. Es como una adolescencia, como si tuviéramos las hormonas revolucionadas. 

Foto: KIKE TABERNER.

Sophie von Schönburg: Probablemente se ha estado fraguando poco a poco durante tiempo pero la visibilidad se percibe ahora. Siempre éramos muy endogámicos, From València with design… siempre from València, from València. Pero cuando hay inercias que comienzan a unirse, cuando en lugar de venirte con el cuento ves realidades como el cambio en La Marina, en el Parque Central… Lo que debe hacer es mantenerse, no sólo generar sin consolidar. Estamos hablando de referencias brutales como fue el IVAM. Tenemos cimientos. 

Cristina Chumillas: Llegó un momento en mi vida en el que necesité dejar de pensar en por qué habíamos perdido ese legado, pero que sirva de referencia. Es que vengo de la ciudad donde sucedieron las cosas.  

 Sophie von Schönburg: Lo he vivido como extranjera, aquí hay una predisposición a ayudarse mucho, algunos recelos, claro, pero empujas un poquito y la gente se vuelca. 

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