VALÈNCIA. El poder del aparato del PPCV a favor de Soraya Sáenz de Santamaría en el proceso de primarias ha sido limitado en la provincia de Valencia. La victoria de la ex vicepresidenta del Gobierno, aunque no haya sido ajustadísima, ha dejado en entredicho de la capacidad de la cúpula para conseguir imponer su criterio a la militancia.
Así, los 1.458 votos conseguidos por Sáenz de Santamaría no han sido suficientes para disipar las dudas existentes en la formación de la gaviota. Cabe recordar que actualmente el partido está dirigido en esta demarcación por una gestora liderada por el diputado nacional Rubén Moreno, quien ha ejercido como uno de los lugartenientes de la exvicepresidenta en el proceso.
Además, alineada con la causa también se encontraba la portavoz de la Diputación de Valencia, Mari Carmen Contelles, quien en su día se postuló para liderar la provincia frente al entonces presidente Vicente Betoret. Un enfrentamiento que fue abortado por Génova para imponer una gestora: sin duda estas primarias han servido de revancha en cierta medida.
Por tanto, los 1.127 votos conseguidos por Casado sin apenas más aparato que el presidente de la gestora en València ciudad, Luis Santamaría, y la diputada nacional Belén Hoyo, no resultan nada desdeñables y evidencian cierta tendencia a la rebeldía de la militancia ante las consignas dadas por la estructura provincial y regional del partido.
Por otro lado, los 455 sufragios logrados por Cospedal llevan precisamente el sello de Betoret y otros dirigentes descontentos más que probablemente con Contelles y con la propia Bonig. Unos números que ponen de manifiesto una igualdad manifiesta de cara a la pelea de los compromisarios, puesto que si hay un frente anti-Soraya ésta se podría ver rebasada en la provincia de Valencia.