En plena semana electoral y tras haber oído a casi todos los candidatos a la alcaldía de la ciudad en materia de propuestas turísticas, me sigo preguntando: ¿Cuántos de ellos de verdad entienden la relevancia que tiene y tendrá este sector para el desarrollo económico de la ciudad? Salvo alguna honrosa excepción, la mayoría de ellos pasa de puntillas sobre esta actividad, haciendo algún guiño manido al tema de los apartamentos, el tráfico o ciertas soluciones a la congestión de determinadas zonas de la ciudad sin mojarse mucho más de lo que toca. Sí es verdad que por otro lado alguno/a de ellos ha entrado en la arena, proponiendo más competencias para el área de turismo, mayor dotación económica para la promoción turística de la ciudad, etc.
No puedo ni debo pedir el voto para nadie desde estas líneas, ni tampoco pretendo elaborar el programa de turismo de ninguna de las candidaturas que a estas alturas esta ya más que machacado, pero sí me van a permitir que deje en este artículo de opinión alguna de las reflexiones a las que deberá atenderse una vez se obtenga la preciada vara de mando y que condicionarán, sin duda, el desarrollo turístico de ésta nuestra ciudad.
En todo este proceso es prioritario mantener una estrategia basada en el posicionamiento de argumentos de productos turísticos, implicando aún más al sector privado en la toma de decisiones de las estrategias de promoción. Existen tantas formas de consumir la ciudad como posibles productos de venta se puedan poner en el mercado.
Debe reforzarse la ventanilla única como herramienta facilitadora de información y gestiones administrativas de las empresas turísticas de la ciudad o de aquellas interesadas en el desarrollo de actividades o de inversiones turísticas en la ciudad, como instrumento de dinamización empresarial y económica de Valencia. No puede permitirse que empresas inversoras abandonen proyectos de desarrollo turístico por la falta de coordinación entre áreas de relevancia (urbanismos, licencias, etc.). Más de 9-12 meses para una licencia de obra no lo soporta ningún inversor de fuera de la ciudad.
Mediante la consolidación de una mesa del turismo inter concejalías o a través del aumento de competencias del área de turismo, debe mejorarse la coordinación de actividades y servicios vinculados al turismo o con relación turística en la ciudad (tráfico, policía, ocupación pública, fallas, playas, etc.).
Es imprescindible mantener el esfuerzo en la promoción nacional e internacional de la ciudad vinculado a sus productos turísticos. En especial en los mercados con conexiones aéreas actuales o futuras. Si no estamos en los mercados emisores, no nos podrán comprar y para ello, sin duda, habrá que incrementar el presupuesto en promoción de Turisme València.
El magnífico trabajo realizado en los últimos años por parte del aeropuerto debe ser mantenido y apoyado, al objeto de seguir creciendo en las conexiones con aeropuertos de compañías de relevancia. En este punto habrá que empezar a prever qué pasará con su futuro crecimiento.
En la época del Big Data, debe consolidarse un sistema de generación de información turística relevante para el sector que aporte valor para su gestión (nuevos proyectos de inversión turística, datos de demanda, datos de consumo en la ciudad, etc.), así como la incorporación en ese sistema de objetivos medibles y cuantificables, no solo vinculados al número de demanda, sino la derrama económica que ésta provoca.
La ciudad necesita mejorar su señalización, eliminando la información sobre recursos o espacios que han cambiado de nombre, localizando nuevos espacios y favoreciendo de manera activa la mayor distribución de la demanda en diferentes puntos de la ciudad.
Necesitamos un escenario turístico más limpio, para lo que, sin duda, deberán aumentarse los esfuerzos, principalmente en momentos punta de demanda y en aquellos espacios más visitados de la ciudad.
La movilidad necesita de un importante proceso de evolución,ya que, si bien se han priorizado espacios para la bicicleta y el patinete, aún queda mucho por mejorar en relación a la circulación del transporte público (tanto en número como en frecuencias), en especial las líneas de autobús que acercan al turista al centro de la ciudad. Sería de alto valor generar espacios de aparcamiento disuasorios en el extrarradio de la ciudad con conexiones de transporte público ágil al centro histórico, así como la finalización de las líneas de tranvía/metro y la unificación de tarifas con las líneas de metro y transporte metropolitano.
La situación de la oferta ilegal y alegal en relación a los apartamentos turísticos necesitará de la implementación de una estrategia activa de control y sanción para asegurar el cumplimento de la legalidad y la convivencia con sus vecinos.
En relación a los cruceros, la ciudad debe analizar cuánto más quiere o puede crecer para dimensionar sus estrategias en el corto y medio plazo, priorizando aquellas orientadas a convertir València en puerto de salida de cruceros.
El patrimonio cultural debe ordenarse y profesionalizarse en materia turística para facilitar su mejor aprovechamiento turístico, generando mayor derrama económica y un uso más sostenible. Pagar con tarjeta en un museo o en la Lonja en pleno siglo XXI no puede ser un lujo, si no algo habitual.
La marina y el frente de mar, la asignatura pendiente, como valores para la demanda turística. Una marina que, a pesar del proceso de apertura en clave de nuevo espacio de consumo turístico llevado a cabo en los últimos años, necesita desestacionalizar su demanda dando a conocer a la ciudad y al mercado todos sus tesoros. La playa como espacio diverso en consumo, abierto todo el año y atractivo para la demanda turística, es la aliada del cabañal y de la marina en ese proceso de posicionamiento del frente marítimo como nuevo espacio complementario del destino turístico València.
Muchos son los retos que tendrá la nueva corporación en la gestión de la ciudad entre los que, sin duda, los vinculados al turismo tendrán un peso relevante, ya que influirán no solo en la mejora de la convivencia con sus ciudadanos sino en la derrama futura que generarán los que nos visitarán en el corto y medio plazo.
Alberto Galloso es socio y director de Soluciones Turísticas