CASTELLÓ. Con el fin de evitar que se le imponga el tratamiento en frío para sus cítricos, Sudáfrica esgrime ante la Comisión Europea el volumen de empleo que genera este cultivo en el país. Así lo hace la patronal de exportadores sudafricana (Citrus Growers' Association, CGA) a través de la prensa "y en los pasillos de la propia Comisión", argumentos que también reproducen los importadores de Bélgica, Holanda y Alemania en una carta remitida a la propia Comisión, señala la presidenta de Intercitrus y del Comité de Gestión de Cítricos, Inmaculada Sanfeliu.
Pero hay un detalle que no señala la patronal sudafricana: los 140.000 empleos que esgrime para evitar el tratamiento en frío son la mitad de los 280.000 trabajadores que, de forma directa, en España dedican su tiempo al sector citrícola. De ellos, 200.000 trabajan desde la recolección a la comercialización de cítricos, y otros 80.000 son equivalentes a tiempo completo (en realidad son más personas, pero a tiempo parcial) en las explotaciones naranjeras, apunta Sanfeliu.
En realidad, este debate debería estar fuera de lo que se discute actualmente en Bruselas, y para lo cual está previsto que este mes se materialice una nueva cita del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos de Sanidad Vegetal, que ya se ha reunido en una ocasión. Y es que, aunque lo que se discute en el comité es si el protocolo aplicado por Sudáfrica para evitar que lleguen plagas como la falsa polilla (Thaumatotibia Leucotreta) o la mancha negra (Phyllosticta citricarpa) es efectivo o no, la presidenta de Intercitrus advierte que la citricultura española "puede ser, de nuevo, víctima de la geopolítica", tal y como ya quedó patente en la reciente visita del sector a Bruselas.
No en vano, las evidencias de que el denominado enfoque de sistemas -las diferentes alternativas entre las que los productores y exportadores sudafricanos pueden elegir para tratar de evitar la propagación de sus plagas- no funciona son abrumadoras, a pesar de lo que repiten los representantes de la CGA en Bruselas. De hecho, solo en este año ya han llegado 61 partidas con estas plagas. Y la autoridad sanitaria europea ya ha reiterado ante el comité que estas medidas no garantizan, ni mucho menos, la ausencia de las enfermedades, cuya llegada al Viejo Continente sería devastadora para los cítricos, y además podrían afectar a numerosas especies vegetales.
De ahí que el influyente lobby sudafricano, junto con el de los importadores europeos, estén tratando de desviar el debate.
Otra vía en esta táctica de distracción es la de presentar el tratamiento en frío como algo excepcional, cuando en realidad Sudáfrica ya lo aplica para exportar a Estados Unidos o Japón y a España se le exige para enviar la fruta fuera de Europa. Es tan habitual el hecho de utilizar este cold treatment para el viaje de los cítricos en barco que, incluso, y a falta de una norma jurídica establecida, se aceptan como referencia los protocolos de los Estados Unidos, que por ejemplo exige ese grado centígrado para la fruta española desde la primera campaña de exportación, la 1979/1980.
En este argumentario, la patronal sudafricana también exhibe al sector citrícola como ejemplo de integración en el país, cuando la realidad es muy diferente, con deficiencias laborales manifiestas, y la propiedad de las fincas y de las empresas está en manos de unas pocas personas.
Por todo ello, y en representación del sector, Sanfeliu afirma no entender "por qué hay tanta resistencia a la aplicación de una evidencia científica que, además, se impone a las exportaciones comunitarias por parte de los principales importadores mundiales".