palabras llanas / OPINIÓN

Sueños y muros

14/06/2024 - 

La mayor satisfacción de unos padres es ver nacer a sus hijos y desde ese momento empieza una aventura que durará toda la vida. Una vida llena de sueños, de sueños de los padres y de sueños de los hijos.

Todo padre anhela que sus hijos tengan una vida plena, pero con los años la realidad empieza a ponernos frente a la máquina de romper sueños, sobre todo en estas últimas décadas.

Mi abuelo soñó que mi padre tuviera una vida mejor que la suya y lo consiguió. Mi padre soñó que nosotros tuviéramos una vida mejor que la suya y lo consiguió. Pero ¿Qué sucede con nuestros hijos, con los jóvenes de la actualidad?

Un cúmulo de despropósitos, no sé si queriendo o sin querer, de los sucesivos gobiernos, van a conseguir que los jóvenes de hoy en día sean la primera generación en muchos años que vivirá peor que sus padres.

El deterioro que han producido en la educación las consecutivas leyes educativas ha tenido como consecuencia que una educación, antaño excelente, que permitía que el hijo de una familia con escasos recursos terminara siendo un excelente médico, maestro o fontanero, ahora vean como ese ascensor social que era la educación ya no funciona. Las principales víctimas de las nefastas leyes de educación están siendo las familias más vulnerables e incluso las familias de clase media, que son la mayoría de las familias españolas.

En Vox valoramos el esencial papel de la educación como vehículo de transformación, de desarrollo y de crecimiento de España. Es fundamental recuperar una educación que de verdad permita a los jóvenes tener una formación que sea la herramienta para labrarse un futuro. Necesitamos una educación basada en el esfuerzo, en la exigencia y en la consecución de conocimientos. No una educación del “todo vale”, en la que de lo mismo aprobar que suspender, en la que prime más la carga ideológica de los trabajos que la utilidad de los mismos, una educación en la que los jóvenes y sus familias sean los verdaderos protagonistas. Necesitamos un nuevo modelo en el que la educación debe ser recuperada como proyecto común de todos los españoles.

Pero sigamos hablando de los sueños. Todos, padres e hijos, sueñan con encontrar un trabajo que les permita tener un proyecto de vida, ¿y qué es lo que encuentran? Trabajos precarios, incluso los que intentan acceder al mercado laboral con un título universitario, se encuentran con salarios vergonzosos que impiden desarrollar sus planes de futuro.

Es de urgente necesidad facilitar a las empresas la contratación eliminando trabas y la presión fiscal que se ejerce sobre ellas. Que les dejen crecer y crear puestos de trabajo.

Y ya, finalmente, cuando un joven tiene la inmensa suerte de encontrar un trabajo viene el momento del último sueño, un sueño que es más bien una pesadilla, el encontrar una vivienda en la que crear su proyecto de vida, en la que iniciar una nueva familia con los mismos sueños que tenían sus padres. Y esta vez, el muro contra el que se estrellan es infranqueable. Pero es de cajón, a mayor oferta menor precio, faltan viviendas. Para paliar esa escasez, es necesario liberalizar la gestión del suelo y sus usos, pero claro, eso terminaría con la especulación y eso a algunos no les interesa, prefieren condenar a nuestros jóvenes a una vida en precario. Pero no solo se condena a los jóvenes a una vida en precario, se condena a toda la nación, porque lo que sean los jóvenes será la nación. Es más fácil para un joven ‘okupar’ una casa que alquilarla o comprarla. Es más fácil para el gobierno contentar a delincuentes que trabajar por nuestra juventud y su futuro.

El gobierno levanta muros donde no debe, en la educación de los jóvenes, en sus perspectivas laborales, en su acceso a la vivienda, en definitiva, en su futuro y no los levanta donde debería que es en nuestras fronteras.


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