Análisis

Susto o muerte para Ribó: enfrentarse al comercio o a los sindicatos

La apertura en domingo vuelve a sembrar la discordia entre aliados naturales: el PP desató la ira entre los comerciantes y el tripartito ha hecho lo propio con los trabajadores del sector

28/01/2016 - 

VALENCIA. No fueron pocos los que tildaron de "histórico" el acuerdo del Ayuntamiento con el comercio alcanzado el pasado mes de diciembre. Razón no les faltaba: tras años de desencuentro entre el consistorio y el sector por la liberalización de horarios decretada por Rita Barberá, el nuevo concejal del ramo, Carlos Galiana, logró un pacto que deja satisfechas a las grandes empresas de distribución y, a la vez, al pequeño comercio, hasta ahora bandos enfrentados por esta cuestión.

El acuerdo, no obstante, ha destapado a un detractor inesperado, y no cualquiera teniendo en cuenta que el gobierno lo ostenta un tripartito de izquierdas: los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO, que este jueves se manifestarán contra el alcalde Joan Ribó en la misma Plaza del Ayuntamiento, como informó este miércoles Valencia Plaza.

¿La razón? que el pacto dista mucho de las expectativas generadas por el consistorio, que prometió erradicar la liberalización en toda la ciudad. En efecto, el primer mapa que dibujó Galiana restringía la libre apertura en domingo a un área estéril para el comercio, donde sólo se encontraban pequeños establecimientos que ya podían abrir sin restricciones: el entorno de la Lonja.

El acuerdo final, sin embargo, extendió el perímetro a todo el casco antiguo de la ciudad, incluida la calle Colón y los edificios de El Corte Inglés; además del entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde se encuentran los centros comerciales El Saler y Aqua y El Corte Inglés de la Avenida de Francia. 

Los sindicatos son claros y concisos en su queja: "CCOO y UGT se sienten decepcionados con el alcalde, Joan Ribó, y con el concejal de comercio, Carlos Galiana, ya que, anteriormente, en entrevistas públicas y reuniones previas, han manifestado su posición contraria a la libre apertura comercial en domingos y festivos. CCOO y UGT consideran que se ha cedido a la presión del poder de las grandes superficies", espetaron.

En el equipo de gobierno no ocultaban su enfado al conocer la convocatoria. "Nos sorprende mucho que los sindicatos no se manifestaran cuando se aplicó la liberalización y que sí lo hagan ahora cuando se pasa de cinco zonas a dos y se recorta en más de la mitad el área de libre apertura en domingo, más teniendo en cuenta que había 800 empleos en juego y que las grandes empresas se han comprometido a que los empleados no trabajen más del 25% de los festivos de apertura", replicaban.

Pese a que el Ayuntamiento y las firmas representadas por la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) recalcan que el compromiso es firme -incluidas las citadas cláusulas-, los sindicatos mayoritarios consideran que el acuerdo "no está nada claro". "En todo caso, dejaría fuera a miles de trabajadores del resto de subsectores, como el calzado, textil, supermercados, metal y otros, que tendrían que trabajar la mayoría de domingos y festivos del año. Por poner un ejemplo, parte de este personal tuvo que trabajar el año pasado 35 domingos y festivos", aseguran.

En definitiva, pese al esfuerzo, parece que el Ayuntamiento ha desvestido un santo para vestir a otro con una decisión que, como le ocurrió al PP, ha terminado por enfrentarle con un teórico aliado natural: Barberá desató la ira entre el numeroso colectivo de los pequeños comerciantes y Ribó ha hecho lo propio con los trabajadores del sector.

Ahora está por ver si la maniobra de UGT y CCOO surte efecto y el alcalde, como exigirán ambas formaciones este jueves en la Plaza del Ayuntamiento, rompe el pacto con alcanzado con el comercio para contentarles. Todavía podría hacerlo, puesto que el mapa final no ha sido rubricado por la administración local. La decisión está en sus manos, pero es susto o muerte.

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