VALÈNCIA. Cinema Jove desvela sus cartas de su nueva edición, la trigésimoctava. El festival internacional de cine hecho por autores y autoras menores de 40 años sube un poco el listón y se centra en algunos de los dramas de la generación millenial, si bien, como siempre, reserva también una colección de coming-of-age para entender el mundo que rodea la infancia y la adolescencia.
Como gran novedad, la sección de webseries se transforma en Series, simplemente. “Hace años, la mayoría de propuestas surgían de autores que querían difundir sus producciones de manera independiente por internet, pero ahora están las plataformas y ¿qué serie no se sube a internet?”, reflexionaba en la rueda de prensa ayer María Albiñana, coordinadora de la sección.
10 series desde Kazajistán, Chile, España, Canadá, Australia, Argentina, Rusia y Alemania competirán por el premio de esta sección, que se plantea como un binge-watching concentrado en unos pocos días. Muchas de ellas están dirigidas a un público juvenil, una línea que quieren “reforzar” en próximas ediciones. Algunos títulos vienen avalados por radiotelevisiones públicas de sus países y/o su participación en diferentes festivales interncionales como Canneseries.
Compiten Escort, de Kuanysh Beisekov; Appetite, de Neil Sharma y Mohini Herse; Queen of the playground, de Modiyat Abdukadyrov; Becoming Charlie, de Kerstin Polte y Berta Benkelmann; Evalive, de Julia Uzkikh; Triple Oh!, de Poppy Stockell; Roni, de Joan Tomás; Se busca, de Mariano Pozzi; Streams flow from a river, de Christopher Yip; y Poemas malditos, de Pepa San Marín y Juan Ignacio Sabatini.
Fuera de competición, el festival presenta la serie canadiense para público juvenil Lou et Sophie, el drama criminal danés Nordland 99 y lo último del colectivo de creativos españoles Putos Modernos, que vendrán a València a presentar este debut audiovisual que parodia los gajes y los personajes de la modernidad. También visitará Cinema Jove el humorista Rául Cimas, que presentará su nueva serie original de Movistar+, titulada Poquita fe y producida por Buendía Estudios.
Otros nueve títulos compiten en la Sección Oficial de largometrajes, compuestos por “historias de amor marcadas por los entornos hostiles en los que se desarrollan (Le paradis), reflexiones sobre la cada vez más frecuente autoalienación a la que nos empujan las sociedades contemporáneas (This Closeness) o estudios sobre la vida marginal, rozando lo delictivo, que parece la única salida posible en el corazón de las grandes ciudades (Sons of Ramses). La familia vuelve a ser uno de los núcleos temáticos explorados por algunas de las películas, desde la tragicomedia (Family Time), el falso documental (Starring Jerry as Himself) y el drama intimista (The Burdened), así como los desajustes emocionales de la generación milenial (Almost Entirely a Slight Disaster) y la búsqueda de un amor marcado por la soledad (Petrol) y los tabúes sociales (All the colors in the world are between black and white)”, resume uno de los seleccionadores, Óscar Brox.
Distintas secciones de la Berlinale o la Semana de la Crítica son algunos de los festivales donde se han pescado algunos de estos títulos, que buscan ir más allá del coming-of-age, “no solo hablan del descubrimiento o el paso de la adolescencia a la edad adulta. También hablan de los problemas del mundo que reconocen y contra los que luchan”, explicaba ayer el director del festival, Carlos Madrid. El mundo hecho pedazos hace que los autores no solo se miren el ombligo o recuerden aquellos felices 15 años. Y entre todo, destaca la reivindicación de las identidades LGTBIQ+, en plena ola reaccionaria en países que habían conseguido grandes avances.
No es sección oficial pero sí largometrajes la nueva sección Òrbites, que quiere ser, cuando se consolide, la ventana de las nuevas narrativas. Este primer año se presenta con cuatro largometrajes valencianos: Sóc filla de ma mare, de Laura García Pérez; Bull run, de Ana Ramón Rubio; Sóc vertical, però m'agradaria ser horitzontal, de María Antón Cabot; y València, t'estime, de Carlos Giménez.
Hasta 57 títulos compiten en la Sección Oficial de Cortometrajes. Una selección inabarcable periodísticamente hablando, que el año pasado aglutinó los cortometrajes premiados en los festivales de cine más importantes del mundo, y que este año si bien no repite ese atractivo, vienen títulos de las selecciones oficiales de Clermont-Ferrand, Rotterdam, Berlinale, Venecia, Locarno o Cannes, entre otros.
Es, además, el escaparate de hasta cuatro producciones valencianas, que nunca llegan a la sección de largometrajes y que aquí compiten en codo con codo con el resto de nacionalidades. Se trata de Els amants, una comedia costumbrista “neoberlanguiana” de Joan Vives y Una terapia de mierda, una parodia de las pseudociencias con el sello colorista y surrealista de Los Hermanos Polo. El festival proyectará, fuera de competición, Aixó també passarà, documental de Iñaki Antuñano y Pepe Ábalos sobre la figura de “la pensadora” de Escif que protagonizó las fallas de la pandemia y Las visitantes, el cortometraje de Enrique Buleo, producido por la valenciana Alejandra Mora, que recibió la mención especial del jurado del prestigioso Festival de Clermont-Ferrand.
Volviendo a competición, completan la selección estatal Las Trial, un spin off de Star Wars dirigido por Marino Darés; y La herida luminosa, una crítica al turismo de masas en las Baleares firmada por Christian Avilés.
Las fronteras de la sección cortometrajes son las más difusas: experimental, animación, documental y narrativas experimentales estarán presentes en los diferentes programas.