El Gobierno está que no le llega la camisa al cuerpo. Se sabía. El desafío soberanista quema etapas y sigue firme en su camino. El President Quim Torra se sube al escenario del Teatro Nacional de Cataluña para confirmar su propósito, mientras que en Moncloa están en clave de pánico escénico. Quizás veamos una segunda edición del 155.
Por respeto a la audiencia y decoro dejo que finalicen ustedes mismos la cita que encabeza esta columna. Me sorprendió la contundencia y repetición de la misma por parte del periodista radiofónico castellonense que la pronunció. Pero creo que es muy reveladora de la grave situación nacional.
Nos encontramos en el ecuador de la Semana Santa, la más importante del calendario cristiano, donde las manifestaciones de nuestra religiosidad se viven intensamente en cada rincón del país y los ateos practicantes no reniegan de ese mini verano en el que para muchos se han convertido estas fechas.
Y no lo hemos visto todo. Nos estamos acostumbrando a consumir información sin solución de continuidad. De tanto que pasa, que nos pasa, va a llegar un momento en que todo fluya sin que nos importe. Es un espectáculo que presenciamos no sé si sorprendidos, arrobados o en el peor de los casos hastiados.