Acaba el mes más esperado del año por la mayoría de las personas, el mes de las sobremesas eternas, las cenas con amigos y sobre todo la ausencia de horarios y obligaciones. Comienza un curso que se aventura no exento de dificultades.
Un puñado de profesionales de los asuntos culturales confiesan en qué escenarios fabulados les gustaría ejercer de veraneantes
De aberraciones en diseño y el mito de las vacaciones del diseñador
Os propongo un destino alternativo para agosto. ¿Porqué no vais a Castilla? A pequeñas ciudades como Soria, Ávila y Zamora. En ellas comprenderéis el significado de la palabra quietud. Caminar por sus silenciosas calles es un aprendizaje de lentitud. Os ayudará a reencontraros
Instalados frente al mar espera el llamado “veraneo”. Y también la convivencia vecinal en esos inmensos complejos turísticos donde casi nadie aguanta a nadie y el aburrimiento acaba convirtiéndonos en auténticos mercenarios sociales
Inaugurado oficialmente el verano las redes sociales se llenan ahora de fotografías y estampas de viajes, de momentos, situaciones y destinos placenteros. No importa el destino porque las vacaciones más que el destino, son un estado que alcanzamos
Recuerdo como si fuera ayer esos veranos eternos. Esos veranos que nunca acababan. Recuerdo como si fuera ayer el olor de esos veranos, sus sonidos, su brisa, sus días, sus noches, sus estrellas, su calor, sus lluvias... Esos veranos de la niñez. Esos veranos tan deseados, tan esperados. Esos veranos donde cambiabas de entorno, cambiabas de casa y cambiabas hasta de amigos y amigas