La separación de poderes que debe darse en una democracia plena, en España cada vez más brilla por su ausencia y el actual gobierno lo lleva a gala, ni medias tintas ni disimular, se sienten impunes
Personalidades tan acusadas como Manuela Carmena, Iñigo Errejón, Ada Colau y el recién aterrizado Manuel Valls, apuestan por sí mismos. Nada de marcas electorales de partidos. Están demasiado dañados. La gestión diaria y los avatares políticos no son propicios y juegan en contra de las formaciones tradicionales