Entrevista

Teatro y danza

Tendencias escénicas

Assad Kassab: "El cartelismo y la poesía son un matrimonio bien avenido y para toda la vida"

VALÈNCIA. El alcalde de l’Alcúdia, Andreu Salom, escribió del trabajo de Assad Kassab (Valencia, 1974) en el catálogo de una exposición donde se reunía una colección de 50 de sus carteles, que su pretensión difiere de la comodidad del público, con unas obras directas y agresivas. Este artista plástico, diseñador gráfico, escenógrafo y fotógrafo, habitual de la ESAD València, la Escuela del Actor, Teatre Rialto, Escalante, Albena Teatre, La Pavana, Bambalina Teatre, Nacho Diago, La Dependent y Olympia Metropolitana, se sirve de cualquier objeto, material y herramienta que le permita llegar donde quiere. Y lo que quiere hoy en día es imprimirle urgencia a su obra frente a la deriva del mundo. 

 

“La humanidad se deshumaniza. Europa permanece en silencio y de perfil ante el genocidio en Gaza, la extrema derecha campa a sus anchas, la homofobia, la transfobia, el racismo, la violencia machista son el pan nuestro de cada día. Si Renau levantara la cabeza, València y el mundo entero estarían forrados de carteles”, sentencia, mientras trabaja a destajo con todo lo que le rodea, todo lo que ve y huele, para elevar su arte a agitación y zarandeo.

 

- ¿Cuándo supiste que te querías dedicar al diseño de carteles?

 

- En realidad nunca me lo propuse. Se dio de forma totalmente casual: yo venía de estudiar Bellas Artes en Cuenca y de hacer un par de másters en diseño gráfico en la Universitat Politècnica. Poco después, empecé una relación sentimental con una chica que cursaba cuarto de Arte Dramático en la Escuela Superior de Arte Dramático de València y ella fue mi puente para llegar al mundo del teatro. Me presentó a Alejandro Jornet, su profesor de interpretación en ese momento, y él me encargó mi primer cartel de teatro, mi primera escenografía y mi primera sesión de fotos. Todo a la vez. Me alegro mucho de haberte jodido la vida, con esa obra empezó todo.

 

- ¿Se puede vivir dedicándose al cartelismo?

 

- Vivir de cualquier disciplina que tenga que ver con la cultura es algo que depende directamente de la política. Es lamentable. La cultura debería estar protegida por cualquier Gobierno, no debería ser negociable o susceptible de recortes o abandono.Si un Gobierno no destina dinero y no tiene un plan para crear, sostener y proteger nuestro sector, no hay manera posible de vivir de ello, dignamente al menos. Yo me siento afortunado y agradecido, de momento. Esta temporada me sonríe con proyectos muy estimulantes que me conectan con gente preciosa, pero puede que para la siguiente no sea así. Ojalá poder responder con un sí rotundo a esta pregunta. La situación es bastante dramática para todas y todos.

- El diseñador gráfico venezolano Santiago Pol define el cartel como “un golpe en el ojo cuyo hematoma queda en la memoria”. ¿Compartes esa violencia en el acercamiento al público?

 

- Absolutamente. Gracias, Santiago Pol.Me interesa que la gente se conmueva, que sienta algo, lo que sea. La incomodidad me parece un escenario perfecto para ello. En cuanto a la agresividad es algo con lo que no me identifico en absoluto pero soy consciente de que mi obra muchas veces la transmite.

 

- ¿Cómo casan tu manera de entender el cartelismo con la poesía?

 

- Para mí son un matrimonio bien avenido y para toda la vida.

 

- Isidro Ferrer, cartelista de teatro, Premio Nacional de Diseño 2002 y Premio Nacional de Ilustración 2006, dice que se dedica a esto por devoración, un cruce entre devorar y adorar su profesión. ¿Cuánto teatro devoras? 
 

- Todo el que puedo. Bien por trabajo; bien por puro placer.

 

- ¿Qué herramientas y materiales te acompañan en tus creaciones?
 

- Reconozco que mi debilidad tiene que ver con lo matérico, con ensuciarme las manos. Me aburre soberanamente limitarme a estar sentado delante de una pantalla. Me gusta trabajar en mi jardín, al sol, tomar una cerveza mientras trabajo, hacer una barbacoa o una paella mientras el director o directora me cuenta qué busca, esculpir, pintar, bajarme al bazar a comprar plastilina o barro, quemar objetos, llamar a mi amigo herrero para que me moldee un tenedor, ir a la carnicería a por un corazón de cerdo o llamar a mis amigas y amigos para que le pongan cuerpo a mis ideas. Más tarde, inevitablemente, llega el momento de sentarme miles de horas delante la pantalla pero con el alma en fiesta por todo lo vivido.

- Tus diseños incorporan pintura, pequeñas esculturas, recortables, materiales reciclados que podían estar abocados a la basura… ¿es tu manera de reivindicar la artesanía y el valor de reciclaje de este oficio?
 

- Más que una reivindicación es una necesidad. Vengo de las artes plásticas y necesito estar en contacto con la materia para poder relacionarme después de una manera saludable con el diseño. Esa combinación entre las artes plásticas y el diseño es donde encuentro la fascinación, la vibración, la posibilidad.

 

- Ante la sobresaturación de impactos visuales, ¿qué espacio puede tener actualmente el cartel?
 

- El cartel ha tenido siempre un espacio inmenso y necesario, aunque no lo suficientemente valorado. Hoy, el cartel tiene más importancia y más urgencia que nunca. En la era del videoclub era un alivio y de gran ayuda dejarme seducir por las portadas de las películas para acertar de lleno. Tras una buena portada casi siempre descubro una película maravillosa. Lo mismo con los discos. Abro cualquier plataforma y visiono películas o series porque sus carteles me atrapan. 

 

- ¿Qué opinas de la inteligencia artificial aplicada a la comunicación visual?
 

- Creo que es una herramienta de trabajo más y una opción absolutamente loable. Cuando hago un cartel la utilizo, aunque en contadas ocasiones, para hacer los primeros bocetos, el primer golpe de vista, para ver si me cuadra la composición y si me convence, lo hago de forma manual después y hasta ahí llega mi relación con la IA. De hecho, sólo la utilizo en carteles donde no dispongo del material o el que se me antoja es difícil de conseguir, pero necesito que el cliente se haga una idea. De esa manera ahorro tiempo, dinero y recursos. Cuando veo un cartel que está hecho con inteligencia artificial me canta enseguida y no me interesa absolutamente nada, porque carece de personalidad.

 

- Frente a tu enfoque conceptual, en los últimos años los productores demandan el rostro de los actores, ¿cómo te defiendes de esa injerencia?
 

- Particularmente ese enfoque me interesa poco pero si lo hago, intento hacerlo lo mejor posible. Diseñar un cartel para una obra de teatro tiene que ver con el trabajo en equipo. Es necesario saber escuchar y poder llegar a acuerdos, pero me pirra que me dejen hacer lo que me da la gana.

 

- No solo has trabajado para compañías, sino también para teatros. ¿Cómo concentras una programación en una sola imagen?
 

- Todo depende de la dirección artística de ese teatro o festival. Algunas veces trabajo alrededor de un lema, de un concepto, de una idea  que aúna todos los espectáculos que componen la programación, otras veces lo hago desde lo estrictamente gráfico y estético, pero cualquier programación, sea la que sea, debe ser clara, legible y funcional, y en eso pongo bastante empeño.

 

- ¿En qué otros cartelistas te miras?

 

- No me miro en cartelistas me miro en carteles. Cuando no veo la mano de quien lo hace, del cartelista en este caso, sé que es ahí.

- ¿Son de artes escénicas o picas en el cine?
 

- Me suelen gustar más los carteles de cine que los de teatro, de hecho, la mayoría de mis carteles tienen un aroma cinematográfico. En los carteles de teatro la mediocridad abunda un poco más y la naftalina invade las vitrinas de los teatros, porque muchas veces prefieren ahorrarse esa partida económica y claro, el pobre becario hace lo que puede. Por suerte, hay producciones que te sorprenden, porque apuestan por algo más que unas caras reconocibles con una pose amable.

 

- ¿Qué cartel de teatro te hubiera gustado diseñar?
 

- Cualquiera que me encargara una amiga o amigo. Trabajar con amigas y amigos es lo mejor del mundo. 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo