Teatro y danza

AL SON DE GUILLEM MONT DE PALOL

'Danzas Románticas’: un ballet del “amor” que se construye con el público

  • Danzas Románticas
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VALÈNCIA. Todo el mundo se ha enamorado al menos una vez en la vida. De una receta que ha visto por internet, de un abrigo custodiado tras un escaparate, de un libro, una película, una canción… Los más valientes se atreven también a enamorarse de personas, prometerles un futuro y construir una relación basada en el cariño, los besos, las buenas palabras y la confesión de sus miedos. El sentimiento del amor podría ser uno de los más contados a través de la ficción y aun así aún quedan infinitos relatos por ser representados, porque cada experiencia del amor es única. Sumándose al reto de relatarlo, y en el marco del festival Dansa València, el próximo viernes 11 de abril en Espai Inestable el artista Guillem Mont de Palol presenta su espectáculo Danzas Románticas, con el que rescata los ballets románticos para hablar de la idea del amor romántico desde su fatalidad, su fragilidad y sus dramas a través del movimiento.

 

Para ello confecciona, junto a Jorge Dutor -encargado de dirección, escenografía y vestuario- una historia en la que a través de un solo devuelve a la vida los relatos de Giselle, La Sylphide, Coppélia, Raymonda y Scheherezade. Atendiendo al amor como sentimiento colectivo lo hace contando con el público, rompiendo la cuarta pared que les divide e invitándole a reflexionar sobre cómo evoluciona el romanticismo a lo largo de los años. “Me interesa hablar del sufrimiento romántico que viven las mujeres, de cómo siguen muriendo por amor y de la tragedia que esconden sus relatos. Lo interesante de hacerlo de forma conjunta con el público es plantear la pregunta del sufrimiento por amor y junto a su visión intentamos “exorcizar” los relatos sobre el amor y su tragedia”. 

 

Sirviéndose del movimiento, y gracias a las historias que se cuentan en los ballets, relata esta historia tan compleja con el público como si fuera parte del “cuerpo del ballet”, como si trabajaran también en el paisaje y la escenografía. Sin gradas y en el mismo plano se invita a que los espectadores formen parte de la performance que se genera dentro de este “universo del romanticismo” que habita sobre el escenario dentro del cuerpo de Mont de Palol: “Se generan todo tipo de situaciones que hablan sobre el amor, el movimiento y sus posibles tragedias. Me sirvo de diferentes dinámicas para apelar a la imaginación del público mientras planteo un paisaje abstracto en el que surgen todo tipo de conclusiones”. 

 

  • Danzas Románticas -

 

A través de diferentes tipos de danzas, y a veces sirviéndose de la ayuda de una pizarra sobre la que pinta y escribe, Mont de Palol habla de las mujeres que quedaron relegadas a un segundo plano en estos relatos. “Me interesa centrarme en el ballet clásico y sus relatos para reflexionar sobre cómo cambia el amor y como, a su vez, podemos seguir con las mismas ideas del romanticismo. Hablamos de traer estas situaciones al presente y adaptarlas a un lenguaje en el que converjan todas las ideas”, explica el bailarín solista, quien apunta que Danzas Románticas se construye a partir de una mezcla de mundos y experiencias que toman la pista de baile: “Hay una parte de ballet del romanticismo, otra de exorcismo, otra de juego, una de sentimiento y hasta un fragmento que parece un scape room”.

 

“Quiero que la idea del romanticismo más antiguo se entienda a través del baile, la tragedia, el movimiento y el dibujo mientras genero un nuevo paisaje”. Sin atender a las limitaciones de un espacio físico, ni el emocional, Mont de Palol trabaja su dispositivo generando una atmósfera en la que el movimiento es un lenguaje que se construye con quienes le rodean a ritmo performático. “Todo el mundo puede formar parte de este relato que es, a su vez, tan simple y tan complejo. Me interesa que nos pongamos en el mismo plano y las mismas situaciones para contar una historia que se va entendiendo entre sus capas y que configura una historia en la que se habla de las artistas del romanticismo”. Gracias a la colaboración del músico Carlos Parra y con motivo de conectar la historia antigua con la presente, viaja hasta un escenario más actual y pop entre los versos de Sin ti no soy nada de Amaral, que le sirve para hablar del amor desde el presente.

 

“Reflexiono a través de este tema sobre los sentimientos, el amor y como nada ha cambiado tanto. Todavía escuchamos letras que navegan entre lo trágico y lo romántico y que le cantan a la falta del amor como una ausencia. Aun así, hay canciones que dicen “sin ti no soy nada” y hablan de la amargura del amor”. Con todo esto busca generar una reacción en el público enamorado, que aunque cambia entre espectáculo y espectáculo, se abre siempre a un diálogo sobre amor, arte, tragedia y presente a través del movimiento, la música y la danza. 

 

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