VALÈNCIA. Poder, exigencia, justicia e igualdad; una conversación abierta sobre la lucha de egos y la fuerza del poder femenino. Con estos ingredientes, la actriz y directora teatral valenciana Magüi Mira llega al Teatre Talía para adaptar la obra de teatro Malditos Tacones, de Ignacio Amestoy. Lo hace de la mano de las actrices Olivia Molina y Luisa Martín que encargan a dos mujeres que “buscan una verdad y se encuentran con una gran mentira”.
Frente al público, del 13 al 23 de febrero, se enfrentan al poder que creen tener y se enzarzan en una conversación eterna en la que se enfrentan en cuerpo y alma. Molina da vida a María García, una joven abogada de origen humilde hecha a sí misma. Martín es la encargada de ponerse en la piel de Victoria Burton, una poderosa matriarca de la alta sociedad que cree que lo tiene todo bajo control.

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- CLARA ROS ESTEVE
Sobre el escenario son dos mujeres “despellejándose” que luchan contra un sistema patriarcal que busca silenciarlas. Sus miedos y deseos se vuelven solo uno al ver que, realmente, tienen un solo enemigo común. Sin cambiar “ni una coma” a la adaptación de Mira, las actrices consideran que, gracias a Malditos Tacones, se pone el foco en un duelo entre dos protagonistas que luchan a través de la palabra por sus ideales.
Con un texto “críptico y con frases cortas y contundentes” consiguen generar un escenario de tensión y diálogo que se resuelve en poco más de una hora de función: “La obra habla de todo lo que llevamos en la mochila como mujeres y que nos enfrenta -explica Martín- mientras se hace un reclamo a las cuentas pendientes y la rivalidad. Hablamos de dos mujeres triunfadoras que no lo han hecho todo bien y que con sus dificultades y errores han llegado hasta donde están”.

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Dentro de un “cuadrilátero” en el que toman el control el poder, el patriarcado y el estatus, Martín considera que la obra en sí misma es un título que habla sobre las contradicciones de las mujeres: “Malditos Tacones es una contradicción entre sentirnos bellas y tener algo insano, es una obra que habla sobre el arquetipo de las mujeres y se apoya en la actualidad para aportar una nueva visión”.
Para Molina la adaptación de Mira les ayuda a “resignificar lo que define a sus personajes” y a soltar los elementos externos que parecen conformar su identidad. “Son mujeres que están listas para saldar cuentas y pedir explicaciones, una se da el derecho de pedir y otra el de explicar lo que está pasando. La obra es un espacio de comprensión y que habla sobre darnos un permiso para decir lo que pensamos”.
Con un conflicto abierto que no llega a resolverse, Martín apunta que el público se mantendra en tensión hasta el último minuto y que, de alguna manera, forma parte de ese cubo en el que permanecen estas dos mujeres enfrentadas a través del poder: “La obra habla del gran engaño que sufrimos las mujeres y queremos que la experiencia traspase hasta la butaca, no es una obra para sorprender, sino para reflexionar”.