Escondido tras las puertas del hotel Estimar Valencia se encuentra este restorán, perfecto para disfrutar de una comida a base de platillos en el corazón de la city valenciana
En la city de València la vida transcurre con premura, incluso parece que las manecillas del reloj vayan más rápidas. Un trajín de personas que trabajan en esa zona o van de compras y que contrasta con los turistas, que pasean a su ritmo y ajenos a esa vorágine. El parón de la comida sigue ese frenesí, y no siempre apetece. Por eso, encontrar un nuevo lugar en el que frenar, desconectar y comer bien es siempre un motivo de alegría. Y ese pequeño refugio es The Banker’s Bar, la apuesta gastronómica de Estimar Hotels. Un lugar en el que confluyen turistas, la gran mayoría huéspedes, y valencianos que buscan un pequeño paréntesis en su día, ya sea para comer o cenar.
Esa mezcla se percibe al entrar en la sala del restaurante, ubicada tras pasar la recepción y separada por una de las cámaras acorazadas que recuerdan el pasado bancario del edificio —fue la sede central del extinto Banesto—. A su alrededor varias mesas acompañadas de butacas y sillones en los que disfrutar de la oferta gastronómica de The Banker’s Bar. Las mesas que dan a la calle de la Universitat, junto a la Nau, son un buen lugar en el que sentarse y disfrutar del momento. “Nuestra propuesta está basada en una cocina valenciana tradicional y estacional, pues se asienta en el producto, que es de cercanía y de kilómetro cero”, comenta el chef Carlos Silva.
Carlos Silva habla de la huerta, del puerto y de la montaña, un entorno que le permite “una gran versatilidad a la hora de crear platos”. Hoy conoce bien los productos de aquí, pero no siempre fue así pues este extremeño llegó a la Comunitat Valenciana en 2008. Lo hizo a la aventura y por cuestiones de la vida en 2012 recayó en Calpe, concretamente en el hotel Sol y Mar, que hoy opera bajo la marca Estimar The Master Blend Hotel Group. Desde entonces ha ido creciendo en el grupo y ahora está al frente de The Banker’s Bar en València. “Nuestros platos se basan en la cocina valenciana tradicional, pero con un giro creativo e innovador para dar un toque diferente a los platos de siempre”, comenta. Lo hace destacando que “este es el primer hotel boutique del grupo y se ha puesto mucho mimo en la gastronomía”.
Esa filosofía se traduce en una carta mediterránea que busca sorprender al comensal. Un ejemplo es su pescado de día a la llauna, “una versión del plato tradicional con nuestra mirada, pues la guarnición la elaboramos con un pastel de patata, un mullador de tomates asados, y un refrito de ajos tiernos y almendra marcona”. Una oferta gastronómica en la que también se mira hacia otros lindes. Es el caso de la berenjena asada a la llama glaseada con salsa yakiniku, miel y cebolleta china; el calamar en tempura con mayonesa de lima, o el Katsu sando de ternera rebozada en panko, col y salsa tonkatsu.
Con esa visión de ofrecer lo mejor de aquí con una mirada singular, se construye una carta mediterránea con platos para compartir, medias raciones y principales. Un servicio de cocina non-stop —abierta doce horas al día—, lo que permite refugiarse en su sala a cualquier hora del día. El precio a la carta es de 30 a 40 euros. Pensando en todas esas personas que trabajan en el centro, el restaurante ofrece un menú ejecutivo (de lunes a viernes al mediodía), que va variando según esa estacionalidad. Un menú que consta de dos entrantes (hay seis para elegir), un segundo (carne, pescado o arroz), postre o café (27 euros bebida aparte). Una buena opción de conocer la propuesta de The Banker’s Bar sin tener que pensar en la elección de los platos.
Sin embargo, la propuesta gastronómica de Estimar Valencia va más allá y ofrece un servicio de coctelería que ha sido confeccionado por Patxi Toitriño y que ahora ejecuta magistralmente Leandro Castiello. El de Nápoles elabora los cocteles, que pueden disfrutarse allí mismo o en The Coin, el rooftop del hotel. Una carta de una docena de creaciones en la que destaca su versión del Bloody Mary o su Mola un huevo, elaborado con ron blanco, sirope de vainilla, puré de fruta de la pasión, zumo y cordial de lima, acompañado con una escenificación de mandarina —parece la yema del huevo—. Lo ideal es tomar primero la escenificación y después disfrutar de la bebida y, por su puesto, de la compañía.
Una oferta que hace que cualquier persona se sienta cómoda en este hotel boutique del centro de València y que, incluso, se olvide de que está en un establecimiento hotelero y que las manecillas del reloj indican que es hora de volver a trabajar..