La idea es tan sencilla que cómo narices puede ser que no existiese antes: una tortilla de patata babosa (¡babosa!), perfecta y con ingredientes de proximidad a domicilio
Queen Potato surgió como de la nada (“Hago ¡chas! y aparezco a tu lado”) de un día para otro como supongo que aparecen las cosas que de repente, y casi sin avisar, se hacen imprescindibles en tu vida... ¡Si quieres una tortilla como las que hacía mi abuela! dice Gema Roig desde su reino de la patata.
Tortillas perfectamente babosas (poco hecha, o sea: con moco) en la Santa tradición de Betanzos, Taberna Pedraza o Casa Dani. Es algo que nunca he terminado de entender... ¿por qué narices en València se han servido siempre tortillas muy hechas, por qué? Si precisamente la gracia está en ese deshacerse de la mandanga bajo el tenedor; en fin, que ya está bien de tortillas que parecen ladrillos... ¡la vida mojadita es la vida mejor!
Hablo con Gema, la reina patatil: “Estudié Derecho (y me aburrió profundamente desde el primer día) acabé la carrera en USA, jugué al póquer semi profesionalmente durante años, hice un máster y hasta mediados de septiembre tenía ni idea de qué rumbo iba a llevar mi vida. Soñé después de mi primer día de búsqueda de trabajo que la petaba haciendo tortillas. Al día siguiente (martes) hice las primeras pruebas. El miércoles encontré proveedores. El viernes tenía la S.L firmada e hice la inauguración. Me volví a Madrid a recoger mis cosas y el lunes abrí. 12 pedidos por vía Instagram para empezar. No he bajado de 30 diariamente desde hace más de un mes. Y llevamos dos”.
Poquita broma con los proveedores: huevos camperos gallegos de la granja Campomayor, patata agria y cebolla dulce de agricultores de cercanía (“me las provee el frutero de la esquina, literal”), embutido artesanal de la carnicería Escutia en Alginet y sartenes ecológicas de Navarro.
Larga vida a la babosidad de esta tortilla (casi) perfecta.