Los gustos y preferencias de los consumidores de dulces navideños están cambiando. Así lo vemos nosotros y así lo atestigua Produlce, la Asociación Española del Dulce. Y es que en la vorágine navideña, que se supone tan de abrazar la tradición, también se hace un hueco la innovación. Tenemos roscones rellenos de tarta de queso, polvorones hechos con torreznos, pantettones XXL... ¿Es hora de despedirse de lo que conocíamos hasta ahora?
La respuesta no tiene porque ser que sí. Lo bueno de las nuevas tendencias, es que se pueden aceptar o simplemente dejarlas pasar de largo. Pero sí que hay que darse cuenta de lo que está pasando en esta industria. Y más en concreto, con los turrones. Para conocerlo, lo mejor es echar un ojo a los datos que publicaba el Informe Anual de 2022 de Produlce, en el que afirmaban que los turrones y mazapanes eran los que había incorporado un rediseño e innovación radical -ojo al término- en casi un 60% de los nuevos lanzamientos.
Es decir, solo un 40% se mantenía fiel a la tradición, a esos turrones de Xixona, Alicante, Agramunt... Mientras que más de la mitad, eran novedades transgresoras. ¿Juntar dos cosas que ricas siempre da como resultado una mejor? Hay gustos para todo y por eso, pidiendo perdón por anticipado a los maestros turroneros de nuestra tierra, vamos a hablar de esos turrones que harán que los más conservadores, se rasguen las vestiduras.
Solo hace falta darse una vuelta por el lineal de grandes superficies o por las webs de las principales marcas, para darse cuenta de que el cambio es un hecho. Quizás lo más virales sean siempre los de Dabiz Muñoz, que se venden en el Corte Inglés. Cada Navidad saca cuatro referencias ya de sus célebres turrones XO. A sabores como el de tarta de queso de la Pedroche o el de gofre, este año ha sumado dos novedades, un turrón en colaboración con Häagen Dazs de nueces de macadamia y atención, un turrón de nachos y chocolate blanco, que asegura que es su favorito. Lo cierto es que la mezcla del maíz y el chocolate siempre ha funcionado, así que no es mala la combinación.
Luego están las grandes marcas turroneras, que a su vez se unen con otras marcas más grandes todavía y dan lugar a pequeñas -¿o grandes?- locuras. Por ejemplo 1880, 'el turrón más caro del mundo' -seguro que lo lees como yo lo escribo con la entonación de voz grave del anuncio- ha sumado a sus turrones de roscón de reyes o de chocolate -agárrate los machos- y ginebra de fresa Puerto de Indias, turrones de pistacho, galleta y caramelo salado o una colaboración con Mistercorn y su maíz crujiente. Vamos que ahora ya no hace falta ni tomar un gin tonic, ni darte comerte una bolsa entera de kikos, porque los tendrás en el interior de los turrones.