VALÈNCIA. (EP) Un matrimonio de turistas ucranianos acogido en Valencia tras la invasión rusa de su país ha llamado a la unidad de Europa para detener la guerra y ha advertido: "Nadie sabe lo que Putin tiene en mente; es un peligro real para todos los países, no solo para Ucrania".
Olena y Volodymyr han compartido su historia desde el casal de acogida de Rocafort, donde hay otras dos parejas y siete estudiantes más acogidos. Actualmente, en los recursos dependientes del Ayuntamiento de València hay 90 ucranianos en la misma situación mientras se buscan más espacios para el alojamiento, dado que además se espera que sigan llegando personas que huyen de ese país por carretera.
Los más jóvenes, que estaban de viaje por España en el momento de la invasión, no han querido realizar declaraciones, ya que Ucrania les obliga ahora a entrar en el ejército a partir de los 18 años y sus familiares les han pedido que no regresen.
Todos ellos han recibido el apoyo de una pareja joven de lesbianas rusas, que están acogidas en este casal desde que huyeron de su país hace unos meses a causa de la exclusión que sufrían por su orientación sexual.
Olena, profesora de inglés en una universidad ucraniana, ha contado que sus dos hijos de 17 y 20 años siguen en su país y ,están con sus abuelos en una ciudad cercana a Kiev donde la situación es "pacífica" aunque se oyen los ecos de la guerra. "Espero que no estén en peligro, no sabemos qué pasará ahora", ha manifestado, asegurando que puede contactar con ellos "cada día, cada hora" por mensajería móvil.
Tanto ella como su marido estaban de viaje en València entre el 22 y el 26 de febrero y esperaban volver a Ucrania cuando se produjo la invasión rusa, por lo que decidieron quedarse y contactaron con el Consulado y con ucranianos residentes en España que les ayudaron.
"Esto es exactamente la guerra, un ataque a nuestro país", ha aseverado, para lamentar que hoy le han informado compañeros desde su país que "hay 20 niños muertos y un montón de gente sufriendo en los hospitales".
Esta profesora ha explicado, en declaraciones en inglés, que sus conocidos que siguen en Kiev oyen tiros a diario y pasan casi todo el día en los refugios, con lo que "ni siquiera tienen tiempo de ir al supermercado a por comida". "La gente tiene miedo (...). Espero que mi casa no sea destruida", ha afirmado, para añadir que no podía imaginar "que Putin pudiera hacer esto" y que desconoce "qué tiene en mente y cuál es su misión".
Aunque desconoce cuándo podrá volver, Olena ha señalado que su hija quiere salir de Ucrania mientras su hijo "debe entrar en el ejército como todos los hombres". "Deseo que Ucrania sobreviva y gane esta guerra, que la gente crea en eso. Debemos parar a Putin porque Ucrania está en Europa", ha reivindicado, y ha recordado que es un problema de todo el continente y que la UE "debe hacer todo lo posible por unir porque no sabemos qué vendrá después".
Volodymyr, para quien era su primer viaje fuera de Ucrania, se ha mostrado "en shock" porque no estaban "mentalmente preparados para esto", aunque ha recordado que la situación en su país ya era "un poco tensa" antes de la invasión. "Sabíamos las intenciones de Putin, pero no creíamos que podía pasar hasta el último momento", ha declarado en ruso traducido por su esposa, además de apuntar que son gente "normal" y quieren volver porque sus hijos están "en peligro".
Este matrimonio ha recibido el apoyo de Altn y Bairta, una peluquera y una enfermera rusas de 32 y 22 años que lleva meses en España y está esperando a conseguir la documentación mientras están acogidas en el casal de Rocafort. Ambas salieron de su país ante la "humillación" que sufrían por su orientación sexual, ya que incluso no les aceptaron a sus hijos en el colegio. "Queremos que haya paz para todo el mundo, no solo para Rusia o Ucrania", han manifestado en ruso.
En las últimas semanas, los recursos municipales reciben a ucranianos gracias al vuelo directo Valencia-Kiev, aunque ahora solo lo pueden hacer por carretera porque el tráfico aéreo está cerrado. Este lunes han llegado a la ciudad tres familias ucranianas más y otra pareja homosexual de Rusia.
"Estamos tratando de dar respuesta a todos. Todos dicen que Putin no les representa", ha subrayado la concejala de Cooperación y Migración de València, Maite Ibáñez, advirtiendo que los acogidos están preocupados porque "no se genere odio hacia la población rusa". Es más, ha destacado que la convivencia entre los ucranianos y los rusos es "magnífica" en este tipo de recursos de acogida, ya que "todos consideran que la guerra es una locura".
De momento, el Ayuntamiento de València desconoce cuántas familias más podrán venir, mientras hay familiares de ucranianos residentes en la ciudad que están "atrapados" en su país e intentan salir de allí. Todos los que llegan reciben asistencia psicológica, traductores y ayuda para la tramitación de permisos.
"Es importante que las familias ucranianas estén juntas porque así encuentran refugio y acompañamiento", ha recalcado la edil, para recordar que la situación "puede cambiar en cualquier momento y estas personas viven con mucha incertidumbre".