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un proyecto de quatre caps

¿Un circo en el Nou Mestalla? Así es la València imaginada de ‘Enjoy the City’

24/11/2021 - 

VALÈNCIA. Corría el año 2009 cuando València desvelaba el resultado de una inversión millonaria que quedaría para la historia de la ciudad. Se cortaba entonces la cinta de la Torre Miramar, un nuevo icono situado en la rotonda de entrada de la V-21, una construcción de unos 45 metros de altura que prometía ser el gran mirador de València. “Ya era hora”, declaraba la entonces alcaldesa, Rita Barberà. Sin embargo, su vida fue más bien corta. Un problema con los ascensores obligó a cerrar el inmueble, dejándolo sin uso. Hasta ahora. Si bien en 2018 ya nos preguntábamos en Culturplaza sobre los posibles usos de esta construcción fantasma, unos meses después llegaba la respuesta. El Ayuntamiento, ahora con Joan Ribó al frente, planteaba en 2020 un cambio de rumbo para el espacio, que pasaría a destinarse a la práctica de deportes y danzas urbanas, como parkour, escalada, patinaje y skate, un proyecto en el que se sigue trabajando y que, más allá de su concreción, ha abierto un melón no poco interesante: el de los usos alternativos -y, a veces, inesperados- de los espacios olvidados.

Esta idea es, en cierta manera, el punto de partida de ‘Enjoy the City’, un proyecto desarrollado por el estudio valenciano Quatre Caps a través del que imaginan una nueva forma de hacer ciudad, planteando usos atrevidos y divertidos para diferentes enclaves simbólicos, lugares en algunos casos abandonados, marcados por el derroche o, sencillamente, pequeños rincones clave en el mapa local, que sirven como lienzo para repensar la ciudad. “Arrancamos con la torre Miramar por una cuestión casi de obligación y cercanía. Han sido muchos años pasando al lado de ella camino a la Escuela de Arquitectura y creo que poca gente no ha fantaseado con readaptar la infraestructura”, explican desde el estudio. Fue, de hecho, una vez creado el primer vídeo cuando se desveló el nuevo uso que planeaba el consistorio para la torre, lo que ayudó a dar forma al resto del proyecto, que toma forma de pequeños vídeos en formato ‘stories’ de Instagram.

“Más allá de la opinión que podamos tener sobre si es o no el lugar adecuado para un espacio de estas características, nos gustó por una parte que esta torre se convierta en símbolo de una línea de acción necesaria, pero sobre todo, nos llamó la atención cómo, cuando hay algún tipo de interés político, se pueden llegar a materializar proyectos que de otra forma serían inviables”, reflexionan. Si bien el conocido como ‘rocódromo de la Torre Miramar’ fue punto de partida del proyecto, lo cierto es que no es el uso que plantean desde Quatre Caps, que dibujan un tobogán que recorre los 45 metros de altura de la estructura y que bien podría competir con el polémico tobogán de Estepona. La fuente diseñada por Ricardo Bofill que se despliega frente al Palau de la Música, por su parte, deja de ser un estanque para convertirse en una piscina con carriles, en otro de los proyectos soñados en ‘Enjoy the City’. Y no es el único cambio de uso que plantea. El Nou Mestalla acogerá por fin actividad con una gran carpa de circo en su interior, mientras que el templete de la Alameda se convierte en la casa de un carrusel.

Aunque, ojo, no en todos los casos se trata de cambios de uso, sino también de nuevas acciones, como la instalación de una noria en pleno corazón del barrio del Carmen, un proceso imaginativo que fuerza a repensar el espacio público con propuestas, en algunos casos, extremas. “Bajo nuestro punto de vista, lo importante en el proyecto no es tanto la intervención en sí misma en las infraestructuras, sino el papel y la actitud que tendría que tener la administración para que un proyectos diferentes y atrevidos de este tipo fuesen factibles de realizar”. En este sentido, el proyecto plantea ocho intervenciones que, más allá de ellas mismas, hablan de la necesidad de recuperar el alma y la originalidad frente a las intervenciones clónicas. En este sentido, aunque no está reflejado de forma explícita, no es poco importante el eco que han dejado algunos proyectos que han planteado nuevas formas de hacer ciudad, aunque casi siempre con el impulso de la ciudadanía y no tanto de la administración.

Un ejemplo de ello es el solar Corona, un espacio comunitario que reactivó la vida cultural del barrio planteando un modelo basado en la autogestión y la participación, una isla sociocultural que operó durante más de un lustro. También remite al caso del Cabanyal Horta, una propuesta “fresca” promovida desde el tejido vecinal, cultivando terrenos vacíos de titularidad pública. “¿Una vez aprobado el planeamiento se seguirán manteniendo estos huertos incorporándose como uso reconocido? ¿Sería posible construir una ciudad no tanto desde el planeamiento sino desde lo que ya está pasando?”, se preguntan desde Quatre Caps. En el ámbito internacional, otro de los proyectos destacados es el de Les Grands Voisins en París, donde los vecinos decidieron ocupar un antiguo hospital en desuso en medio de la ciudad para crear un espacio multidisciplinar en el que, hasta 2020, convivieron artistas, empresas emergentes o asociaciones del barrio. 

“Es posible que lo que falte sea libertad a la hora de materializar las propuestas. En los concursos de espacios públicos las especificaciones y exigencias están tan encorsetadas, que penaliza la creatividad y la imaginación fuera de estas reglas. Ocurre parecido cuando se trata de hacer una propuesta en un espacio en desuso o abandonado en mitad de la ciudad. Se prefiere dejar el espacio en barbecho o a la espera, con el claro deterioro que produce en los barrios, que darle un uso temporal que responda a alguna de las necesidades de los vecinos”, se lamentan desde el estudio. 

Y, entre tanta reflexión sobre el entorno urbano, ¿dónde queda la Capital Mundial del Diseño?¿Es una oportunidad para que administración o la propia ciudadanía repiense el espacio que habita? “Entendemos que parte del diseño público surge de forma esporádica. La ciudadanía se apropia espacios continuamente y se les da un uso que no es el original, tanto en edificios, espacios, jardines o incluso con el mobiliario. Y estas cosas no pasan por casualidad. El rediseño casual de X surge de unas necesidades y creemos que son estas las que deben ser observadas y escuchadas. No sabemos si desde la Capital Mundial del Diseño están contemplando estas opciones o por contra se centran en cuestiones más formales del diseño. En cualquier caso, aunque pueda suponer un empujón, compartimos con ellos que se trata más de un recorrido de fondo y de lucha”. Por lo pronto, ahora toca imaginar, ¿y si montáramos un circo en el Nou Mestalla?

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