Escapadas hedonistas

Un puente de carretera y manta

Dos hoteles a los que escaparte en coche y coger fuerzas para todo lo que viene.

| 02/12/2022 | 5 min, 54 seg

Te ha pillado el toro. Nos ha pasado también. Te dormiste en los laureles y cuando te pusiste a mirar vuelos, aquello era ya impracticable. Porque menudos precios... Pero claro, no quieres desperdiciar el súper puente que viene o más bien un acueducto, como dicen algunos. Así que vamos a proponerte dos hoteles, que tan solo están a unas horas de coche desde Valéncia y que son destino en sí mismos. 

Porque quizás estás como nosotros y como buena parte de la población: exhausto, agotado hasta la extenuación y con ganas ya de poco a estas alturas del año. ¿Lo mejor? Meterse en cualquiera de estos reductos de paz y calma y coger impulso para lo que queda, que no es poco con las navidades a la vuelta de la esquina. ¿Te apuntas?

Box Art Alpino o la calma de diseño en plena sierra madrileña

Navacerrada puede presumir de ser uno de los pueblos más coquetos de la sierra madrileña, rodeado de montañas y con maravillas naturales a solo un paso, como el valle de La Barranca. Muchos van a pasar el día, a comer en sus restaurantes o a disfrutar del mercadillo de antigüedades de los domingos. Pero los hedonistas, te proponemos ir a descansar.

Y es que allí acaba de abrir sus puertas el perfecto lugar para ejecutar este verbo tan deseado. A punto de cumplir 10 años su primera propiedad, La Torre Box Art en Collado Mediano, Pilar Guillén y Ángel García acaban de abrir un segundo hotel, esta vez inspirado en una cabaña en los alpes. Y es lo que ves nada más llegas, una imponente construcción que ya de entrada, te boquiabierto. Pero si el contenido es bonito, espera a ver el continente.

En cuanto traspasas la puerta, te das cuenta de que estás ante algo único, un lugar donde han conseguido unificar la construcción con la naturaleza y donde materiales a la vista como cemento o placas de aluminio, conviven con madera y grandes ventanales, desde donde lo único que se ven, son las fabulosas vistas a la montaña y los árboles que rodean la propiedad. 

Aquí te esperan 23 habitaciones, todas diferentes, pero con todo lo necesario para dejarte prendado. Han conseguido poner en práctica el minimalismo, el menos es más, dotándolas de diferentes características, como techos abuhardillados en las plantas altas o terrazas en la primera planta. Lo que es seguro es que descansarás de lo lindo en sus cómodas camas, no podrás resistirte a darte un baño o aprovecharás esas duchas dignas de mención, con presión suficiente para no olvidarlas en mucho tiempo. 

Y aunque no te apetezca ni salir de la habitación, tienes que hacerlo por muchas razones. La primera es porque a este fabuloso espacio, han sumado una propuesta gastronómica que le va como anillo al dedo. El chef Rubén Amro firma el restaurante Cedro. Amro ya estaba al frente de KOMA en el otro hotel y aquí ha creado un segundo espacio igualmente apetecible. ¿En la carta? Tortilla vaga con guiso de morro y mojo madrileño, un curioso -y delicioso- bocadillo de calamares al revés, salmón a la grenoblesa o pichón asado con pera especiada y gnocchis de polenta. 

Por las tardes, en su espacio social encienden la chimenea y puedes disfrutar del calor del fuego con copa de champagne en mano y una carta de picoteo donde no faltan jamón ibérico, quesos de la sierra o anchoas sobadas en la misma Guadarrama. Hay más. Un pequeño spa con sauna y piscina de chorros y salsas de tratamiento donde reservar un masaje. Si esto no es el cielo... 

Terra Dominicata, un wine hotel en el corazón del Priorat

¿Siguiente parada? En el corazón de una de las regiones vinícolas más especiales de todo nuestro país, el Priorat. Y es allí, en el corazón de Cataluña, donde se encuentra otra joya donde el silencio, la naturaleza y, por supuesto, el vino, son los protagonistas.

Se llama Terra Dominicata y en un mismo espacio, es hotel de cinco estrellas, bodega, spa y restaurante. Un todo que se ubica en Escaladei, el mismo lugar donde se asentaba y todavía se conserva, un monasterio cartujano del siglo XII. Sabemos de sobra que los monjes cultivaban la tierra y eran autosuficientes en muchos casos. En las tierras que rodeaban la cartuja, se encontraba la masía Mas del Tancat y la finca que trabajaban campesinos al servicio de la orden. 

En un lugar tan especial, no podían sino crear algo a la altura. Para ello contaron con María Vives, que lidera Black Velvet Studio, que, respetando el exterior de la masía, dotó su interior de un nuevo sentido, con 26 habitaciones, cada una diferente, en consonancia con el antiguo uso, casi místico del edificio y teniendo en cuenta también la tan necesaria sostenibilidad. 

Una vez más, es también importante el paisaje, porque Terra Dominicata se encuentra rodeada de viñedos y el exuberante Parque Natural del Montsant. ¿Pajaritos cantando por la mañana? Lo tienes. ¿Paz? También. Veamos qué más. Ya hemos anticipado que se trata de un hotel destino en sí mismo y eso es porque a la oferta de habitaciones, le suman otros muchos alicientes. Uno de los mejores y como no podía ser de otra forma en esta zona, es la bodega. En su bodega homónima elaboran dos vinos, Domus Aquilae y Umbra, ambos de la D.O Priorat. ¿El plan? Visitarla y catarlos ambos y hasta la posibilidad, de hacerlo con un picnic en mitad de los viñedos. 

¿Qué más necesita un hotel para no querer dejarlo? El relax, que lo consiguen con su spa Les Oliveres, un retiro al aire libre y rodeado de olivos, con sauna finlandesa, jacuzzi y el niu, una sala de masajes. 

Tanto relax da hambre. Eso es así, por lo que también pensaron en la propuesta gastronómica al crear Mater Terrae del chef Fran López, un restaurante con cocina y productos de la zona y de temporada. Como su selección de quesos de granjas locales, la crema de puerros con parmetier de patata, los langostinos de la Ràpita a la parrilla, el arroz de setas de temporada con mayonesa de trufa o los pescados del día y carnes como la paletilla de cordero con salsa de queso curado y berenjena escalivada. 

De cualquiera de los dos, volverás con energías renovadas. Palabrita hedonista. 

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