La sección de Arqueología del Ilustre Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Valencia y Castellón reivindica su protección
VALÈNCIA. Un puente del siglo XV, molinos medievales… todo un rico tesoro patrimonial fue hallado en el solar de la avenida Cortes Valencianas donde se halla instalado ahora el Nou Mestalla. La sección de Arqueología del Ilustre Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Valencia y Castellón ha remitido un escrito a Valencia Plaza en el que quiere recordar y poner en valor este “legado patrimonial, histórico y arqueológico de la Huerta de Valencia y de la sociedad valenciana” muchas veces soslayado u olvidado a la hora de hablar del futuro estadio.
En dicho escrito, llaman la atención sobre lo que describen como “la paciencia” con la que la sociedad valenciana ha aceptado la prolongada situación de indefinición que viene arrastrándose largamente en el tiempo, fundamentalmente en lo que se refiere a la situación del Nou Mestalla. En este sentido recuerdan que el que debía ser el nuevo campo del Valencia exhibe “su esqueleto de hormigón sin tapujos desde hace más de diez años”, en referencia al parón de las obras.
Desde el Colegio critican que este inmueble a mitad construir, lo que popularmente se conoce como el buñuelo de Cortes Valencianas, no ha servido más que para “ser objeto de inclusión en ciertas rutas turísticas que muestran algunos desmanes especulativos sufridos durante los tiempos del pelotazo y del ladrillazo”. Mientras, permanecen lejos del disfrute público unos hallazgos que están perfectamente documentados (para acceder al estudio, pinchar en el enlace).
Más allá de las cuestiones económicas per se, las más inmediatas y referidas a la rentabilidad o no del edificio y la venta de solares, los autores del texto quieren incidir en “otros intereses que no han surgido por ahora a la palestra y que, sin embargo, son de gran interés social y cultural ya que están relacionados con nuestra historia y con el legado patrimonial que albergaba el sitio en el que ahora se encuentra la recortada silueta que saluda a los visitantes que llegan a nuestra ciudad”, dicen.
Para los autores del texto, es un hecho “bastante desconocido” que durante las obras de construcción del Nou Mestalla, el equipo de arqueólogos que excavó en este lugar entre agosto y noviembre del 2007, dirigido por Víctor Algarra y Paloma Berrocal, hallaron un gran número de vestigios de inmenso valor patrimonial entre los que destacaron un cruce de caminos romanos situados a cuatro metros de profundidad, antiguas acequias creadas a partir de los siglos XI y XII, restos de un molino y un batán medievales, un puente completo del siglo XV y otros muchos elementos constructivos y paisajísticos que salieron a la luz gracias al incansable trabajo de arqueólogos, restauradores, especialistas en dibujo arqueológico y operarios.
Una parte de estos restos arqueológicos, así como la chimenea del viejo Molino de la Marquesa situado en esta parcela, se recuperaron mediante su desmonte y fueron guardados en un solar contiguo, recuerdan. Tras diversas conversaciones entre la propiedad, la Conselleria de Cultura, el Ayuntamiento de València, la Dirección Facultativa de las obras y la Dirección Científica de las mismas, se llegó al acuerdo tácito de integrar los elementos arqueológicos recuperados dentro del Proyecto definitivo del Nou Mestalla.
Sin embargo, apuntan, este acuerdo no llegó a materializarse nunca como proyecto de puesta en valor y los restos llevan durmiendo en su lugar de almacenamiento provisional casi 12 años a la espera de una toma de decisión definitiva por parte de los agentes implicados. Como sucede con el hotel junto al Viejo Mestalla, están esperando su destino bloqueados por el tapón que supone la no construcción del Nou Mestalla.
“Tal vez por su desconocimiento general, que no institucional, ninguno hace mención de este otro coste, el histórico, el relacionado con un legado milenario que pertenece a toda la sociedad valenciana”, se lamentan en su escrito. En este sentido, reclaman un debate público al respecto de quién debe asumir la custodia de los restos o si debemos renunciar a ellos “en aras de otros intereses económicos, deportivos o lucrativos con los que, no obstante, puede ser compatible al cien por cien”.
Igualmente, recuerdan que el proyecto del Nou Mestalla conllevó la cesión al Valencia CF por parte del Ayuntamiento de València, gobernado entonces por Rita Barberá, de unos terrenos de propiedad municipal con la condición de que se ejecutara la construcción de un polideportivo que mejorara las dotaciones deportivas del barrio de Benicalap. Para los autores del escrito, “es hora de que sobre la mesa se expongan los otros intereses generados por el proyecto del estadio y que, a los costes económicos y deportivos, se sumen los patrimoniales, de tal manera que estos últimos se tengan en cuenta a la hora de negociar los usos futuros de este inacabado macro-proyecto”.