Una fiesta ibicenca que puede salir muy cara 

VALÈNCIA. Los efectivos desplegados este viernes por la Conselleria de Sanidad y, en concreto, por el departamento de Salud Pública terminaron a última hora de la tarde con el cribado masivo comenzado a raíz de diversos contagios acaecidos en el Grado de Biotecnología de la Universitat de Politécnica de València (UPV) y, en especial, entre los estudiantes del colegio mayor Galileo Galilei. Un total de 697 pruebas, 616 de las cuales se realizaron a los jóvenes de la citada residencia, donde ya este jueves se había detectado un brote que se elevaba a 13 contagios confirmados.

Uno de los motivos de estos test masivos es la sospecha por parte de Sanidad de que la última reunión lúdica celebrada en el colegio mayor se haya convertido en un foco de la expansión del virus. Una fiesta ibicenca en la azotea del colegio mayor a la que asistieron decenas de jóvenes y que, tras ser clausurada por la seguridad del centro, se prorrogó en habitaciones privadas de los residentes. Unos eventos que, algunos estudiantes admitieron, se han repetido en varias ocasiones en las últimas semanas.

A falta de conocer los datos que arrojen los PCR realizados, sí se puede establecer que el coste para las arcas públicas de este cribado ronda los 30.000 euros (40 euros por test más otros costes de personal y logística), pero el precio más alto sin duda es el riesgo que supone para la salud, no solo para los propios jóvenes, sino especialmente para sus familiares y allegados.

"La gente joven tiene que entender que no es solo que se pongan en una situación de peligro, sino que ponen en riesgo la vida de las personas que más quieren dado que el fin de semana vuelven a casa con sus hermanos, padres y abuelos", explicó la secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro.

La dirigente de Compromís, que agradeció al colegio mayor Galileo Galilei y a la UPV las facilidades para realizar las pruebas masivas, anunció además que el lunes tendrá una reunión con los rectores de las diferentes universidades para tratar de atajar un problema como el vivido esta semana en este ámbito educativo. "La rápida reacción y la colaboración entre todos ha impedido que se haya producido una desbandada dado que, tal y como muestran las cifras del cribado, la gran mayoría de posibles afectados han estado bajo control y se han sometido a la prueba", recalcó Navarro.

En esta línea, la secretaria autonómica insistió en que no existe intención alguna de "criminalizar" a los jóvenes porque "la mayoría cumple las normas". "Entendemos que los jóvenes necesitan divertirse pero tenemos que encontrar la manera de hacerlo con las medidas de seguridad que nos permiten un equilibrio. Podemos vernos con la gente, disfrutar de la compañía de nuestros amigos al aire libre pero no podemos vulnerar la distancia, debemos usar la mascarilla, evitar el contacto... No les pedimos que se queden solos en su casa o en su habitación", argumentó, para enviar un mensaje de concienciación a los universitarios: "Puede que el coronavirus les haga daño o no, pero a otras personas las puede matar", sentenció Navarro, quien recordó que en la última semana el 67% de los brotes se han originado en el ámbito social.