VALÈNCIA. No importa si el protagonista de esta historia coral es ese individuo enamorado de su historia, ese tal Paul Smithee -también conocido como Protagonista-, o si ese nombre no es más que un trasunto del polifacético y multidisciplinar Mr.Perfumme. Tampoco importa que Mr.Perfumme sea o no otra identidad del mercenario bielorruso homosexual aficionado a las armas conocido como Boris Petrevich, o que en realidad, sea justo al revés. Puede ser incluso que David Pascual Huertas no sea como se dice el nombre del hombre tras el alias y que el tal David no exista en absoluto. Aquí lo que importa de verdad es que hay una historia, o mejor dicho, varias, que se enroscan como serpientes en un nido, hay un escritor, una editorial, y una nueva colección de libros diseñada para acoger a autores locales. Pero empecemos por el principio.
Una pequeña llama en mitad de un terrible incendio (Che Books, 2017), en adelante, U.P.L.E.M.D.U.T.I., es un libro de esos que no se siente cómodo en ningún estante con etiqueta, uno de esos trabajos que sin caer en el tópico de lo “inclasificable” no soporta demasiado bien la constricción en un género o en otro. Es cierto que no es imprescindible definir una obra a no ser que uno trabaje en una biblioteca y quiera ubicarla en algún índice o anaquel, pero también lo es que suele ser el primer paso para hablar de ella. Quizás lo más sencillo en este caso sea empezar por aquello que U.P.L.E.M.D.U.T.I. no es. Esta historia de Mr.Perfumme que ha visto la luz en la nueva marca de Ediciones Contrabando no es una road movie, aunque se le parece. Tampoco es un testamento, aunque podría funcionar como tal para algunos de sus personajes. No es realismo sucio, ni una novela gráfica, un guion técnico o el esbozo de una serie para Netflix o HBO. No es un homenaje, no es un relato común, no es una crónica lineal de unos hechos. Por supuesto, no es una narración autobiográfica -sería increíble que lo fuese-, no es una declaración de amor encubierta y tampoco es una novela río, aunque discurra a veces con calma y otras con el ritmo de un torrente embravecido.
Sí es una secuencia alucinada de eventos posibles e imposibles, sí es una enorme carcajada, sí es una peineta en la cara de los géneros, sí es una tragicomedia, sí es humor negro, sí es diálogos aparentemente banales con una carga de profundidad explosiva, sí es el primer título de la serie freaks i musics de los Che Books de Ediciones Contrabando, sí es una buena lectura para llevarse a la playa en verano, sí es un libro en el que muere gente, sí es un libro donde la gente se ama, sí es un libro al que le da igual destriparse catafóricamente a sí mismo anticipándote lo que va a pasar. Dicho todo esto, U.P.L.E.M.D.U.T.I., con una clara vocación teatral, arranca -porque esta historia arranca más que comienza, empieza o se inicia- con un dramatis personae en el que ya podemos intuir por dónde van a ir los tiros: con un asesino, el chico de una gasolinera, el hermano del chico de una gasolinera, la madre del chico de una gasolinera, un detective, una organización llamada El C.O.N.S.O.R.C.I.O., una tal Maggie, una tal Sally Ford, un tal Paul Smithee -de quien ya se nos advierte en la sinopsis-, unos Bonnie & Clyde, un singular Cara Pizza y un enigmático Jeezuchris, no se puede cocinar Madame Bovary.
Con tales ingredientes, la cosa solo puede ir en una dirección, que es derechita al abismo a bordo de un cadillac descapotable o a lomos de un caballo pinto. Las dos citas que siguen al menú de personajes y a un breve aviso sobre la edición presente, son como un puñetazo seguido de unas cosquillas, un carajillo filosófico para ponernos a tono antes de empezar a leer. A continuación, una escena tranquila pero tensa, de esas que huelen a la calma que precede a la tempestad; inmediatamente después unos créditos -el título del libro- que irrumpen en el campo visual del lector como podrían superponerse con furia a las primeras imágenes de una película acompañadas de un fortissimo repentino. Luego texto, viñetas, y un capítulo muy Mr.Perfumme, uno que si se le ha escuchado recitar entrará irremediablemente en nuestro cerebro con su voz, su entonación, sus énfasis y sus pausas. Que un texto sea muy Mr.Perfumme quiere decir que no se anda con rodeos, que se mete en harina rápido, que el narrador se convierte en un funambulista que se mueve en la delgada línea entre lo frívolo y lo elevado y termina el show de una pieza, que gracias a unas repeticiones muy características del autor el texto se tiñe de letanía para penetrar en la mente del lector con facilidad y quedarse allí una temporada.
A partir de este momento se suceden confesiones, entrevistas, anotaciones y aclaraciones; cambios de registro para dar forma a las peripecias de un superhéroe crepuscular, al funesto destino de un inquietante culto de adoradores del libre mercado, a las andanzas de un tipo deformado que recuerda a ese magnífico y entrañable Caraculo de Predicador, a las decisiones de un Power Ranger azul -¿Billy?- desecho por dentro por culpa de la homofobia y el bullying, a las aventuras y desventuras de un mirón con una esposa sorprendentemente comprensiva y en definitiva, a los éxitos y derrotas de toda una caterva de pobres diablos que parecen estar y no estar en la vida, como ese asesino que el autor presenta y despide de un modo magistral. Porque otro rasgo que caracteriza a Mr.Perfumme es su sensibilidad poética para percibir y transmitir detalles minúsculos, que no insignificantes, para encontrar en un par de gotas todo un paisaje que de pronto se borra cuando la cámara enfoca y nos saca de la ensoñación del personaje. El mismo título es toda una declaración de intenciones estilísticas: un guiño a la novela negra pero también a la poesía que ningún editor recomendaría en base a criterios comerciales. ¿Por favor, tiene Una terrible llama, Un pequeño incendio... El último de Mr.Perfumme? U.P.L.E.M.D.U.T.I. es el síntoma de la piromanía literaria bien llevada de un escritor-dibujante-músico, el resultado transgénero de un proceso de creación sin prejuicios. Literatura refrescante para sobrevivir al calentamiento global y cultural.