CASTELLÓN. Como venimos diciendo desde hace tiempo, no todo va a ser un camino de rosas para el precio del metal de los dioses. En nuestro último artículo decíamos que al oro le falta la asignatura pendiente de la inflación. Sin ella, no vamos a poder asistir a la ruptura de la importante resistencia que se encuentra en los 1.380 dólares/onza y por lo tanto ahora parece pesar más la inminente subida de tipos de interés. Este hecho hace que el dólar siga adquiriendo fuerza y, según podrá ver en el gráfico que he incrustado en la esquina superior derecha, el Index Dollar se acerque de nuevo a la parte superior del rango en el que viene moviéndose desde hace más de 16 meses.
Y un dólar fuerte es una de las cosas que junto a la estanflación menos quiere ver el oro asentado en la economía mundial. De hecho, el precio del metal amarillo ha sufrido una de las bajadas más importantes de los últimos tres años y esto ha puesto nerviosos a los inversores especuladores, que no a los tenedores del meto. Si nos fijamos en el gráfico principal, veremos que lo único que ha ocurrido es que el precio del oro ha corregido la verticalidad de la línea tendencial alcista en la que venía desarrollándose el precio, pero realmente no debemos de tratar este hecho como un cambio de tendencia ni mucho menos sino más bien como una nueva oportunidad de comprar metal a un mejor precio.
Como podemos observar en el gráfico en caso de que falle la nueva tendencia alcista, que he resaltado de color azul con menor pendiente que la anterior verde, tenemos el soporte vital en la zona de los 1.205 dólares/onza que he resaltado con un rectángulo gris oscuro y que viene actuando como soporte-resistencia desde hace tres veranos.
Una pérdida de esta zona de soporte sí que sería una señal muy negativa para el precio del metal amarillo y un claro mensaje para cubrir las posiciones que tenga en oro y una señal de que la inflación está muy lejos del camino todavía.
Por lo tanto, y como conclusión, si realmente el dólar estadounidense se dirige de nuevo a los máximos anuales entonces no descarto en absoluto un nuevo testeo a la zona de soportes entorno a los 1.205 dólares, pero para ello, primero debemos ver si es capaz de devolver más allá de la mitad de la vela bajista de la semana pasada y por lo tanto dejar un punto mínimo claramente alcista respecto al anterior, evitando así dicho testeo al haber encontrado una nueva tendencia alcista mucho más cómoda.
____________________________________
Eduardo Bolinches es director de Bolsacash