VALÈNCIA. Unicaja (UNI) y Liberbank (LBK) se han dado una segunda oportunidad para subir de la mano al altar tras su ruptura en mayo de 2019. Ambas entidades confirmaron este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el inicio de "contactos preliminares" para una posible fusión aunque todavía no han adoptado ninguna decisión. O cuanto menos en la noche de este lunes.
La respuesta en bolsa no se hizo esperar: las dos protagonizaron los mayores avances entre los 130 valores que nutren al Mercado Continuo y, además, con fuertes volúmenes de contratación. Pero eso sí, ambas siguen siendo 'penny stocks' -cotizan por debajo de la barrera del euro- y hasta hace bien poco marcaban mínimos históricos en el parqué.
UNI se disparó al cierre un 15,14% para alcanzar los 0,7375 euros, apoyado en una contratación de 7,49 millones de acciones frente a una media diaria anual de 2,59 millones, según los datos de Infobolsa. Una revalorización que le llevó a reducir sus pérdidas anuales hasta el 23,81% y, de paso, a elevar su capitalización hasta los 1.187,60 millones de euros. Todo ello sin bajista alguno con DNI en su accionariado o, caso de tenerlo, con una participación inferior al 0,50%.
Por su parte, LBK se anotó un 'subidón' del 12,58% despidiendo la primera sesión de la semana en los 0,2635 euros. En su caso, el volumen de negociación se quintuplicó respecto a su media diaria anual con 32,40 millones de títulos frente a los 6,54 millones. Al cierre logró reducir sus 'números rojos' anuales en bolsa hasta el 21,34%, mejorando su capitalización hasta los 785 millones de euros. Además, como Unicaja, sin tener ningún 'corto' con nombre y apellidos en su capital.
Ambas entidades confirmaron al organismo supervisor que, en el marco de su habitual análisis estratégico en busca de oportunidades de inversión u operaciones corporativas que pudieran ser de interés para sus accionistas, han mantenido "contactos preliminares" entre ellas, de los que tienen conocimiento sus consejos de administración, sin que hasta el momento se haya adoptado ninguna decisión al respecto.
Una vez trascendió que los bancos presididos por Pedro Rivero (LBK) y Manuel Azuaga (UNI) retomaron las conversaciones informales, ahora deberán convocar a sus consejos de administración. Lo deben hacer para dar inicio a las conversaciones formales y proceder a la contratación de asesores externos para iniciar la fase de 'due diligence' (auditoría legal), en la que se intercambiarán información y tendrán acceso a sus respectos libros para, una vez tengan todos los números sobre la mesa, decidir si siguen adelante o no con la operación.
La potencial operación está en un punto muy preliminar, por lo que no puede estimarse un calendario, pero cabe pensar que el proceso de auditoría será más breve que en el último intento de Liberbank y Unicaja de fusionarse, que culminó con la suspensión de las negociaciones en mayo de 2019 al no conseguir alcanzar un acuerdo en cuanto a la ecuación de canje de acciones, que determina la participación de cada banco en el grupo resultante.
En esta ocasión, las actuales circunstancias podrían impulsar a los equipos negociadores de ambas entidades a limar las diferencias. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ha intensificado en los últimos meses sus llamamientos a que las entidades de la zona euro acometan fusiones tanto a nivel doméstico como transnacional para tratar de resolver los problemas de baja rentabilidad que viene arrastrando el sector desde antes de la pandemia, pero que la crisis actual ha exacerbado.
Desde que fracasaron las negociaciones para una eventual fusión de LBK y UNI el pasado año, ambas entidades han mejorado sus ratios de capital, situándose las dos por encima del 14%. Al cierre de junio, Unicaja Banco tenía un activo total de 63.002 millones de euros, una plantilla de 6.274 empleados y una red de 1.029 oficinas. De su lado, Liberbank tenía activos por 45.824 millones, 3.698 trabajadores y 579 oficinas.
De esta manera, la combinación de los negocios de Liberbank y Unicaja resultaría en la quinta entidad por volumen de activos en España -si tiene en cuenta la fusión entre CaixaBank y Bankia-, con más de 108.826 millones de euros, una red de 1.608 oficinas en España y una plantilla integrada por 9.972 trabajadores.