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Unidad de Asistencia Social: el corazón de la Justicia

Foto: KIKE TABERNER
9/06/2019 - 

VALÈNCIA. La Justicia funciona, pero, como todo, tiene lagunas. Huecos que hasta ahora no se podían rellenar. El juez decano Pedro Viguer lo sabía y, a modo de despedida, ha dotado de un nuevo mecanismo a los juzgados de la capital del Turia para tratar de paliar ese déficit. La nueva Oficina de Unidad de Asistencia Social (UAS) del decanato es el último regalo que Viguer le ha hecho a la ciudadanía antes de dejar su puesto después de 12 años en manos de su compañero César Calvé.

La UAS ayuda a los ciudadanos que son derivados desde los juzgados o el servicio de información, y que necesitan asistencia o información de índole asistencia o social. La UAS va más allá de leyes y códigos. La UAS es el corazón de la Justicia.

Al frente de esta nueva unidad se encuentran dos mujeres, Eva Cortina y Nieves Barrejón. Ambas son trabajadoras sociales. Según sus propias palabras, la esencia de su trabajo es "poder dar orientación, información y asesoramiento. Nos preocupamos de la esencia y de saber qué hay en cada caso". Ellas llegan donde la Justicia pura y dura no puede llegar.

La idea de crear esta unidad la tuvo Viguer cuando descubrió la que existe, desde hace más de 40 años, en el Hospital Universitario La Fe que cuenta con cerca de 20 profesionales. Durante casi dos años estudió no solo aquella unidad sino como encajarla en la Ciudad de la Justicia y, lo más importante de todo, habló con la consellera de Justicia Gabriela Bravo. Ésta no dudó de la idea y apoyó a Viguer haciéndose cargo de la parte económica.

El día a día

Como ejemplo de su trabajo diario está el de una mujer que había sido denunciada por sus vecinos por no poder hacer frente a los gastos de la comunidad. El juzgado archivó la causa porque la deuda iba a nombre de sus padres. Tras ese archivo, sus vecinos querían interponer una segunda denuncia. El juez avisó a Eva y Nieves. Ambas se reunieron con la afectada y la ayudaron a conseguir una paga a la que tenía derecho. También hablaron con sus vecinos para evitar que iniciaran el contencioso mientras se tramitaba toda la parte social y, la mujer, conseguía unos ingresos que le permitieran hacer frente a la deuda. Sin llegar a ser un servicio de mediación, pues ya existe uno que funciona muy bien, estas dos mujeres encontraron una solución beneficiosa para ambas partes.

Entre sus funciones está la evitar que se inicien procedimientos innecesarios que colapsen, todavía más, unos juzgados de por sí sobresaturados. Desde el Servicio de Información (SIAC) les derivan casos que podrían solucionarse sin necesidad de acabar judicializados. En tres semanas han atendido a 54 personas.

Foto: EVA MÁÑEZ

Otro de los casos que resulta muy curioso en el que han trabajado venía derivado de un juzgado de instrucción. Allí habían tenido que archivar la presunta agresión de una mujer de 50 años a su madre por falta de pruebas. El magistrado las llamó pues, aunque jurídicamente no se podía hacer nada, allí había un problema muy grave que había que solucionar. La UAS se puso en funcionamiento. Avisaron a los Servicios Sociales y a la Unidad de Conductas Adictivas que se hicieron cargo del tema.

Ellas son el enlace entre los juzgados y los organismos externos que, muchas veces, la mayoría, no se llegan a enterar de algunos casos muy graves. Mientras explican cuál es su cometido, Eva y Nieves relatan que cuando una persona comienza a caer, si no recibe ayuda, cuando toca fondo no puede remontar. Ambas quieren impedir que las personas lleguen a ese punto sin retorno. Aseguran que "muchas veces las personas no conocen los mecanismos que existen para solicitar ayuda, nosotras hacemos de puente entre la persona y esos mecanismos".

La oficina informa y asesora sobre los recursos asistenciales a los que las personas tienen derecho, como ejemplo de sus múltiples funciones están las de proporcionar información sobre la existencia de plazas en centros de rehabilitación, inserción social, rehabilitación psicosocial, materno infantiles, atención a la mujer, a ancianos, a menores en situación de desamparo, enfermos mentales, discapacitados o los relacionados con las situaciones de dependencia.

También pueden asesorar sobre los servicios disponibles de ayuda a domicilio, asistencia en situaciones de alcoholismo, la posibilidad de acudir al servicio de mediación, las medidas de inserción laboral o las prestaciones económicas de la Seguridad Social. En definitiva, un servicio integral que le pone alma a la fría Justicia. Ellas humanizan la Ciudad de la Justicia.

Y hasta tal punto que, en estas tres semanas evitaron que una persona fuera incapacitada por desconocimiento de sus familiares. De hecho, les explicaron que para conseguir una plaza en un centro no era necesario acudir a Fiscalía e incapacitar a su familiar. Expediente en mano, no solo consiguieron que no se iniciara un procedimiento judicial, sino que esa persona tuviera la mejor asistencia posible.

Este es el principio de un servicio que ayudará a las personas. En tres semanas 54 casos y creciendo. De hecho, Pedro Viguer no descarta en absoluto que si los números siguen creciendo haya que pedirle a Gabriela Bravo una tercera plaza.

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