El Uramaki de atún rojo, tuétano y trigueros de Diego Laso es un clásico atemporal que nunca falla.
Incrustado dentro de ese triunvirato mágico que es la huerta, la granja y el mar. O lo que es lo mismo: lo vegetal, lo cárnico y lo marino, en Momiji tienen un uramaki, que junto a ese mollete de panceta con miso picante, shiso y pepino encurtido y el nigiri de anguila de la Albufera kabayaki hay que pedir siempre. Y cuando digo siempre es siempre. Porque los clásicos, son santo y seña de la casa y a mí me flipa esa actitud de Momiji: una actitud muy Vandal.
Pero dejemos la actitud, de la que va sobrada la cocina de Momiji y volvamos a ese uramaki. Ocho piezas de puro vicio que sin ser gochas, transmiten todo lo que una barra japo de las características del Atelier ha de tener: mucho fuego, bien de spicy, crunchy soft, full umami, y más rollazo que Bad Bunny en el Coachella. All in one. El arroz impecable. El espárrago tempurizado con mimo. Un atún rojo de calidad y un finísimo tuétano bien mantecoso. ¡Yummy! Texturas, sabores y mucho ritmo. De esto anda sobrada también Cristina Lozano, que se encarga de la sumillería y que por ejemplo nos puede ofrecer un Sake tipo Junmai Daiginjo para maridarlo.