AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Valencia 2017, carta a los reyes

Al comienzo de cada año todos, de una forma u otra, hacemosnuestra Carta a Sus Majestades de Oriente con los deseos y propósitos a cumplirdel año entrante, he aquí la mía dedicada a Valencia

7/01/2017 - 

Mi lista de peticiones a los Reyes Mayos para el Cap y Casal y nuestra Comunitat no cabría en estas breves líneas y por eso entenderán que debo ir al hardcore (núcleo duro como dicen los anglosajones) de nuestras necesidades y querencias.

Empezaremos por lo más importante incluso podríamos decir que vital no ya para nuestro futuro sino para nuestro presente, la necesidad de financiación para la Generalitat, que no de los valencianos (familias y empresas) que también y que lleva sus derroteros más complejos sobre todo desde que el poder político de aquí (no el de más allá de Contreras) perdió las entidades financieras valencianas -cajas públicas-.

Se ha escrito y protestado mucho sobre el tema, de forma ineficaz y no en clave posibilista, porque no hay duda que anualmente tenemos una infrafinanciación de entre 1.300 y 1.500 millones de euros (depende del estudio o político de turno) e incluso para más inri nuestra renta per cápita es inferior en más de un 10% a la media nacional siendo a pesar de todo contribuyentes netos, pero la forma en reclamar lo que es justo y sobre todo el motivo de como se solicita es el problema, la estrategia planteada de forma victimista (Madrid es culpable) tiene un doble motivo, primero para tapar la responsabilidad de los líderes de la GVA en los diferentes modelos de financiación que nos perjudican por no exigir lo que era justo y así poder estar en cargos de representación política 38 años algunos por la siniestra y otros por la diestra alcanzar carteras ministeriales e influencia en Villa y Corte, y segundo el uso partidista de la infrafinanciacion para obtener más votos, pues contra Zapatero o contra Montoro se mitinea mejor.

 Nuestros líderes tienen que dejar de ser dóciles, y dentro de la lealtad institucional tener el valor político de jugársela como hizo aquel alcalde de Valencia, Tomas Trenor, que se jugó el cargo (e incluso algo más, era tiempos de la Dictadura) siendo cesado, cuando protesto contra los retrasos por parte de la Administración Central en las inversiones y en la financiación del Plan Sur, diseñado como consecuencia de la riada de 1957.

   

Pero además en la sostenibilidad de las finanzas públicas, como nos recuerda nuestra compañera de Valencia Plaza Mariam Camarero queda margen para mejorar la eficiencia del gasto del sector público, porque siempre se nos ha hablado del problema de ingresos (y no de gastos) en los presupuestos de la GVA y para analizar la cuestión y hablando de dineros lo mejor es ir a las cifras proporcionadas por la Sindicatura de Comptes, cifras recogidas en el informe (denominado incompleto por nuestro director, Javier Alfonso) de fiscalización del 28-12-2016, donde se recoge la deuda de la GVA.

La Deuda de la GVA al final del 2015 era de unos 41.998 millones de euros (a dia de hoy acercándose a los 44 mil) de los cuales 14.380 corresponden a la infrafinanciación (la llamada deuda histórica), y la restante deuda 27.618 millones de euros, me pregunto, ¿Cuál es su origen? Pues aunque le restásemos la totalidad de los 6.654 millones del inicio de la serie histórica de la gráfica en un tosco ejercicio de quitar toda esa deuda, como la parte heredada de aquellas competencias deficientemente traspasadas al inicio de los 80s, y quedando reducida a unos 21.000 millones de euros, es decir casi el 50% del total, el origen habría que buscarlo, es evidente, a un problema de gastos, y que lo dejo ahí planteado para debatir, pues parece que solo con exponerlo ocurre como el cuento del niño que decía que el rey iba desnudo... y que la intención de incorporar lo no gastado en el 2016 por la televisión valenciana al 2017 en un entorno anual deficitario transmite poca seriedad a los hombres de negro.

Mucho que ver con lo anterior es la marcha de la economía (por ejemplo por el impacto recaudatorio en los presupuestos) y que parece por las últimas cifras Macro va mejorando (aunque aún hay mucha gente sufriendo, hemos pasado de más de 700.000 parados en la CV en el peor momento a 418.963 al final del 2016), así Hemos empezado a reconstruir también nuestra economía. Ahora la Comunitat Valenciana está mejor que hace un año, Ximo Puig dixit, e igual que sus antecesores parece hacer suya la recuperación, cuando las competencias de la GVA en este ámbito son escasas y menos aún dada la poca ejecución presupuestaria en varios programas al respecto en 2016 y sus aportaciones económicas han sido crear confusión en los horarios comerciales, impedir inversiones como la del Puerto Mediterráneo, etcétera, aunque en justicia hay que reconocerle la defensa de nuestros cítricos en Bruselas, que podría hacer también aquí por ejemplo aumentando los controles fitosanitarios de los productos foráneos conjuntamente con los ayuntamientos en los mercados municipales y desarrollar políticas para que el minifundismo no sea una víctima tan fácil de los especuladores.

Estas nuevas políticas, siempre en cooperación con el Estado, tienen que prever además el nuevo escenario internacional que se vislumbra, dado nuestro carácter de Comunitat exportadora, ante el posible retroceso de las inercias globalizadoras (que han crecido sin orden y aplicando la ley de la selva) e incluso alguna guerra comercial en ciernes, y el mejor ejemplo de ello es la reciente noticia de que la UGT de la Ford de Valencia daba por perdido el segundo turno de motores tras la cancelación de la inversión en México de la multinacional después de las presiones proteccionistas de Trump.

Por supuesto también pediremos para este 2017 que el Corredor Mediterráneo en su totalidad y en el formato que se pueda esté lo más avanzado ya sea en la fase de construcción, adjudicación o licitación, así como otras infraestructuras de comunicaciones, como la vieja conexión de Sagunto con el mar Cantábrico por Teruel, pues parece que las estrategias en ese sentido y promovidas por el sector privado como AVE puedan resultar positivas.

Por otro lado el Servicio público de radiotelevisión valenciana, parece que estará listo para su arranque (que la mayoría deseamos) este 2017, y lo único problemático es el formato de como se presta el mismo, porque la creación del ente público parece que traerá cola judicial, por la cuestión de la sucesión de empresas, en lugar de haber aplicado la solución para evitar problemas jurídicos más óptima en este arranque como es la externalización, pues imagínense con todo el problema deficitario de la GVA si ahora le añadimos (por ser condenada a la readmisión) una nómina de 1.600 trabajadores por un montante de unos 75 millones de euros anuales sólo en capítulo 1, que pensaran los que nos prestan el dinero para seguir funcionando.

Para ir acabando hablemos de Unesco y nuestra Comunitat, uno de los territorios con más designaciones de Patrimonio de la Humanidad, se han declarado en 2016 las Fallas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, sin duda una buena noticia para Valencia. Las nuevas autoridades del Botanic y de la Nau han recogido los frutos sembrados por otros, aunque lo podrían haber malogrado con el patinazo de Pere Fuset y sus normas de comportamiento y vestimentas de las falleras, curiosa manera de potenciar la igualdad, aunque no es de extrañar después de lo manifestado por Mónica Oltra. Hay que respetar a las mujeres que prefieren prostituirse a limpiar pisos, como nos recordaba nuestra compañera de Valencia Plaza Pilar Vicente en su último articulo del 2016, nueva versión (justo al revés) de más vale honra sin barcos, que barcos sin honra. 

Respecto a estas designaciones sólo un pero, que sean aprovechadas por la Agencia Valenciana de Turismo porque a la hora de organizar saraos y salir en las fotos han estado a la altura, pero a la hora de sacar utilidad, no mucha, pues yo mismo he podido comprobar acercándome a sus oficinas de Turismo que en las mismas no existe ningún tipo de mapa que muestre un recorrido por ejemplo de la Ruta de la Seda, o del Santo Caliz (otro de nuestros grandes valores) por lo que tenemos mucha información cultural pero poca inteligencia turística.

Mis deseos para el 2017 respecto al Derecho Civil Valenciano es que vuelva el sentido común, y no quiero extenderme al ser un tema ya tratado y mi artículo cumplió su misión de generar debate en la sociedad, a través de este diario Valencia Plaza, a pesar de que algunos, desde sus aulas y despachos, parece no gustarles, y parece lógico porque en las respuestas queda acreditado lo ya dicho de los motivos particulares; y por resumir queda claro que existen dos posiciones básicas, la centrifugadora (foralista-decimonónica) de puro voluntarismo politico (no veo a la gente manifestándose por un Derecho Civil Valenciano) y de continuas referencias a Cataluña (eso sí que son complejos y no el meninfotisme) y la de mantener el status quo (racionalizadora y modernizadora) en línea con lo dicho con el Tribunal Constitucional. Esperemos que esta reclamación no sirva como distracción o pérdida de energías, que no andamos muy sobrados, para temas mucho más importantes para los ciudadanos, como la financiación y el corredor del Mediterráneo pues repercuten en la economía y en puestos de trabajo.

 

Y ya para finalizar me gustaría que Valencia fuera una ciudad más abierta y menos hostil con respecto ciertos colectivos como los conductores, menudo caos circulatorio se esta creando en las calles y como recoge mi amigo Vicente Ordaz en su columna semanal, parece que La culpa fue de Henry Ford, o también hostil con los que hacen los llibrets falleros, u hostil con la procesión cívica tradicional del 9 de octubre, los horarios comerciales... En fin señores para 2017 deseo para nuestra querida Valencia más tolerancia y más libertad.

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