VALÈNCIA. Tiemblen los morosos. El Ayuntamiento de València ya está poniendo en práctica nuevas medidas recaudatorias en el marco de su Plan de Inspecciones Fiscales. En concreto, la administración ha licitado un primer contrato para "el servicio de asistencia y colaboración a la inspección tributaria" por un importe total de algo más de 900.000 euros, tal y como recogía este jueves el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Preguntado al respecto por Valencia Plaza, el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, explica que esta primera licitación tiene como objetivo adjudicar a una firma externa el servicio de asistencia para reforzar la recaudación del Impuesto de Actividades Económicas (IAE), un tributo por el que el consistorio espera recaudar 4 millones anuales más.
Según detalla el dirigente socialista, pese a los honorarios de la empresa adjudicataria la medida "no tendrá coste alguno para el ciudadano". "Será justo al contrario, permitirá al Ayuntamiento contar con más ingresos para invertirlos en servicios municipales. La adjudicataria trabajará a comisión, de modo que cobrará solo en función de lo que ayude a recaudar", detalla.
Vilar subraya que en el Ayuntamiento de València no se hacían inspecciones del IAE desde el año 2004, de modo que el consistorio tiene camino por recorrer en el caso de este tributo, que se cobra en función de la facturación de las empresas establecidas en el término municipal.
Los servicios de inspección solo puede realizarlos el propio ayuntamiento, de modo que la asistencia externa se dedicará a agilizar la tramitación de los expedientes, atendiendo a cuestiones como la redacción de los mismos o la medición de los tributos a cobrar. La puesta en marcha del servicio se prevé para los últimos meses del presente 2017.
El concejal Vilar indica que la asistencia para el cobro de IAE será un banco de pruebas para, a medio plazo, replicar el modelo con el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) en caso de que el sistema resulte exitoso.
En una segunda fase, y siempre que quede probado este sistema para incrementar la recaudación municipal, el reto del consistorio sería hacer lo propio con el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), un tributo mucho más complejo, extenso y cuantitativo pero sobre el que la concejalía de Hacienda considera que existe margen de mejora.
Por último, Vilar destaca que el objetivo de estas medidas es lograr una mayor recaudación con un sistema tributario justo, en el que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones fiscales sin que se les apliquen nuevas subidas de impuestos.