VALÈNCIA. Casi 400 inspecciones municipales en los últimos tres meses de 2021. Son los últimos datos de la batalla del Ayuntamiento de València contra las irregularidades en el uso del espacio público por parte de los locales de hostelería, que ha subido un peldaño más después de que la concejalía de Actividades, que dirige Lucía Beamud, aprobara a mediados del año pasado el primer Plan de Inspección hasta el año 2023, y que incluye como una de las líneas de trabajo precisamente el control de que las terrazas cumplan la normativa.
Así pues, desde que se aprobara aquel plan en verano, los técnicos municipales han realizado concretamente 359 actuaciones de inspección por iniciativa propia del consistorio. Las primeras empezaron a finales de septiembre y se han desarrollado fundamentalmente el barrio de Russafa -204 actuaciones-, el casco histórico de la ciudad -99 inspecciones en El Carme y 32 en El Pilar-, pero también en El Palmar -24-.
Son cifras recogidas por la evaluación de ese Plan de Inspección, según el cual se han multiplicado por diez las inspecciones previstas inicialmente. Y a ese trabajo se ha sumado el marcado de las terrazas: se han adaptado a la normativa 58 terrazas, se han ampliado 310 y se han marcado otras 273, según los mismos datos. Pero se han llevado a cabo muchas más intervenciones en otros ámbitos.
Por ejemplo, el Plan preveía actuar también en las obras para estudiar especialmente las comunicaciones ambientales y medidas de protección contra incendios y los permisos para las actuaciones en las edificaciones. "Se ha detectado una obra ilegal de oficio", señala la evaluación municipal, para aclarar a continuación que dicha ilegalidad "no afectaba a la seguridad de las personas".
En total, en 2021 se realizaron 1.810 informes sobre obras, de los cuales 549 se hicieron por denuncias, y otras 66 inspecciones se hicieron a posteriori de las obras de manera aleatoria para comprobar el cumplimiento de la legalidad.
En cuanto a los espectáculos públicos y actividades peligrosas, son 10 las intervenciones de los técnicos municipales las registradas durante el año pasado: 4 en La Marina de València y 6 en la plaza de Honduras y calles adyacentes. Estas últimas atendiendo a denuncias de las asociaciones vecinales tras la reapertura del ocio nocturno cuando se levantaron las restricciones por la Covid.
En ese sentido, la evaluación recuerda que precisamente esas restricciones han "supuesto la reducción de denuncias por molestias acústicas procedentes de locales de ocio nocturno" mientras que han aumentado "las molestias por humos y olores derivados del funcionamiento de bares y restaurantes". Se detectaron hasta 8 posibles infracciones graves o muy graves.
En este primer Plan de Inspección municipal se introducían también otros aspectos más allá de las inspecciones, relativos a las campañas de información y sensibilización así como reuniones con diferentes sectores económicos y sociales.
Su objetivo, explica la edil del ramo, Lucía Beamud, era "poder alcanzar una mejor información sobre la normativa a aplicar" y así "reducir las posibles molestias" y en consecuencia "aumentar el bienestar ciudadano". Esto se ha hecho elaborando un tríptico de fomento de buenas prácticas, así como explicando la normativa y el plan municipal a las asociaciones de hostelería, asociaciones vecinales y el Colegio de Administradores de Fincas.
Concretamente, el servicio de Inspección municipal se compone principalmente de 29 empleados públicos, de los cuales 22 son inspectores de obras y servicios, así como oficiales de servicios comunes. Y el Plan prevé la utilización de todo tipo de equipos técnicos para llevar a cabo las actuaciones: desde sonómetros y medidores láser, hasta termohigrómetros, equipos de protección o equipos informáticos, móviles y tablets.
En ese sentido, la evaluación del año pasado incluye que el Ayuntamiento de València ha adquirido material tecnológico para agilizar la elaboración de informes y unificar criterios en el seno del servicio de la Inspección con otros servicios municipales. Desde una cámara termográfica hasta un ordenador portátil y un televisor inteligente portátil pasando por cinco monitores. Se han impartido cursos informáticos y también se han automatizado profesos para elaborar los informes.