València hará la encuesta para la reforma urbanística de Benimaclet hasta marzo

VALÈNCIA. Por los pelos. La concejalía de Urbanismo anunció que emprendería una revisión urbanística de todo el barrio de Benimaclet -no sólo del PAI de Benimaclet- y que, para ello, haría una consulta ciudadana este mismo año. Llegado el mes de diciembre, la promesa se puede dar cumplida sobre la campana: esta semana se ha contratado a la empresa que llevará a cabo la encuesta a los vecinos del barrio.

El departamento que dirige la vicealcaldesa Sandra Gómez adjudicó este lunes un contrato menor por valor de aproximadamente 9.400 euros, IVA incluido, a Investgroup para realizar la consulta, tras valorar otras dos opuestas y optar por esta, la más económica y rápida. La duración del contrato se estima en dos meses y medio a partir del día siguiente a que la firma esté notificada, de manera que el trabajo de recogida y análisis de opiniones del vecindario sobre el futuro urbanístico del barrio dará por finalizado a principios del mes de marzo de 2022.

Hay que recordar que la concejalía de Urbanismo rechazó el planeamiento urbanístico para el PAI de Benimaclet propuesto por la constructora Metrovacesa, que aspiraba a convertirse en agente urbanizador. Así pues, el consistorio asume el trabajo de hacer los nuevos planos no sólo de la zona del PAI sino de toda el área funcional, es decir, teniendo en cuenta las necesidades de todo el barrio de Benimaclet y no solo el vacío que supone el PAI, en linde con la Ronda Nord.

Para ello, Gómez anunció la realización de un proceso participativo previo a esas labores. "Se considera oportuno la realización de una encuesta", explica el contrato menor, que revele "las necesidades sobre dotaciones, equipamientos públicos, parque de vivienda, zonas verdes, estado de las actuales infraestructuras y en general sobre los principales problemas genéricos del barrio" con el propósito de determinar "cuáles son las necesidades urbanísticas del barrio".

Así pues, es un trabajo "imposible" de asumir por la propia concejalía "dado el nivel de carga que tiene actualmente y la carencia de personal técnico cualificado para acometerlo". Y por eso, acude el Ayuntamiento de València a la contratación externa de este servicio. Se trata de una fase integrada en el trámite de consulta previa habitual para la elaboración de planes como el Plan Especial de Benimaclet, que permitirá no sólo redefinir la ordenación urbanística vigente, sino integrar un catálogo de bienes protegidos, como se ha hecho también en Ciutat Vella o el Cabanyal.

Sin huerta ni soterramiento de la Ronda Nord

Entre los criterios fijados por la concejalía en el encargo realizado a Aumsa para el diseño del Plan no se encuentra la desclasificación de parte de los terrenos para reconvertirlos en huerta, como siempre ha reclamado Compromís, sino que establecen de manera explícita que los usos del suelo se mantendrán tal y como han sido recogidos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de València. Y en este caso, el documento determina que las parcelas son perfectamente urbanizables.

Tampoco aparece entre los requisitos el soterramiento de la Ronda Nord, otra de las reclamaciones de la coalición valencianista socia del PSPV en el gobierno municipal y que dirige el alcalde Joan Ribó. Cabe recordar que el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, de Compromís, anunció en mayo de este mismo año que encargaría por su parte un estudio para conocer la viabilidad de un proyecto de estas características, y saber si era posible o no ejecutarlo. Lo que exige el documento elaborado por Urbanismo es que el Plan "deberá incorporar al menos, el estudio de posibles actuaciones a realizar en su borde exterior y espacios adyacentes, para mejorar la conectividad con la huerta y para minimizar los impactos que produce en el sector".

A este respecto, y dada la evidente discrepancia entre las dos formaciones que conforman el ejecutivo municipal, el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, criticó la descoordinación del equipo de gobierno. Giner aseveró que "ni unos ni otros se ponen de acuerdo en esta mínima cuestión de decir que sí, o no, a los vecinos de Benimaclet, quienes si piden soterrar la ronda aprovechando el desarrollo del  PAI y ahora del Área Funcional".

Más allá de estos puntos, el Plan ahonda en la necesidad de crear una ciudad 15 minutos. Es decir, garantizar que la ciudadanía tenga a su alcance todos los servicios que pueda necesitar, sin tener que desplazarse a otros barrios. Asimismo, se fija como objetivo preservar el patrimonio de la zona, con un catálogo de viviendas tradicionales para su protección, y exigirá que al menos un 30% de los nuevos inmuebles deberá dedicarse al alquiler asequible. Del mismo modo, el acuerdo también fija un mínimo del 20% de la edificabilidad para usos económicos. Es decir, comercio, servicios de proximidad, oficinas u otras actividades generadoras de empleo.