VALÈNCIA. 40 años. Ese es el tiempo que lleva abierto el boquete en el muro que separa las calles Agustín Lara y Baeza en el barrio de Orriols. Un punto emblemático que con el tiempo ha recibido el nombre de 'agujero de la vergüenza', y cuyo único objetivo es permitir el paso a pie de una vía a otra sin tener que realizar un gran rodeo. Pero sobre todo, este enclave es considerado por los vecinos como el gran símbolo del "abandono" urbanístico al que ha estado sometido el barrio durante todos estos años. Al menos, hasta ahora.
Y es que, el Ayuntamiento de València dará este mismo viernes luz verde a la reparcelación de los terrenos en los que se encuentra el 'agujero de la vergüenza'. Así, la intención es deshacer el "tapón urbanístico" que se desarrolló principalmente en los años 70 y que ahora mismo supone una barrera para la libre circulación de personas por el entorno. En este sentido, la intención es reordenar el terreno eliminando algunos de los edificios que ahora mismo se levantan sobre el mismo y abrir un espacio verde que permitirá el paso de manera más cómoda.
Así lo explicaba la concejala de Desarrollo Urbano, la socialista Sandra Gómez, este jueves antes de la celebración del pleno municipal. Lo cierto es que el proyecto llevaba encima de la mesa desde el año 2018, y después de todo este tiempo ya se han perfilado las concreciones para que pueda salir adelante. De este modo, las principales novedades son dos: por una parte, se prolongará la calle Agustín Lara para que tenga salida directa a la Avenida Constitución. Y, por la otra, se creará la ya mencionada gran zona verde entre estos dos viales para facilitar el tránsito a pie y "esponjar" la zona.
Concretamente, la zona verde tendrá una superficie aproximada de 860 metros cuadrados, mientras que la superficie de viales disponibles en la zona sumará otros 667. Asimismo, el proyecto también contempla el levantamiento de nuevos edificios con capacidad para 193 viviendas en el barrio. Según detallaba la concejala de Desarrollo Urbano, estos tendrán una tipología de edificación y altura coherentes con las del resto de la zona, dependiendo de la vía a la que den las fachadas.
En total, el presupuesto estimado para la intervención asciende hasta los 806.000 euros, mientras que las obras tienen un plazo estimado de seis meses. "Por fin se ha aprobado el PAI de Agustín Lara, que va a dignificar uno de los barrios que más necesitan actuaciones como esta para recuperar, no solo un entorno más amable, con zonas verdes y vivienda pública, sino también generar mejor convivencia", aludía Gómez.