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mirando al mar

València necesita una buena Reina

| 08/08/2019 | 2 min, 8 seg

VALÈNCIA.-El XXI Trofeo de la Reina organizado por el Real Club Náutico de Valencia terminó con gran éxito. Una regata que nació por la cabezonería de tres hombres ilustres de la vela española, ya fallecidos: Manel Casanova, Paco Balaguer y Marcial Sánchez Barcáiztegui, y, por supuesto, con la gran colaboración de la reina Sofía. Eran unos años boyantes en los que abundaban los patrocinadores y el Real Club Náutico de Valencia contaba con uno de lujo: Rolex.

La regata era una de las tres más importantes del Mediterráneo y acudían los mejores barcos de Europa, en clara sinergia con la Copa del Rey, que se celebraba un mes después en Palma. Eran tiempos donde los clubes se llevaban bien, se respetaban las fechas de las regatas, las instituciones se volcaban en ellas porque creían en su magia, los armadores coincidían en su grandeza y el club aportaba la calidad necesaria para que todo esto se alineara favorablemente.

No sé si los astros se alinearon desfavorablemente o se trató de un cúmulo de errores que tuvieron todos los implicados. De repente se perdió a Rolex como patrocinador porque la marca suiza quería exclusividad como promotor del club, pero no aportaba los ingresos necesarios para actuar como un gran mecenas; las administraciones de la Comunitat, Ayuntamiento y Diputación comenzaron a racanear sus aportaciones; la Familia Real dejó de asistir habitualmente; la CAM, que suplió a Rolex en los patrocinios, fue intervenida y, para colmo, Manel Casanova y su Junta directiva dejaron paso a las nuevas ideas de otros directivos más jóvenes.

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Mientras tanto, en Mallorca, la Copa del Rey gozaba de buena salud en cuanto a patrocinadores. La participación del rey Juan Carlos, el por entonces príncipe de Asturias, la infanta Cristina y la reina Sofía, mantenía arriba la regata mallorquina, que cada vez más se iba socializando. Todas las televisiones y medios de comunicación se acreditaban, no para asistir a las regatas en el mar, sino para intentar sacar el cotilleo de turno sobre la novia del Príncipe, o las desavenencias entre los miembros de la Familia Real. Unas premisas que en el Náutico de Valencia siempre habían desechado con gran criterio.

* Lea el artículo completo en el número de agosto de la revista Plaza

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