VALÈNCIA. Después de la salida del Plan de Ajuste, el Ayuntamiento de València ya puede endeudarse para realizar inversiones. Como alguna vez ha deslizado el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, la deuda no es mala per se, especialmente cuando va dirigida a la inversión y no para hacer frente a impagos. En ese sentido, el consistorio intenta ahora conseguir financiación para sus proyectos en el Banco Europeo de Inversiones (BEI), a donde las empresas municipales ya estudian acudir para conseguir créditos en condiciones favorables.
Sin ir más lejos, Aumsa, la empresa urbanística municipal presidida por el edil de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, está manteniendo conversaciones con el organismo financiero de la Unión Europea para financiar algunos de sus planes. En concreto, su programa para la construcción de nuevas viviendas públicas de alquiler asequible en la capital del Túria. El proyecto que ya se había hecho público busca el respaldo del banco público europeo.
Este plan pretende erigir 300 viviendas de alquiler asequible repartidas fundamentalmente en Ciutat Vella y Moreres. Huelga recordar que el coste de este programa está cifrado en 26,6 millones de euros. Y de ellos, el Ayuntamiento ya ha presupuestado este ejercicio 600.000 para la adjudicación de la redacción de los proyectos, pese a que Aumsa pedía inicialmente 3 millones para arrancar. Preguntadas fuentes municipales al respecto, todavía no han podido concretar qué condiciones se establecerán para esta línea de financiación, puesto que no hay ningún acuerdo cerrado y las conversaciones continúan.
Con todo, es necesario recalcar que el BEI no suele prestar más del 50% de los fondos necesarios para la ejecución de los proyectos. Se trata de una institución financiera cuyos accionistas son los Estados miembro de la UE, si bien su función no es conceder financiación general a las estructuras estatales en sí, sino a proyectos concretos y habitualmente mediante tipos de interés favorables.
Ejemplo de ello son también las inversiones para la EMT por valor de 75 millones de euros que el alcalde Joan Ribó y el edil de Movilidad Giuseppe Grezzi anunciaron este lunes junto al gerente de la firma, Josep Enric Garcia Alemany. Con este dinero, la EMT quiere comprar 200 autobuses híbridos en los próximos cuatro años, así como adecuar algunas instalaciones de la empresa. En este caso, la mitad está financiada por el BEI a interés prácticamente cero y a amortizar en los próximos 15 años. "Unas condiciones estupendas", considera Ribó.
Asimismo, el alcalde anunció que la empresa Aumsa está estudiando acceder a este tipo de financiación. Y por otro lado, también se quiere plantear la idea para acometer las inversiones referentes al Colector Norte. Su colapso debido a la inmensa cantidad de toallitas acumuladas ha causado un agujero en el erario público de, por lo menos, tres millones de euros en trabajos de limpieza. De ahí la necesidad de estas inversiones en infraestructuras.