VALÈNCIA. La invasión de Ucrania por parte de Rusia está teniendo múltiples repercusiones y en todos los ámbitos. Una de ellas, fácilmente perceptible, es la huida de miles de civiles del país con motivo de la guerra. La gran mayoría están recalando en zonas del centro y del este de Europa, pero otros llegan a territorio valenciano, con ayuda de ONG, empresas u otros agentes sociales que, como ha estado contando este diario, han dedicado recursos para ayudar a las familias refugiadas del conflicto.
Así pues, las administraciones también tienen ante sí el reto de gestionar esta llegada de desplazados, que ya se cuentan por miles. A finales de febrero, el Ayuntamiento de València ya anunció que iba a poner a disposición medios para asistir los problemas consecuencia de la crisis humanitaria por valor de 200.000 euros, concretamente para la acogida de los desplazados. Pero finalmente esta cuantía se prevé aumentar.
Así pues, el consistorio del Cap i Casal prepara una modificación de crédito en su presupuesto anual para dedicar una partida total de alrededor de 1,5 millones de euros a las necesidades derivadas de la crisis de refugiados, que han resultado de carácter imprevisible y que se financiará con los ahorros municipales de años anteriores.
En ese sentido, la concejalía de Cooperación y de Migración, que dirige Maite Ibáñez, tendrá a su disposición una línea que se dedicará, fundamentalmente, a buscar y contratar alojamiento de las personas desplazadas por el conflicto, si bien podrían entrar aquí también otro tipo de gastos relacionados con la acogida de dichas familias.
Hay que recordar que, junto con el apoyo económico del consistorio, la administración municipal también va a llevar a cabo la ampliación del casal de acogida que el Ayuntamiento dispone en Rocafort, que se puso en marcha en 2013 para ofrecer alojamiento y manutención a la población migrante que, por diversas circunstancias, se encuentran en la ciudad y no tienen un domicilio estable.
Por el momento, no hay un número concreto de personas que la ciudad de València va a acoger, dado que dependerá de cuánto se prolongue la guerra en Ucrania y cuántas familias vayan llegando. El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, se refirió en febrero a varias situaciones que serían objeto de esta ayuda: por ejemplo, un grupo de alumnos ucranianos que se encontraban de viaje en España, que no podrán volver a su país por el conflicto y por lo que se les va a buscar un lugar de acogida.
Por su parte, la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas y vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, explicó este martes que la administración autonómica ha puesto en marcha una red de acogida para personas refugiadas complementaria a la del Gobierno de España y que cuenta con 532 plazas. Oltra insistió en que estos medios tienen carácter supletorio de los del Ministerio y de los ayuntamientos.
Se han habilitado los albergues del Institut Valencià de la Joventut (IVAJ) como centros de atención de emergencia y en la actualidad, los centros de Benicàssim, Moraira y Piles ya acogen 181 personas. Asimismo, se trabaja para ampliar la red con instalaciones de Biar, Florida y Muro de Alcoy. Incorporaciones que permitirán llegar a las 900 plazas, a las que podrían sumarse algunos de los centros de acogida temporal que se habilitaron durante el confinamiento para la atención de las personas sin hogar.