VALÈNCIA. Fue hace dos años y medio, en el Parlamento Europeo. El eurodiputado valenciano Jordi Sebastià daba la bienvenida. En el acto, que se celebró en una de las salas del edificio de la Grand Place de Bruselas, tuvo lugar un diálogo entre el eurodiputado Josep-Maria Terricabras y el filósofo Manuel Reyes Mate. De fondo, la imagen de una enfermera suiza, Elisabeth Eidenbenz, y una mención a su gran obra: la maternidad de Elna. La proyección de un documental dedicado a su figura fue seguida de un diálogo entre le historiador Manuel Expósito y el ex alcalde de Elna, Nicolás García, promotor de la recuperación de la maternidad. Cerró las intervenciones Ernest Maragall.
Entre los asistentes, tres regidores del ayuntamiento de Burjassot: Emili Altur, Roc Senent y Maria Viu. El porqué de su presencia se explicaba por la misma historia. Los primeros doce voluntarios del Comité de Ayuda Suiza a los Niños de España, formado por un conglomerado de asociaciones benéficas, religiosas y pacifistas helvéticas, más de la mitad de ellos chóferes, se instalaron en una céntrica casa de la cercana Burjassot a finales de abril de 1937 y allí se quedaron. La sede central de la Ayuda Suiza vivió en el pueblo de Los Silos. A ese equipo, internamente se le conocía en el servicio gubernamental como Team Burjassot. Y en ese equipo se encontraba Eidenbenz, a la que todo el mundo conocía como señorita Isabel.
Toda esta historia de humanidad, coraje y generosidad comenzó pues en Burjassot. Desde allí partía la ayuda para Madrid en forma de alimentos y otros productos que venían de Suiza. Los camiones que se enviaban a la capital volvían a València llenos de personas que huían de las bombas, mayoritariamente niños. En enero de 1939, con la guerra a punto de terminar, medio millón de personas cruzaron la frontera francesa, entre ellas Eidenbenz, quien huyó acompañando a algunos de aquellos niños españoles a los que todo el mundo había dejado atrás; todo el mundo menos ella.