VALÈNCIA. “Ahora empieza lo bueno”. Estas palabras las firma María Lapiedra, encargada de la comunicación del proyecto València Capital Mundial del Diseño. Y no es para menos. Anoche saltaba la liebre y, tras meses de trabajo, la World Design Organization (WDO) desvelaba el resultado de una carrera en la que València y Bangalore (India) se jugaban ser Capital Mundial del Diseño en 2022. La suerte estaba echada desde junio, cuando el comité seleccionador visitó ambas ciudades, una visita que dejó un regusto dulce en el paladar valenciano. Y, al final, el sueño se hizo realidad. València será el epicentro del sector dentro de tres años, convirtiéndose en la primera ciudad española en conseguirlo, un título que trae consigo más de un reto tanto para las empresas como para la administración pública. València será Capital Mundial del Diseño en 2022, ¿y ahora qué?
Apenas unas horas después de que conocieran el resultado, algunas de las personas implicadas en la candidatura y profesionales en la divulgación del diseño, explicaron a Culturplaza cuáles son los retos a medio plazo que debe afrontar València en su relación con el sector. Porque, tal y como han explicado sus impulsores en no pocas ocasiones, quieren evitar a toda costa la etiqueta de ‘evento’. No se trata de ser flor de un día, sino de hacer uso de la capitalidad para avanzar en una ciudad que, a pesar de la “madurez” del sector -tal y como indica el secretario general de la WDO, Bertrand Derome-, tiene mucho por hacer. “Debemos aprovechar esta oportunidad para transmitir el valor económico del diseño, que la gente entienda que es una herramienta eficiente para crear riqueza […] Tenemos el talento y los empresarios tienen que entender que si se alían con un diseñador todo irá mejor”, explica Lapiedra.