Se trata de una de las medidas a las que apunta el informe de València Music City, que fija una estrategia hasta 2025
VALÈNCIA. El proyecto València Music City, que presentó el Ayuntamiento de València en abril de 2019, empieza a trabajar con realidades. La primera fase del proyecto echó a andar el 22 de febrero del mismo año, cuando se resolvió un concurso abierto al que solo se presentó el Departamento de Economía Aplicada de la Universitat de València por un valor de 25.000 euros más IVA. Se trataba de la redacción de las líneas estratégicas para poner en marcha una oficina que liderara las actuaciones que impliquen directamente a la música.
La primera medida se concretó hace una semana, cuando Cultura concretó la idea de la creación de una oficina que sea un reflejo de la Valencia Film Office pero adaptada al sector musical. La medida estrella: la creación de una ventanilla única para aligerar burocráticamente la relación entre el sector privado y la Administración Pública. La oficina también sería la encargada de promover algunos de los cambios legislativos más demandados sobre los que tenga competencia el Ayuntamiento, como sería la seguridad jurídica, las licencias de actividades y la armonización de la legislación local con la autonómica y la estatal. En este sentido, la València Music Office actuaría como núcleo de la política y la gestión musical del Ayuntamiento.
El organigrama de esta oficina se basaría en una "asamblea de la música" que reuniera a representantes del sector público y privado, un comité ejecutivo elegido por la asamblea y comités sectoriales que reunieran en grupos de trabajo a funcionarios y representantes del sector público y privado; finalmente, se propone una dirección ejecutiva que ejercería un profesional independiente con otras personas que le asistan. Este puesto concentraría funciones como la "coordinación de competencias y áreas municipales con efectos sobre la actividad musical y la concentración de toda la información relativa a organizaciones, recintos y programación musical, actuando como ventanilla única e interficie entre el público, el sector y el Ayuntamiento".
"El objetivo no es solo que se facilite a los agentes musicales su actividad, sino poner en marcha que trabajo que costará un poco más, que es el del diseño de una normativa que sea ejemplar a nivel español en cuanto a las actuaciones en la calle, los locales y todo aquello que no se gestiona directamente desde cultura, pero que afectan directamente a la gente que trabaja en ella", comentó la concejala de Cultura, Gloria Tello, en una entrevista a Culturplaza.
Las líneas estratégicas del informe diseñan otras medidas a aplicar hasta 2023, como la catalogación de todos los espacios "donde se pueda hacer música" y la creación de algunos nuevos, fomentar la innovación, o crear una red de "embajadores" para posiciones en el exterior a València como Music City.
En todo caso, el proyecto ya está en marcha y tiene el visto bueno del alcalde Joan Ribó. La idea es pedir un cambio de crédito para que el Palau de la Música asuma directamente esta competencia con un equipo formado por unas tres personas. Según explican desde el Ayuntamiento, el presupuesto no es significativo y no sería difícil que esta oficina echara a andar antes de que acabe este 2020.
Preguntada por cuáles son los grandes proyectos de la concejalía durante esta legislatura, Gloria Tello, no dudo en posicionar a València Music City como uno de los mayores retos de los próximos años. Pero, preguntada sobre otros proyectos que hay sobre la mesa, la concejala ha explicado a Culturplaza, que ya le ha pedido al nuevo coordinador técnico del área el estudio de la creación de una ventanilla única de Cultura. "Es la gran demanda del sector, y tienen razón", comentó durante la entrevista Tello, que destaca el perfil marcadamente jurídico de este nuevo técnico, que -previsiblemente- será el encargado de estudiar cómo poner en marcha una oficina cultura que coordine lo directo y lo indirecto de la cultura.
Sin duda, el concepto de la ventanilla única es uno de los más repetidos por el sector privado cuando se le pregunta por las exigencias y deseos que tienen sobre la Administración Pública, agilizar burocracias y reforzar la seguridad jurídica es una aspiración aún pendiente. En este sentido, Mediterranew Fest se convirtió en la primera iniciativa dirigida a esto mismo, una ventanilla única autonómica que coordina la promoción y gestión de los festivales. La experiencia está siendo, según explican fuentes tanto del sector público como del privado, más que positiva.