VALÈNCIA (EP). El catedrático de Bioingeniería en la Universidad Católica de Valencia (UCV) y director del Laboratorio de Biomateriales y Bioingeniería del CITSAM-UCV, Ángel Serrano, ha sido incluido por cuarto año consecutivo en el Top 2% de los investigadores más influyentes del mundo de la Universidad de Stanford (Estados Unidos).
Serrano asegura que aparecer de nuevo en la lista de la prestigiosa institución norteamericana es "un reconocimiento internacional internacional al esfuerzo y calidad del trabajo" que está realizando el grupo de investigación que dirige.
"Contamos con un equipo excepcional y, en todo momento, hemos recibido el respaldo fundamental del Ministerio de Ciencia e Innovación, del Programa Juan de la Cierva, la Fundación Universidad Católica de Valencia y Horizon Europe, lo cual ha sido clave para alcanzar este logro. El Serrano BBlab está compuesto por investigadores con formación en diversas disciplinas: desde bioquímica, biología, biotecnología y microbiología hasta ingeniería química. Esta diversidad nos permite llevar a cabo una investigación de vanguardia y altamente prometedora en el ámbito biomédico, con el propósito de salvar vidas o, como mínimo, mejorar su calidad", asevera Serrano.
La inclusión del profesor de la UCV en el listado de Stanford es consecuencia del estudio que realizan los expertos de esta universidad norteamericana sobre el impacto de los investigadores a través de sus publicaciones y patentes, entre otras cuestiones. Han sido los proyectos científicos dirigidos por Serrano en el curso pasado las que le han mantenido en la élite mundial de investigadores.
En uno de sus estudios más recientes, el director y su equipo del Laboratorio de Biomateriales y Bioingeniería ha demostrado la capacidad de los nanomateriales de carbono para combatir 33 tipos de virus distintos. La investigación ha sido publicada recientemente en la prestigiosa revista científica Advanced Functional Materials, que edita el grupo Wiley.
"En la era de la resistencia microbiana, los nanomateriales basados en carbono (CBNs) --como los fullerenos, los puntos de carbono, el grafeno y sus derivados-- son herramientas terapéuticas alternativas y prometedoras para prevenir y combatir las enfermedades virales", apunta Serrano.
Serrano ha creado, por otro lado, un pintalabios antimicrobiano que protege frente a virus, bacterias y hongos. El uso de este producto evitará que la persona se infecte y propague infecciones a otras personas, de la misma manera que podrá compartirlo con familiares o amigos con total seguridad.
Este nuevo desarrollo del Laboratorio de Biomateriales y Bioingeniería ha sido elaborado con extracto de arándano en una base de crema para lápiz labial que contiene manteca de karité, vitamina E, provitamina B5, aceite de babasú y de aguacate. Además, este pintalabios de color rojo intenso es rápido en la desactivación completa de virus, tanto con envoltura como sin envoltura; necesita tan solo un minuto de contacto para lograrlo.
De igual modo, Serrano y su equipo han desarrollado un vino rosado probiótico en dos formatos, tanto con alcohol como sin él. Este nuevo vino contiene la levadura probiótica S. cerevisiae var. boulardii, que mejora la salud general del organismo facilitando la digestión y la absorción de nutrientes. El fortalecimiento resultante del sistema inmunológico ayuda a prevenir enfermedades.
Este vino conserva su viabilidad probiótica durante al menos seis meses, tanto a temperatura ambiente como en nevera, lo que lo convierte en un candidato adecuado para la producción a gran escala. En ese sentido, este grupo de científicos, que ya desarrolló en el pasado una cerveza probiótica, ha trabajado en este nuevo proyecto en colaboración con las bodegas Juan Gil, de Jumilla (Murcia).
Además, Serrano ha patentado nuevos materiales biodegradables con capacidad antimicrobiana para diversas aplicaciones biomédicas como la ingeniería tisular para regenerar hueso y otro tipo de tejidos. Otro de sus grandes descubrimientos incluye la demostración de la capacidad antibacteriana y antiviral de las nanofibras de carbono en estado puro e incorporadas en otros materiales de gran interés industrial como son el alginato y el poli (3-hidroxibutirato-co-3-hidroxivalerato), comúnmente conocido como PHBV, que son materiales no tóxicos, biodegradables, biocompatibles y renovables.
El Laboratorio de Biomateriales y Bioingeniería ha demostrado también anteriormente la capacidad antiviral de la horchata valenciana, según los resultados del estudio publicado en la prestigiosa revista científica International Journal of Molecular Sciences.
En concreto, la investigación realizada por los científicos de la UCV ha mostrado que la leche de chufa podría ayudar a luchar "contra las infecciones virales y proteger contra un considerable número de enfermedades de este tipo", según ha explicado Serrano: "Los resultados que hemos obtenido confirman que la típica bebida azucarada valenciana, elaborada con extracto de chufa y azúcar, conocida como horchata, posee propiedades antivirales de amplio espectro".
La investigación ha probado que la leche de chufa puede destruir virus con envoltura como el SARS-CoV-2 y que no tiene efecto alguno contra virus sin envoltura como el bacteriófago MS2. Sin embargo, la bebida valenciana creada con leche de chufa sí lo consigue.
El grupo de investigadores liderado por Serrano es el responsable, por ejemplo, de haber desarrollado los primeros filtros capaces de inactivar el SARS-CoV-2 y otros virus con envoltura como la gripe en menos de un minuto, tecnología sanitaria revolucionaria que permitió la creación de las mascarillas FFPCOVID MASK, fabricadas y distribuidas por la empresa valenciana Visormed. Esta tecnología supuso "un paso adelante" en la protección frente a la pandemia, dado que las mascarillas convencionales "no tienen capacidad antimicrobiana, y sólo impiden que el virus llegue a las vías respiratorias", según recuerda el propio Serrano.
Las FFPCOVID MASK no sólo sirven para combatir la transmisión de la covid-19, o de un virus como la gripe, también son útiles como protección frente a las bacterias multirresistentes, que no pueden ser destruidas con antibióticos y constituyen un gran riesgo para la salud mundial en el presente y el futuro. Tras las FFP2, llegaron las mascarillas quirúrgicas para adultos y niños, menos costosas, capaces también de inactivar al instante el SARS-COV-2 y bacterias resistentes a antibióticos como la Staphylococcus aureus y Staphylococcus epidermidis, resistentes a la meticilina.
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