-¿Desde cuándo ejerce de profesor?
-Soy profesor desde hace 20 años, aunque aproximadamente la mitad de ese periodo estuve en situación de excedencia desarrollando proyectos propios. Antes de ser profesor trabajé en dos multinacionales, una industria del sector automoción y en otra del sector financiero, ambas en Madrid.
- ¿Consideras acertado el decreto de plurilingüismo que va a aplicar la Conselleria de Educación a partir del curso 2017/2018? ¿Por qué?
-En absoluto. Se trata de una imposición muy desacertada, dado que los padres pierden libertad de elección y se trata de un programa que evoluciona hacia la inmersión en valenciano, todo lo contrario de lo que necesitan los alumnos. La sociedad y las profesiones de presente y futuro en este siglo XXI exigen idiomas globales, es decir, castellano e inglés. Los padres, con el nuevo decreto no van a participar en la elección de la educación de sus hijos, derecho que solo quedará para la escuela privada, que ahora, por tanto, se beneficia en gran medida. Pero los que pagamos impuestos consideramos que la escuela pública debe atender al ciudadano, y en temas de educación hay que preparar a los alumnos principalmente para que puedan abrirse un camino profesional, todos sabemos que el español y el inglés proyecta e integra, mientras que el valenciano aísla y genera tensiones. En este caso se trata de romper un clima que ha caracterizado a la Comunitat Valenciana, de convivencia pacífica entre ambos idiomas, que ahora definitivamente se trunca, ante un absurdo que tiene tintes nacionalistas. Los alumnos no deberían pagar ni ser víctimas de esa ambición.
-¿Hay muchas diferencias respecto a lo que se aplicaba el anterior Gobierno de la Generalitat?
-La principal diferencia es que antes había dos líneas: valenciano y castellano, que permitía elegir para educar en lengua madre. Cuando el idioma vehicular de los estudios coincide con la lengua natal, en especial de las asignaturas troncales, el rendimiento de los alumnos es mucho mayor. Unesco cuenta con muchos informes sobre ello. Las matemáticas hay que entenderlas bien para profundizar correctamente. Si estudias esas materias en una lengua diferente a la natal, no puedes desarrollar con el mismo nivel de comprensión.
El nuevo programa contempla 6 niveles en la enseñanza primaria, desde el Básico 1 hasta el Avanzado 2, y tres niveles en la secundaria. Parece que han querido diseñar un sistema con base al Marco Europeo de Referencia, de hecho en alguna intervención pública han usado eso para convencernos de que el sistema está bien pensado, pero no es cierto, no tiene nada que ver, en absoluto. Se trata de la especificación de un camino que avanza por etapas hacia la inmersión en valenciano. Se trata de un chantaje que comienza por desiguales certificados lingüísticos entre líneas básicas y avanzadas, por una diferente exposición al inglés, pero también hay instrumentos que se pretenden utilizar para que el avance será más más o menos rápido, y esto dependerá de variables a aplicar como los recursos que llegarán a cada centro (la conselleria ya ha dicho que serán mayores en niveles avanzados), como con las relaciones con los equipos directivos, la sensibilización por el idioma valenciano…
-¿Considera que se discrimina, positivamente o negativamente, a alguna lengua en especial?
-Se discrimina el castellano, hasta el punto de que se lesionan derechos básicos contemplados en La Constitución, en el Estatuto de Autonomía, en la Ley de Uso del Valenciano, e incluso en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en su artículo 26 menciona el derecho a escoger el tipo de educación. También se discrimina al inglés, ya que no se le valora correctamente. No se refuerza de manera suficiente, dado que esto es lo único que podría justificar un nuevo decreto lingüístico, una buena orientación al refuerzo del inglés. Sin embargo, el decreto no incluye un plan de contratación o de formación de profesores, sabiendo que solo un 3 % de ellos están preparados con suficiente nivel de inglés.
-¿Quién debería tomar la decisión, los centros o los padres?
-En el comercio debemos estar orientados al cliente, en la sanidad al paciente, y en la educación al alumno. En este país nos va muy mal porque lo hacemos todo al revés. Los que promueven decretos de este tipo, orientados a la imposición, se justifican por considerar que hay que restringir libertades porque las administraciones son las que saben, y el ciudadano no, pero eso solo nos conduce al totalitarismo. Hay que respetar al ciudadano y a sus derechos básicos. Por otra parte el decreto está muy mal orientado porque no pretende preparar al alumno para su formación y su futuro. Pretende otras cosas.
-¿Qué reacción ve entre los padres con los que está en contacto sobre los cambios?
A los padres no se les ha informado del contenido del decreto. Es más, ni siquiera se ha informado correctamente a través de la prensa. Es inadmisible para un decreto educativo con este peso de éste. La prensa es el canal para que los padres estén informados. Debido a ello los padres han estado hasta ahora muy tranquilos confiados en que nada de esto pudiera ocurrir. Por suerte, y desde la rueda de prensa del pasado día 30 de abril, todo está cambiando. Se sigue intentando transmitir que esto tiene fundamentos del Marco Europeo de Referencia y de otros fundamentos europeos, pero la realidad es que se trata de una imposición en toda regla, y un chantaje que no quiere la sociedad.
-¿Y con sus compañeros de centro educativo?
-Hay cordialidad, respetamos los dos idiomas como siempre ha ocurrido en esta comunidad. Es una pena que con este decreto todo esto se vaya a entorpecer. Van a producirse enfrentamientos en todas partes. En todo caso, las exigencias de certificación de los profesores generan un efecto corporativista que tiene consecuencias nefastas. Los que la alcanzan pasan a consideranse del grupo de elegidos, y se hacen defensores de la misma, creando un círculo vicioso que puede acabar como el ejemplo cercano que tenemos en Cataluña.
-¿Están preparados los docentes para el nivel de inglés que se exige impartir?
-Solo si existe una revolución del sistema educativo, y también con apoyos de los medios de comunicación. Ello también supondría contrataciones adicionales de nativos y de formación complementaria. España no puede seguir ausente del inglés. Los profesores que entran vienen cada vez más preparados, pero no es suficiente. Hace falta una verdadero cambio de paradigma.
-¿Se debería quitar la exención de valenciano en las zonas castellanohablantes?
-Depende del sistema implantado. Una hora de clase a la semana equivale a un 3,33 % de exposición. En estos momentos, con el sistema actual en línea castellana los alumnos tienen 8 horas de media de exposición al valenciano, que equivale al 26,66 %. Es demasiado. Si se mantuviera ese sistema habría que mantener la exención. Con el nuevo decreto de manera absoluta. Sería una aberración que no se mantuviera. La única manera de quitar la exención es para el caso de que el sistema educativo incluyera una asignatura con solo dos o tres horas de valenciano, para conocer la cultura y lengua de esta comunidad. Pero desde esas cifras por supuesto debería mantenerse la exención.