El dólar estadounidense, con el índice DXY en caída en la sesión del cierre de la semana, se sitúa en niveles no vistos desde inicios de diciembre. Este comportamiento se explica, en gran medida, por los datos decepcionantes en las ventas minoristas de enero y las tensiones comerciales derivadas de la posible implementación de aranceles más "meticulosos" de lo previsto, algunos de los cuales no se concretarían hasta abril.
Las ventas minoristas, uno de los indicadores clave para medir la fortaleza del consumo en Estados Unidos, cayeron en enero un 0,9% mensual, cifra muy por debajo del -0,1% esperado por el consenso de analistas. Se trata de la contracción más pronunciada desde marzo de 2023, lo que refleja el impacto de condiciones climáticas adversas y factores puntuales como los incendios en Los Ángeles.
Sectores como los artículos deportivos, vehículos y repuestos y comercio electrónico sufrieron los mayores retrocesos. Este deterioro en la demanda interna se ve reforzado por la caída de las ventas consideradas "clave" para el PIB —que excluyen alimentos, automóviles, materiales de construcción y gasolina— al registrar un -0.8%.
En materia de política monetaria, estos datos apoyan la probabilidad de un segundo recorte de tasas en 2025. Los mercados de futuros ahora descuentan aproximadamente 38 puntos básicos de relajación antes de que finalice el año, un ajuste significativo frente a los 26 puntos básicos que se anticipaban apenas el día anterior.
La magnitud de esta revisión del mercado refleja el giro relativo en el panorama económico tras las débiles cifras de consumo. Naturalmente, esta expectativa de menor remuneración de los activos denominados en dólares, con el rendimiento del bono estadounidense cayendo 6 puntos base a 4.47%, ejerce presión bajista sobre la divisa norteamericana.
Mirando hacia el corto y mediano plazo, el desempeño del dólar seguirá condicionado por la evolución de las tensiones comerciales. La reciente orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump contempla la adopción de "aranceles recíprocos", pero aún resta conocer el alcance definitivo de estas medidas.
Si la administración continúa optando por un enfoque "quirúrgico" para contrarrestar lo que considera desequilibrios comerciales injustos, es posible que el mercado siga encontrando motivos para descartar el escenario de un billete verde fortalecido.
De continuar esta operativa bajista para el USD, el siguiente nivel relevante para el índice DXY se ubica alrededor de 105. La trayectoria del dólar dependerá tanto de las expectativas de recortes adicionales de tasas por parte de la FED como de las decisiones sobre aranceles; ambos factores serán cruciales en el curso de los próximos meses.